miércoles, 30 de mayo de 2012



¡Mil perdones!Se que soy una tardona...pero bueno, la inspiración va y viene. Hoy toca capi de sex, drugs & rock'n roll, no pasa gran cosa en este capi pero es necesario para la historia en general, espero que os guste y que comentéis. El lunes empiezo los exámenes finales y no se cuando me pondré a escribir de nuevo, de todas formas este fin de semana intentaré encontrar un rato para extender un poco mas lo que tengo de Resistencia y colgarlo.Bueno, espero que os guste. Besos, An.

CAPITULO 6.
Doy fe de que aveces creo que vivo en una casa de chicas ¿cuánto rato puede pasarse un tío en el baño arreglándose el pelo? Oscar llevaba en el baño como media hora y Héctor se estaba duchando en el otro:
  • ¡Oscar, sal de una puta vez! Por mucho que te peines tu cabeza seguirá pareciendo un pepino.- le grité des del otro lado de la puerta.
  • Cómeme el rabo.- esa fue su ingeniosa respuesta.
  • ¿Por qué, Eva no te lo come bien?- Eva era su novia.
  • Vete a tomar por culo.
  • A mi me la chupó de maravilla.- le pinché.
  • Te va a pegar.- me dijo Piti que salía de su cuarto.
Y efectivamente, cuando Oscar salió del baño me atacó como un troglodita, yo me defendí y estuvimos más de cinco minutos pelando como dos idiotas.
Esa semana nos pusimos en contacto con la chica que limpiaba en casa de mi madre, ella nos dijo que cobraba 6 euros la hora y nosotros llegamos a la conclusión que nos podíamos permitir que viniera un par de horas dos días a la semana. Ella empezó ese mismo martes. En un principio la llamábamos chica porque mi madre la llamaba así pero era una señora rusa de unos cuarenta años. Creo que a la señora se le cayó el alma a los pies cuando vio todo lo que tenía que limpiar. Para variar me dejaron a mi solo ante el peligro, y yo después de recibirla me excuse con el tema que tenía que ir a trabajar. Cuando volví a casa a eso de las ocho casi lloro de felicidad ¡La casa estaba limpia! Incluso olía bien, jamás había estado así de ordenada, no había platos amontonados en la cocina y los electrodomésticos brillaban. Entré en uno de los baños y pensé que podría comer en la taza del wc de lo limpio y desinfectado que se veía. El cúmulo de la felicidad fue entrar en mi cuarto y encontrar la cama hecha con sabanas limpias, mi habitual cumulo de ropa estaba ordenado en el armario y todo perfectamente ordenado, encima de la mesa había una nota 
"yo hacer colada, tienes ropa tender" 
Estaba claro que la mujer no dominaba el idioma pero que si que era una maestra Jedi de la limpieza y el orden. Finalmente cuando se me paso el éxtasis me di cuenta que esa mujer no había podido hacer tantas cosas en dos horas, cogí mi teléfono y llame directamente a mi madre:
- Hola cariño.
- ¿Realmente crees que soy tonto, verdad?
- ¿A que te refieres?
  • A que la señora rusa ha dejado la casa impecable, me ha ordenado el cuarto, ha puesto coladas...no creo que haya hecho todo eso en dos horas.
  • Veras cielo pensé que tal vez solo por hoy era necesario contratar a alguien 
  mas durante un poco mas de tiempo. Solo para hacer una limpieza a fondo y
  así luego solo tener que hacer un mantenimiento.
- Te has pasado mamá, yo no te pedí esto.
- Ya lo se, pero considéralo un regalo.
  • Mamá quiero que entiendas que decidir esto no te corresponde a ti, me fui de
  casa por algo y no quiero que metas tus jodidas narices en mi vida.
- ¡Dick! Que sea la ultima vez que me hablas así.
- Pues que sea la ultima vez que te metes en algo que no te concierne.
Y colgué realmente cabreado. Entendía el punto de mi madre y que como madre no fuera capaz de dejarme tranquilo ni tampoco dejar de meterse en algunas cosas. Aceptaba que me comprase ropa y otras mierdas porque contra eso no podía hacer nada pero que se metiera dentro de mi casa, donde vivían otras tres personas que no tenían nada que ver con ella, me cabreaba profundamente.
Estaba yo en el auge de mi cabreo cuando llamaron a la puerta, fui a abrir y ni tan siquiera me moleste en mirar por la mirilla o preguntar quien era, por eso me dejo perplejo encontrar a Mía al otro lado:
  • Hola- me saludó ella feliz.
  • ¿Que estas haciendo aquí? Le pregunté fríamente. Ella no me contestó y se metió dentro.
- Nada he salido de clase y he pensado en traerte unos cupcakes.
- ¿Y por...?- no me dejo acabar la frase.
  • ¿Te apetece follar?
  • ¿Cómo?
Había entendido su pregunta, pero no la había procesado. Ella me sonrió como si yo fuera tonto y lentamente se aproximó a mi, pasó sus manos por mi cuello y ejerciendo una mínima presión porqué era mas que obvio que yo no me iba a negar, tiró de mi para alcanzar mis labios y darme un beso de esos que hacen que se te ponga dura casi al instante. Por suerte, o por desgracia según como se mire, mi sangre se fue directamente a mi polla y dejé de pensar con la cabeza con la que se tiene que pensar, es decir, dejé de preguntarme porqué Mía estaba en mi casa proponiéndome sexo. Cogiéndola del culo la subí hasta mi altura, ella me rodeó la cintura con sus piernas y yo, sin dejar de besarla, me la llevé a mi inmaculado y desinfectado cuarto. Una vez allí cerré la puerta con el pie y a ella la dejé encima de mi mesa, empecé a desnudarla y ella hizo lo propio conmigo. Cuando nos quedamos en ropa interior me tomé un momento para observarla, realmente Mia en ropa interior era todo un espectáculo y eso que esta vez su ropa íntima no era nada provocativa, se podía decir que era hasta inocente; iba ataviada con un conjunto de sujetador y culotte rojo con pequeños lunares blancos y pequeños volantes también blancos:
  • Tienes toda una colección.- le dije bajando los tirantes de su sujetador. Ella sonrió mientras dirigía su mano a mis bóxers.
  • Y aún no has visto nada.
  • Me encantaría ver la colección completa.- Por primera vez le estaba diciendo a una chica que estaba mas que dispuesto a volverla a ver.
  • Puede que lo hagas.
Finalmente metió mi mano dentro de mis calzoncillos y empezó a acariciar mi polla, yo tuve que dejar de hablar y mientras ella hacía eso yo terminé de desnudarla, mi mano también fue hasta su coño y por lo que encontré allí supe que ninguno de los dos estaba para muchos preliminares. La ayudé a bajar de la mesa y la bese de nuevo mientras nos restregábamos el uno con el otro, terminé el beso y tomándola de la cintura hice que se diera la vuelta y que si inclinara encima de la mesa, me puse rápidamente un condón y después de asegurarme que estaba lista entré en ella de una sola estocada. Una vez estuve dentro de ella pasó lo mismo que las veces anteriores, me sentí extremadamente feliz, seriamente digo que el coño de Mia era mágico. Empecé a moverme, a entrar y salir de ella rápida y toscamente, ambos gemíamos y sabía del cierto que no iba a ser un polvo muy largo, deslicé mis manos de sus caderas hasta sus tetas, apreté sus pezones y ella gimió más fuerte mientras se movía contra mi, bajé una de mis manos hasta su sexo y empecé a estimular su clítoris, ella mordió una de sus manos y arqueó más su espalda ¡joder yo estaba a punto de correrme! Le di un azote con mi mano “libre” y ella gritó de placer, y ese grito me encendió aún más, pase mi mano de nuevo por su cuerpo, esta vez por su culo y su espalda hasta llegar a uno de sus hombros, la sujeté de ese hombro mientras me empujaba más y más en su interior. Los dedos de mi mano derecha seguían trabajando en su clítoris y minutos después pude hacer que se corriera justo antes de venirme yo. 
Me derrumbé encima de ella, mis brazos rodeaban su pequeña cintura mientras que mi mejilla descansaba sobre uno de sus hombros, aun estaba en su interior mientras recuperaba la respiración, después de unos segundos bese su espalda, salí de ella y mientras la ayudaba a incorporarse le pregunté si estaba bien:
  • ¿Sigues entera?
  • Si, creo que si.- me contestó mientras se daba la vuelta para encararme.
  • Bien, estaba preocupado por si había sido ya sabes...demasiado rudo para ti.
  • Bueno, sin duda ha sido algo nuevo.- me contestó sentándose en la cama, yo me deshice del condón y me tiré en la cama, a su lado.
  • ¿Qué puedo decir? ¡Me pones muy cachondo!- le dije eso en tono de broma, pero a la vez mis manos se deslizaron de nuevo hasta su cuerpo desnuda. Ella me sonrió por encima de su hombro y con un rápido movimiento se puso a horcajadas encima de mi cintura.
  • Tu también me pones muy cachonda.- dicho esto me beso intensamente durante unos segundos y acto seguido se levantó y empezó a vestirse.- Tengo que irme.- dijo.
  • ¿Cómo qué tienes que irte?- le pregunté mientras me incorporaba. Ella se puso las bragas y el sujetador antes de contestar.
  • Es tarde, hace rato que debería estar en casa. Mi madre se cabrea cuando llego tarde a cenar.- Me lo explicó como si fuera algo obvio ¡Qué mierda me importaba a mi su madre! no pude contestarle nada y sentado desnudo en mi cama vi como se vestía. Una vez lista se encaminó a la puerta de mi habitación.- Espero que te gusten los cupcakes, los he hecho yo.- Ella iba a salir pero pareció repensarse.- Por cierto, me ha gustado el azote.- Después de eso se fue sin cerrar del todo la puerta.
  • ¡Vas a matarme!- le grité mientras me dejaba caer de nuevo en la cama. Solo escuché su risa antes de oír como se cerraba la puerta principal.
Lo que iba a matarme era totalmente cierto. Mia me había descolocado totalmente, primero porqué rompiendo con su imagen de chica tímida e inexperta se había presentado en mi casa y luego me había propuesto sexo, después, mientras me la estaba follando se había comportado de una manera mucho mas deshinibida, gimiendo y retorciéndose me había puesto espectacularmente cachondo y para terminar, va y me dice que le ha gustado el azote. La muy cabrona me la había puesto dura de nuevo. Refunfuñando me levanté y tras coger una toalla fui a darme una ducha de agua fría.
Cuando salí de la ducha me encontré que Héctor y Piti habían vuelto observaban la limpieza del piso tan maravillados como yo, les saludé y fui a vestirme con mi pijama, iba a tirar la toalla al suelo, como hacía normalmente pero cambié de idea y la dejé encima de la silla para que se secara, no quería ensuciar antes de tiempo. Allí, en el escritorio estaba la bolsa con los cupcakes que había traído mía, curioso y sobretodo hambriento cogí uno decorado con lo que parecían ser Lacassitos pequeños y lo probé, casi gimo de placer de lo bueno que estaba, me fui al comedor con la bolsa de magdalenas, lo que fue una mala idea ya que la panda de cerdos con los que vivía me dejaron sin ellas en cuestión de segundos:
  • ¡Joder! Qué bueno está esto ¿de dónde lo has sacado?- preguntó Piti.
  • Mia los ha traído.- sabía que me iba a arrepentir de esa confesión, pero tenía que hablarlo con alguien.
  • ¿Mia es la chica de las bragas rosa?- Fulminé a Piti con la mirada.
  • Sí.- respondí de mala gana.
  • Así qué has vuelto a verla...- Afirmó Héctor.
  • Se ha plantado aquí hace un rato, con la dichosa bolsa de magdalenas y preguntándome si me apetecía follar.- les expliqué.
  • Y porsupuesto te apetecía follar.- dijo Piti.
  • Pues claro que me apetecía follar.
  • Te la has follado.- afirmó Héctor.
  • Ya hemos establecido que hemos follado ¿qué clase de idiotas sois?- pregunté.
  • Bueno, es que no sabemos porqué nos estás explicando esto, a no ser que sea para restregarnos que has tenido sexo esta tarde.- explicó Piti.
  • No es por eso, gilipollas.
  • ¿Entonces?
  • No se, es solo que ella me desconcierta. Parece una chica tímida, no tiene mucha experiencia y se presenta aquí diciendo que quiere follar y luego se despide diciendo que le ha gustado que la azote, es raro.
  • ¿La has azotado? ¿Te ha dicho que le gusta que la azotes?- preguntaron Piti y Héctor a la vez con cara de salidos.
  • No la he azotado.- dije poniendo los ojos en blanco.- Ha sido, bueno ya sabéis.- hice el gesto en el aire.- una nalgada sexual.
  • ¿Pero ha dicho que le ha gustado?- volvió a preguntar Piti.
  • Sí, me ha dicho que le ha gustado el azote y luego se ha largado.
  • ¡Menuda suerte tienes, cabrón!- me gruñó Piti.- ¿Por qué a mi no me pasan estas cosas?
Y ambos capullos se levantaron y me dejaron solo en el salón sin darme ningún tipo de consejo o explicación sobre el comportamiento de Mia ¡menudos amigos de mierda!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

no c la historia me gusta; pero preferiria que el ineters romantico del prota fuera su mejor amiga, seria un buen constraste, lo digo por sus personalidades; ella tan prepi y el tan relajado, tan "vago"

An dijo...

aprecio tu opinión pero es que el tema central de la historia, aunque pueda parecerlo no va a ser el interés romántico de Dick