miércoles, 22 de mayo de 2013

Sin título. Capítulo "he perdido la cuenta".

Bueno un nuevo capitulo y esto va llegando a su fin, no se exactamente cuantos "capítulos" más ocupará pero se acaba. Como siempre espero que os guste, que me dejéis muchos, muchos comentarios  y señores y señoras hagan sus apuestas. Por otra parte, he empezado a escribir una secuela así que aunque Siena hará pronto su elección tampoco la echaremos de menos. Besos, An.



Parece que Siena está un poco perjudicada.


Pol regresó finalmente a Barcelona un miércoles y para el sábado de esa misma semana, Alex había organizado el fiestón del siglo, puesto que a parte del regreso de Pol, era también el cumpleaños de ambos. 
Como llevaba temiendo desde que Alex me contó lo de la fiesta discutí con Dante cuando le dije que pensaba ir, después de pelarnos durante media hora bajó del burro y estuvo deacuerdo en venir él también.
El sábado por la tarde estuve ayudando a los chicos, había que recoger todas las cosas que corrieran peligro de romperse o de ser robadas esa noche y llevarlas a casa de Alex:
― ¿Cómo te has dejado convencer para esto?― le pregunté a Pol mientras el subía su enorme pantalla de Mac a casa de Alex, yo solo llevaba el teclado y el ratón.
― Yo que se... supongo que también tengo ganas de celebrar que he regresado y de correrme una fiesta épica y esta realmente tiene pinta de que va a serlo.
― ¿A cuánta gente a invitado Alex?
― No lo se, creo que a todo su Facebook.
― Alex tiene más de mil amigos en Facebook.
― Pues reza para que no vengan todos porqué no vamos a caber― bromeó.
― Oye, gracias por permitir que venga Dante. Se que no te hace mucha gracia y él realmente tampoco es tu mayor fan― Pol se encogió de hombros.
― Debo reconocer que Dante no me caía mal antes de que empezarais a salir, lo que pasó la última vez sólo fui yo siendo idiota. Voy a tratar de ser un poco más persona con él, es tu novio y tu eres mi mejor amiga, así que cuando le vea me disculparé.
― Lo cierto es que no tienes que disculparte, él también se portó como un idiota. Y me preocupa que no se comporte muy biem contigo, a veces tiene un carácter de los mil demonios.
― Sí, eso lo sabemos todos.
― Pero hablaré con él y le diré lo que me has dicho así que con un poco de tiempo puede que supere la rabieta.

Llegué a casa de Pol a eso de las once acompañada de Ruth y de Natalia, sí incluso Natalia estaba invitada, para ese entonces aún era pronto y solo estaban los chicos acompañados de una indecente cantidad de alcohol. La cocina de Pol estaba mejor surtida que cualquier bar de la ciudad y también había una barra improvisada con más alcohol en la terraza, además el único requisito para asistir a la fiesta era traer más bebidas.
Ruth y Pol no se conocían por lo tanto los presenté y cinco minutos después estábamos tomando la primera copa. Una hora después la gente había empezado a llegar y ya éramos por lo menos treinta personas, Dante y Manu estaban allí:
― ¡Pol, tío!― exclamó Manu― menuda casa, amigo ¿cómo no nos habías invitado nunca.
― No lo se― Pol se encogió de hombros― ¿para que iba a invitarte? No te encuentro nada guapo― bromeó después.
― Ahora se que hacéis tú y Alex tanto tiempo aquí metidos― añadí pasando mi brazo por la cintura de Dante.
― No puedo ocultarlo más― y rodó los ojos hacia mi― bueno como dice Alex pásadlo bien y bebed hasta reventar... pero procurad no vomitar en ningún sitio ¿vale? Tengo que seguir viviendo aquí― tras el saludo Pol volvió al sofá donde minutos antes había estado hablando con algunos de sus antiguos compañeros de la universidad.
― ¿Dónde has dejado a mi amorcito?― me preguntó Manu, yo me reí de él pero le dije que seguramente estaba en la terraza, se fue a buscarla.
― ¿Todo bien?― le pregunté yo a Dante cuando nos quedamos “solos”.
― Estoy aquí ¿no?― bufó.
― Sí ¿pero puedes sonreír un poquito?― él me miró con su severa expresión― sólo un poco, por mi― su expresión se suavizó un poco pero no esbozó ninguna sonrisa.
― ¡Eres tan gruñón!― le dije antes de besarle, él me devolvió el beso y después si que sonreía un poco― Esto es una fiesta y la casa es grande, no tienes que ver a Pol.
― Lo se, pero es su maldita casa.
― Ya hemos hablado de esto... además esta tarde me ha dicho que le gustaría disculparse contigo por como se portó ¿erais amigos antes, no?
― Conocidos― puntualizó.
― Pero te caía bien ¿o no?― le insistí pasando mis manos por sus costados.
― Un poco...― fue mi turnó de bufar.
― Pues entonces entierra el hacha de guerra por favor, no te digo que tengas que volver a llevarte bien con él pero no le asesines más con la mirada ¿vale?
― Lo intentaré.
― Bien, ahora vayamos a buscar a Alex para que te preparé una de sus bebidas explosivas.

Alex estaba en la terraza, hacía un poco de barman en la barra y tonteaba descaradamente con toda chica que se le pusiera delante, la barra estaba llena de chicas que parecían estar encantadas:
― ¡Siena!― exclamó contento.
― ¿Cuánto has bebido ya?― le pregunté.
― No lo suficiente ¿y tú?
― Yo estoy bien, pero Dante acaba de llegar.
― Pues entonces necesita una copa― Alex rápidamente le pasó una copa a Dante y otra a mi― bebe, no estás borracha y esto no es una fiesta, es una bacanal, todos debéis estar borrachos.
― Espero que no pretendas que todos estemos desnudos dentro de un rato y retozando los unos con los otros― le dije.
― Es mi más ambicioso deseo― Dante se rió.
― Alex, sabes que siento un amor incondicional por ti― le dije como si hablara con un cachorro abandonado― pero esto jamás pasará.
― Solo porque tu lo digas...― protestó.
― Exacto, porque lo digo yo.

Dante y yo nos unimos a Manu y Ruth que estaban bebiendo al lado de la barandilla y miraban quien pasaba por la calle, Natalia también estaba allí cerca hablando con unos chicos.
Dos horas después todo era un descontrol, todo el mundo estaba bastante borracho y yo no era una excepción, además le había dado unas caladas a un porro que Alex me había pasado. Hacía rato que no veía a los chicos pero creo que había hablado casi con todo el mundo y realmente había mucha gente en esa fiesta. Dante después de unas copas también se había relajado y estaba disfrutando de la fiesta, de hecho la ultima vez que lo había visto estaba jugando al Guitar Hero con un grupo de gente. Manu iba dando vueltas y Natalia se estaba comiendo la boca con algún tipo de la facultad de Alex. A la única que no había perdido del todo era a Ruth:
― ¡Estoy tan borracha!― le dije cuando nos sentamos en los taburetes de la cocina. Estaba extremadamente borracha pero seguía bebiendo de la copa que llevaba en la mano.
― Esta fiesta es alucinante.
― Lo es― coincidí. En ese momento apreció Pol que llevaba toda la camisa abierta exponiendo su perfecto torso.
― ¡Chicas!― exclamó borracho como una cuba― ¿qué hacéis?
― Beber― contesté― ¿Y tú? ¿Qué le ha pasado a tu camisa?
― Alex me ha presentado a una chica y ésta me ha atacado ¡me da un poco de  miedo!― nos explicó― pero debo reconocer que está muy buena― que Pol me dijera que se había medio enrollado con una tía y que encima esa tipa estaba buena no me gustó nada.
― Menuda guarra debe ser para dejarte así― le gruñí.
― ¿Y qué te importa eso a ti?― me preguntó en un tono parecido.
― Nada, solo era una observación.
― Bien.
― ¡Perfecto!― Pol desapareció por donde había venido.
― ¿Qué ha sido eso?― me preguntó Ruth.
― ¿El qué?
― No te hagas la tonta conmigo y cuéntame que pasó con Pol― no tenía intención real de contarle nada pero yo había bebido mucho y Ruth era muy persuasiva así que se lo canté todo.
― ¡Y realmente Dante me gusta mucho! Pero es que me dijo que me quiere y sí es muy guapo...
― Está como un queso― estuvo ella deacuerdo.
― y en la cama ¡oh es increíble en la cama! Hace una cosa con su lengua... ¡Jesús me vuelve loca! A veces creo que voy a correrme solo con que me toque y quiero quererlo, realmente quiero quererlo porque cuando no está en uno de sus momentos cabreo es genial y me hace reír, me trata bien ¿por qué no puedo quererlo?
― ¿Disculpa? Me he quedado en pause con lo de la lengua de Dante― le hice la mirada del tigre― ¡Es broma! Yo que se, chica. A veces simplemente, por mucho que tengas química con una persona y que el sexo sea fantástico faltan cosas. Pero creo que en tu caso sigues enamorada de Pol.
― No quiero estar enamorada de Pol.
― Pues está escandalosamente bueno, Dante es un 9 alto casi 10 pero Pol es un 15 ¿tu has visto su torso?
― Lo he visto, podría lavar la ropa en él. Oh y su pene― le dije ya sin ningún tipo de freno― es increíblemente enorme.
― ¡Perra suertuda!― exclamó dándome un golpecito en el hombro―¿Qué tal en la cama con él?― Ruth estaba aprovechando mi alto estado de embriaguez para sacármelo todo.
― No lo se, solo nos acostamos una vez, aunque bueno fueron tres pero... ya sabes, ambos habíamos bebido mucho y al principio yo estaba rígida como una tabla, es decir mis anteriores polvos fueron un fracaso y no estaba yo muy entrenada. Fue bueno con él pero reconozco que tampoco fue espectacular.
― Pues yo creo que si te lo tirarás ahora lo sería. Con toda esa información que me has dado creo que debe ser bueno en la cama y si además la tiene grande voy a pedirle matrimonio― Ruth y yo nos reímos y así nos encontraron Alex y Manu.
― ¿De qué os reís vosotras?― nos preguntó Alex.
― Cosas nuestras― le dijo Ruth, luego se acercó a Manu y le susurró algo en el oído, a él le cambio la cara en un instante. Por un instante temí que Ruth le hubiera dicho algo de mi y de Pol pero por la manera que atacó su boca después creo que más bien le dijo alguna guarrada.
― Oh hombre― exclamó Alex― Si vais a follar hacedlo en otra parte, las habitaciones están reservadas― me abracé a Alex.
― Estoy muy borracha― le confesé― y Pol me ha dicho que le has liado con una guarrona.
― Lo he intentado pero tiene la cabeza muy dura, sin embargo ella lo ha acosado un buen rato― me alegró que Alex me dijera eso.
― ¿Has visto a Dante?― le pregunté sintiendo remordimientos.
― No, pero podemos ir a buscarlo.
― Bien.
Alex que estaba también muy borracho me abrazó más y me cogió en brazos, yo me agarré a él como un mono. Después de reubicarme sobre su costado, estaba muy borracha sino me hubiera sentido como un bebé gigante, me llevó de esa guisa por toda la casa. Más bien fue Dante el que nos encontró a nosotros un buen rato después. Alex y yo estábamos en la terraza y el muy capullo me había convencido para que le dejara beber un chupito en mi ombligo, alegó que no lo había hecho nunca y que tenía una seria confianza en mi higiene personal:
― Me siento como una guarrilla de fraternidad americana― le dije tumbada encima de la barra mientras Alex vertía algún tipo de licor en mi ombligo.
― No te engañaré, esto es muy de guarrilla― estuvo deacuerdo Alex.
― ¿Qué se supone que le estás haciendo?― preguntó Pol que había aparecido en la terraza.
― Siena está a punto de concederme una de mi más secretas fantasías― le dijo Alex― chupitos de ombligo.
― ¡Oh, vamos! tu no tienes fantasías secretas― le dije yo.
― Estáis muy mal de la cabeza― se rió Pol. 
― Allá voy― me informó Alex antes de bajar sobre mi ombligo y sorber. En ese momento apareció Dante.
― ¿Qué coño?― exclamó.
― Alex tenía la, según él, secreta fantasía de beberse un chupito de ombligo. No se como la ha convencido.
― Dice que cree que soy una chica muy limpia― exclamé yo desde mi felicidad alcohólica después de que Alex me diera un buen lametón en el ombligo.
― Sin duda ahora lo eres un poco menos― me dijo Dante frunciendo el ceño.
― No te pongas celoso, Dante― le pidió Alex palmeándole el brazo― Siena y yo comprobamos hace un tiempo que somos lo menos excitante que hay en el mundo el uno para el otro. Aunque confieso que esto ha sido un poco caliente. 
― ¿Qué vosotros comprobasteis qué?― preguntaron Pol y Dante a la vez.
― Nos besamos una vez para estar seguros de que nuestro amor era más del tipo fraternal. Fue realmente raro, como besar a un familiar― les expliqué.
― Exacto. Ahora que ya hemos puesto los puntos sobre las íes voy a buscar a alguien con quien echar un polvo. Os quiero a todos mucho,― Y Alex nos plantó un beso en los morros a cada uno antes de irse. La cara de Dante era un poema, Pol rodaba los ojos resignado mientras se pasaba el dorso de la mano por la boca y yo estaba muerta de la risa.
― Deberías ver tu cara― le dije a Dante aún riendo.
― ¿Te parece muy gracioso, eh?― Dante no estaba enfadado.
― Bastante, sí.

Otro rato después la fiesta seguía avanzando y yo seguía igual de borracha o puede que incluso un poco más, quien no podía con su alma era Manu que había cogido la cogorza del siglo y Dante se lo llevó a casa. No parecía estar muy feliz con tener que abandonar la fiesta o más bien dicho con dejarme a mi allí pero resignado se fue. Me preguntó si quería irme con él pero yo le dejé muy claro que no iba a moverme de donde estaba, me lo estaba pasando en grande bailando encima de la mesa con Ruth y Natalia, quien por cierto ya se había dejado de comer la boca con el tipo de antes. Había pasado algún tiempo desde que Dante y Manu se habían marchado, seguíamos encima de la mesa pero todo había empezado a darme algunas vueltas y mi vejiga había llegado a su tope así que un chico muy amable me ayudó a bajar y fui al baño. 
El baño de la planta de abajo estaba ocupado y había algunas personas que querían ir antes que yo de manera que subí al que había junto a la habitación de Pol, supuse que también encontraría allí algo de paz. Las escaleras estaban bloqueadas para que la gente no subiera arriba pero yo no era gente, es decir había estado allí miles de veces de manera que supuse que a Pol no le importaría. Me estaba echando algo de agua en la nuca y la cara cuando se abrió la puerta y entró Pol:
― Siena, no sabía que estabas aquí― me dijo.
― Me estaba meando como una loca y abajo está abarrotado.
― Me pasa lo mismo ¿has acabado?― me preguntó con cara de sufrimiento.
― Claro, perdona.
Salí del baño para dejarlo solo. Tras unas respiraciones cortas decidí que el agua, estar sin tanta gente alrededor y dejar de bailar como una loca me habían sentado bien. Estaba dispuesta a volver a bajar para darlo todo pero Pol salió del baño y yo me lancé a besarlo como una loca. Él me besó a mi de vuelta y en nuestro arranque pasional estuvimos en la cama en un abrir y cerrar de ojos. 
Estábamos en la cama besándonos, Pol se cernía sobre mi y sus manos estaban en todas partes. Mis manos le recorrían a él de igual manera y yo estaba tan caliente que pensé que iba a arder la cama en cualquier momento, le quité la camisa, que seguía estando muy desabrochada, y me deleité pasando las manos por su esculpido pecho. Él me agarró y nos dio la vuelta dejándome a mi sentada directamente encima de su paquete, ambos gemimos y él me besó más fuerte. Me quité mi propia camiseta y él aprovechó para besar y lamer mi escote y la parte superior de mis pechos:
― Madre mía, Pol― le dije― no pensé que haríamos esto otra vez.― Supongo que no debí haber hablado o si, porque mi frase evitó el desastre. Algo hizo clic en la mente de Pol porque se puso rígido y con suavidad pero firmeza me quitó de encima de él.
― Tenemos que parar.
― ¿Por qué?― le pregunté subiéndome encima de nuevo y volviendo a besarle.
― Siena, para. No me lo pongas más difícil.
― Yo diría que te lo estoy poniendo fácil.
― No podemos hacerlo y ahora mismo tú eres una gran tentación― volvió a quitarme de encima y se levantó de la cama dejándome allí como un idiota.
― ¿Se puede saber que coño te pasa?― prácticamente se lo dije chillando.
― Que estás borracha y yo también, pero no tanto para saber que en realidad no quieres esto. Te quiero Siena, no solo como amiga, pero no voy a tocarte a menos que tú lo quieras estando sobria. He hecho suficientes cosas mal contigo para volver a cagarla. Si mañana aún quieres esto creeme estaré encantado de hacer el amor contigo en todas las posiciones conocidas e incluso estoy dispuesto a inventar algunas más.

Agarrando su camisa desapareció por las escaleras dejándome con la boca abierta... me dejé caer de nuevo en la cama suspirando pesadamente y debí dormirme a los pocos segundos.

Mi cabeza estaba a punto de estallar, mi boca estaba seca como si hubiera estado lamiendo cartón por un par de horas, mi estómago revuelto... incluso tenía agujetas. En resumen estaba hecha una mierda. No sabía que hora era pero tampoco me importaba mucho, estaba en el cuarto de Pol, tuve un flashback de lo que había pasado en esa habitación cuando encontré mi camiseta tirada en el suelo. Quise morirme.
Me quedé en la cama durante unos minutos pensando en qué hacer, debía aceptar que por mucho que mi parte racional me dijera que no debía mantener una relación romántica con Pol y que debía estar con Dante, mi subconsciente, que salía a flote en cuánto me emborrachaba, me llevaba directamente a los brazos de Pol. Pero no estaba lista para eso, en cierto modo era fácil para mi estar con Dante porque como le había confesado la noche anterior a Ruth, no lo quería, y no lo iba a querer por mucho que me esforzase. Y si no había amor no había posibilidad de que él me hiciera daño, en cambio con Pol me sentía vulnerable como un pollito recién nacido.
Tras mucho esfuerzo por parte de mi dolorido cuerpo, y después de que agotara  mi mente resacosa pensando sobre que debía hacer con mi vida amorosa, me levanté. Tras pasar por el baño y dejarme lo más decente posible tras una interminable noche de fiesta descontrolada me aventuré al piso de abajo... ¡Pobre casa de Pol! ¡Pobre Pol! todo estaba asqueroso, parecía que hubiera pasado por allí una horda de vikingos sedientos de saqueo. Cuando pensaba que ya lo había visto todo, cuando pensaba que estaba curada de espanto me tope con Alex, desnudo como cuando vino al mundo, tomándose tranquilamente un café en la cocina:
― Buenos días, Siena― me saludó como si no estuviera allí muy desnudo. Mis ojos subieron del pajarito de Alex, el cuál no había podido evitar mirar, hasta su cara. Noté que me subían los colores.
― ¿Se puede saber por qué no llevas ropa?
― Porque no la encuentro ¿qué pasa te molesta mi desnudez?
Pues la verdad... un poco. No tenía necesidad de verte desnudo y menos con esta resaca.
― Ve a vestirte, soguarro― le gruñó Pol entrando de la terraza― coge ropa de mi cuarto.
― ¡Pero qué recatados sois!― exclamó antes de empezar a subir las escaleras que llevaban al piso superior.
― Es imposible...―suspiró Pol.
― No hace falta que lo jures ¿qué hora es?
― Las cuatro de la tarde.
― ¡Madre mía!
― Oye... respecto ayer― me puse nerviosa, Pol iba a sacar el tema y yo aún no tenía una respuesta ¿quería realmente estar con él? No se porque decidí hacerme la borracha amnésica.
― Fue una fiesta genial, aunque debo admitir que no se como terminé en tu cuarto― esperé que él hablase nuevamente, si hablaba de lo que pasó entre nosotros no tendría escapatoria.
― ¿En serio no te acuerdas?
― Tengo lagunas ¿acaso hice algo muy bochornoso?― Pol me miró con el ceño fruncido y supe que iba a decirme exactamente lo que había pasado la noche anterior.
― Deja de hacerte la tonta...
Pero no terminó la frase porque Alex volvió a la cocina, vestido esa vez. Alex se dio cuenta de que el ambiente era tenso, nos miró a ambos, a Pol que estaba enfadado y yo que me estaba abrazando a mi misma:
― ¿Qué os pasa?― preguntó.
― Nada― le respondió Pol― Que no se como coño limpiaremos todo esto.
― Ah, no te preocupes ¿No te dije que había contratado una empresa de limpieza? Estarán al llegar, tranquilo pago yo.

Alex optó por hacerse el tonto y aceptar las palabras de Pol. Pol decidió que si yo no era capaz de admitir lo que sentía no valía la pena, y yo... yo opté por ser una cobarde. 
En los días siguientes, cuando quedaba con los chicos, Pol a penas me hablaba y si me decía algo lo hacía sin mirarme a la cara. En lugar de reunir el valor para cortar con Dante y decirle a Pol que si, que estaba loca por él, me fui empequeñeciendo dentro de mi hasta autoconvencerme de que lo mejor era seguir con Dante.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Esto se esta poniendo interesante, que le diga de una vez lo que siente por el y deje a Dante a mi me encanta Pol y Alex es la bomba. espero el proximo capitulo con ansias ya me estoy mordiendo las uñas. Un besazo, Fati

Gely dijo...

Gracias por tu tiempo y darnos otro magnifico capítulo.
Siena como se suele decir al final se kedará con dos sillas y sentada en el suelo

aylu dijo...

gracias x el capi!!! Siena esta muerta x Pol, pero la entiendo, es dificil confiar en la otra persona, y mas cuando él fue el primero en rendirse con ella :/

sara dijo...

cuanta tension entre siena y pol, pero quiero q siena lo torture un poquito mas jajaja
gracias por el capitulo!

Anónimo dijo...

Dios cada vez me gusta mas tu historiaaaaaaa sigue asi plis :D

Anónimo dijo...

GRACIAS POR EL CAPI
yo también quiero que siena haga sufrir un poquitín mas a pol, lo quiero ver celoso y posesivo jijiji

Anónimo dijo...

Pooool, dios como lo amo *-* qiero mas de él :c

Anónimo dijo...

Ah! Y ojalá pronto ese cap de alex :z