Resistencia.

Como ha dicho Carla hoy es Sant Jordi (o lo era hasta hace un rato) hubiera querido subir algo mas largo pero es que no he estado muy inspirada...¡Lo siento! al menos pasa algo que creo que os gustará. Besos, An.

RESISTENCIA.

Al volver nos encontramos un ambiente bastante hostil. Por lo visto Sly había hablado finalmente con Sharon y ella había montado un buen número. Con mis madre ordenamos las cosas nuevas y después, antes de bajar a cenar nos dimos una ducha. No fue hasta que llegamos al comedor que vimos a Sly; no había rastro de Sharon ni tampoco de su madre. Él se veía como siempre, ni mas triste ni mas contento. Mi madre fue directamente a sentarse a su lado, yo la seguí:

• ¿Cómo ha ido?- preguntó él.
• Bien, hemos encontrado todo lo que necesitábamos.- contestó mi madre.
• ¿Se ha portado bien Henry?- bromeó.
• Ha sido muy amable.
• Joy.- Me llamó Sly ya que yo estaba un poco aislada.
• Dime.
• ¿Tienes un rato para mi después?
• Claro.- Mi madre me miró alzando una ceja.-¿Qué?- pregunté bajito.
• Nada...

Cenamos estofado, estaba realmente bueno, se notaba que lo había preparado Lena. Después de cenar la mayoría de gente se quedó haciendo un poco de sobremesa y Sly me hizo un gesto con la cabeza para que le siguiera.

• Luego hablamos tu y yo.- me dijo mi madre al ver que me levantaba a la vez que Sly.
• ¿De qué?
• No intentes hacerte la tonta.- yo intenté protestar.- Anda ve.

Salí rápidamente del comedor sin mirar a mi madre. Al lado de la puerta de la entrada me esperaba Sly:

• ¿Te apetece dar un paseo?
• Bueno, hace un poco de frío ¿Qué tiene de malo hablar en tu cuarto?
• No, en mi habitación no.
• ¿Por qué?
• Hazme caso, no es una buena idea.
• Está bien, deja ir a busca mi chaqueta.

Subí y bajé rápidamente de mi habitación. Cuando Sly me vio bajar abrió la puerta y salimos. Hacía frío de manera que ajusté mi abrigo y seguí a Sly que parecía tener una dirección muy clara:

• Así ¿qué ha pasado con Sharon?
• Lo que tenía que pasar, se acabó-
• ¿Cómo se lo ha tomado?
• ¡Qué mas da!
• Bueno puede que a ti te de igual, pero yo estoy preocupada por si de repente le da un ataque e intenta clavarme un cuchillo.
• No tienes que preocuparte por eso.
• Yo no estaría tan segura.- Sly se paró junto un árbol.
• Le he dejado claro que no he puesto fin a lo nuestro por ti.
• Ah...- me sentí bastante decepcionada.
• No pongas esa cara, Joy. No hagas que me sienta culpable.
• ¿Qué quieres que te ponga una sonrisa? No puedo hacerlo.- Él no dijo nada, después de un par de segundos volví a hablar yo.- ¿No te gusto?
• Joy...
• No enserio ¿qué problema tengo? ¡No se! Se supone que soy guapa y todas esas mierdas ¿qué está mal conmigo?
• No hay nada mal contigo. Y no eres guapa y esas mierdas- dijo citándome.- Eres preciosa y obviamente cualquier hombre estaría entusiasmado ante la idea de estar con una chica como tú.
• ¿Entonces qué problema hay? Y no me digas que es porqué soy muy joven porqué te daré una paliza.- A Sly se les escapó una sonrisa.
• Joy claro que me gustas, demasiado. El motivo por el cuál no era una buena idea ir a mi habitación es que des de que volví solo tengo ganas de besarte y de hacerte el amor.
• ¡Pues hazlo!- le dije en un arrebato de pasión.- Hazlo.- le repetí acercándome a él.- Hazlo.- le repetí por ultima vez.

Aunque le puse entre la espalda y la pared no estaba preparada para la reacción de Sly. Sentí sus labios chocar con los míos y su lengua abriéndose paso hasta mi boca. Entreabrí la boca y me vi envuelta en el mejor beso de mi corta vida. Me habían dado clases sobre como besar en el campo y realmente había recibido algunos besos agradables pero ninguno que se pudiera comparar a ese. Le devolví el beso con ganas y gracias a mis “clases” le dejé tan sin aliento como él me estaba dejando a mi, o eso creo. Cuando nos separamos ambos estábamos jadeando, nos miramos a los ojos y no se como estarían los míos pero los de él tenían un brillo especial:

• Eso ha sido...guau.- dijo Sly.
• Si, creo que s...- No me dejó terminar la frase ya que volvió a besarme.

Nos devoramos el uno al otro durante un buen rato, y digo devorar porqué a eso no le podía llamar besar. De repente, en uno de esos momentos en que ambos necesitábamos el aire, me di cuenta que eso duro que notaba contra mi espalda era el árbol junto el que habíamos estado parados y también me di cuenta que mis muslos estaban rodeando la cintura de Sly. Le besé una vez mas de manera mas suave y le hice ver que quería ir mas despacio, él me sujetó por la cintura mientras yo volvía a poner los pies en el suelo.