viernes, 26 de julio de 2013

Sobre ruedas. Cap.4.


Por tardar tanto, lo siento. Además no era el capítulo de la historia que esperabais pero os prometo que está en proceso, ya tengo el capi casi apunto. Como siempre espero que os guste y que comentéis. Por cierto... a las que pedíais Wattpad ya tengo: http://www.wattpad.com/user/Anrovi
Besos, An.

Esa mañana desperté una hora antes de que sonara el despertador, algo raro en mi. Decidí aprovechar el tiempo y me levanté, dejé mi habitación arreglada, la cama hecha, toda la ropa recogida y el cuarto debidamente aireado. Después me duché, una larga ducha de agua caliente siempre era reconfortante, me vestí de madre responsable, me maquillé y me peiné. Acto seguido fui a ver como estaba Evan, seguía dormido y parecía estar bien, aún así lo desperté para hablar con él:
― Evan, cariño.― le dije mientras lo sacudía ligeramente.
― Hmmm.
― Evan ¿puedes abrir los ojos sólo un minuto?
― Puedo intentarlo.- murmuró.― ¿Tengo que ir al cole?
― No, hoy no.
― Guay.
― ¿Cómo estás? ¿Te duele el brazo?
― Ahora no mucho, tengo sueño.
― Vale, pues duerme. Cuando te despiertes quiero que desayunes y si te duele le pides un calmante al tío Chace ¿deacuerdo?
― Está bien.
― Entonces sigue durmiendo y yo volveré lo antes que pueda.

Evan se acurrucó de nuevo y yo me incliné sobre él para darle un beso en la frente, me aseguré de que estuviera bien tapado con la funda nórdica y luego fui a ver a Chace. Llamé a su puerta antes de entrar, oí su voz des del otro lado indicándome de que podía pasar. Mi hermano aún estaba en la cama pero estaba incorporado y con su iPad en las manos:
― ¿Cómo puedes estar ya así?―le pregunté al verlo de esa guisa.
― ¿Así cómo?
― Con este cacharro encendido.
― Estoy leyendo la prensa, la gente suele hacerlo.
― Sí, en papel...
― Eso era en el siglo pasado ¿qué te trae por mis aposentos?― bromeó.
― Nada, solo decirte que Evan no irá a la escuela hoy ¿cuidarás de él, verdad?
― Sabes que si.
― Bien. Os dejaré el desayuno preparado y pedid algo de comida para comer ¿vale?
― No te preocupes Katy, soy inválido no gilipollas.
― Eres más gilipollas que inválido.― le respondí― No te estoy diciendo esto porqué estés en silla de ruedas, Chace.
― Pues entonces no le veo el sentido.
― Te olvidas de comer la mayor parte del tiempo por culpa de éstos malditos cacharros y cuando de acuerdas te da tanta pereza cocinar o recalentar que comes la primera mierda que encuentras.
― Deacuerdo, entiendo tu punto. Pero no me voy olvidar de alimentar a tu hijo.
― Por si acaso.- le gruñí.- No le he dado ningún calmante así que si te pide dáselo ¿vale? Y si pasa algo llama.
― Tu ordenas y yo obedezco.- su tono impertinente me estaba sacando de quicio.
― Vete a la mierda, Chace. No hace falta que me pongas las cosas fáciles, simplemente llamaré y diré que no voy.
― ¡Joder Katy! Te estoy diciendo que cuidaré de Evan ¿vale? ¿Qué más quieres, coño?
― Que dejes tu carácter amargado de lado.
― No puedo, mi buen humor se fue cuando me vi confinado a esta silla.
― Ya lo se, pero de esto hace 6 años. No haces nada para intentar estar mejor, ya sabes que no vas a poder volver a andar pero eso no significa que tu vida deba acabar. Rara vez sales de casa ¿crees que estas cuatro paredes van a cambiar algo? Sal de casa e intenta ser un poco feliz.
― No merezco ser feliz.
― Otra vez no, Chace.- le dije y me senté a su lado en la cama― Tienes que dejar de sentirte culpable por el accidente, no fue culpa tuya.
― No estabas allí― en ese momento sonó una alarma― Ahora tengo que ir al baño o me mearé encima.

― Está bien, lo siento Chace. Si no te ves con ganas puedo llamar a Sally y vendrá a buscar a Evan.- Sally era la madre de Justin y por lo tanto abuela de Evan. El negó con la cabeza.
― Evan y yo estaremos bien.
― Perfecto entonces― me levanté de su cama y me dirigí a la puerta― Te quiero, Chace. No lo olvides.
― Yo también te quiero.

Para cuando salí del cuarto de Chace él ya había pasado de la cama a su silla. Me sentía enormemente frustrada con él, lo había intentado todo para animarlo, para hacerlo salir de la depresión en la que estaba metido. Pero él no escuchaba, no quería aceptar mi ayuda y tampoco había accedido a ir a un psicólogo. Resignada y de bastante peor humor dejé preparado el desayuno y tras tomar un té me fui a trabajar.

A media mañana estaba a punto de comerme el teclado del ordenador, sólo había tomado el té y estaba muerta de hambre. Avisé de que tomaba un descanso y fui a la cafeteria a por un bollo y un café, me encontré a Brook de camino que iba hablando con otra chica de maquillaje:
― Katy ¡buenos días!
― Buenos días― contesté yo.
― ¿Cómo está Evan?
― Con el brazo roto, pero bien.
― Oh pobrecillo, dile que le mando un beso. ¿Dónde vas?― me preguntó Brook con su usual buen humor.
― A la cafeteria, necesito comer algo o si no me dará un yuyu.
― Oh, entonces ve. ¿Comemos juntas?
― Claro, luego nos vemos Brook.
― Hasta después.
― Adiós― le dije a la otra chica, lo cierto es que no sabía su nombre.

Me sentí bastante más feliz cuando me alimenté con algo sólido. Subí rápidamente de nuevo a redacción y me puse a trabajar.
― ¿Qué es lo que te pasa?― me preguntó Brook mientras comíamos en nuestro bar habitual.
― No me pasa nada.
― Si claro, y a mi no me gustan los hombres.
― No es nada, enserio.
― ¿Es por Evan?― insistió preocupada.
― No, sólo he discutido con mi hermano esta mañana y esta tarde tengo que ir a hablar con la profesora de Evan. Simplemente estoy nerviosa y algo cabreada.
― Bueno no te preocupes, los nervios no te vas a servir de nada y el cabreo...bueno, al menos te servirá para hablar con la maestra de Evan.
― Sí, eso si.
― ¿Por qué has peleado con tu hermano?- me preguntó.
― Por nada...cosas de convivir.- me inventé.
― ¿Vives con tu hermano?
― Eh...sí.
― ¿Y eso?
― Es nuestra casa. Bueno cuando mis padres murieron...no se, nunca nos hemos planteado vivir separados.- Eso era en parte verdad, nunca me había planteado no vivir con Chace aunque por otra parte estaba el factor silla de ruedas, ahora, aunque quisiera no seria capaz de dejarle solo.
― Bueno, supongo que es algo normal. La casa debe ser ahora de ambos y bueno no se si tu hermano tiene novia, pero si no tiene ambos os hacéis compañía ¿no?
― Exacto.
― Ajá y oye ¿dónde vives? Nunca me lo has dicho.
― En Belgravia.
― ¿En serio? ¡Joder!
― Si bueno...mis padres.
― ¿A qué se dedicaban?
― Mi madre era artista, pintora. Y mi padre era cirujano plástico. Aunque la casa la heredaron.
― ¿Así que eres una pija estirada, eh?
― ¡No soy una pija!

Tanto Chace como yo nos ganábamos bastante bien la vida, además de nuestros respectivos sueldos mensuales teníamos un enorme colchón económico que nos hacía vivir sin preocupaciones en cuánto a dinero se trataba. Recibimos un montón de dinero del seguro cuando mis padres murieron, también recibimos una indemnización del hombre que había provocado el accidente más todos los ahorros de mis padres y la casa. No habíamos gastado mucho y casi todo lo gastado había sido en Chace, gastos médicos y después en adaptar la casa.

Estaba esperando a Justin en la puerta de la escuela cuando salió la señora Corbirock con su hija y sus dos secuaces, me miraron como siempre, por encima del hombro. Me preparé mentalmente cuando vi que se acercaban a mi:
― Katy ¿cómo está Evan? Nos hemos enterado de lo de su brazo.
― Pues tiene el brazo roto, me pregunto por culpa de quien.
― Bueno, al parecer tu hijo es una buena pieza. Deberías hacer algo con él.
― Mi hijo no es ningún pieza, no va por ahí insultando ni repitiendo como un loro todos los prejuicios retrógrados que escucha en casa.
― ¿Qué estás insinuando, bonita?
― Lo sabes muy bien.
― Katy― oí la voz de Justin a la vez que ponía su mano en mi espalda baja.―¿Qué está pasando?
― Nada...sólo le estaba dejando claro a esta...señora que nos vamos a asegurar de solucionar los problemas que hay con Evan.
― El único problema que hay en este colegio es tu pequeño bastardo, perra.
― Voy a pedirle que sea un poco más educada, no voy a consentir que hable así ni de mi hijo ni de su madre.
― Oh, así que es verdad que tiene un padre― se mofó la muy zorra.
― Justin Paine y no hace falta que me diga quien es usted, se quien es y recibirá  noticias de mi bufete. Vamos Katy― Justin me condujo hacia el interior― ¡Joder Katy no me extraña que estés así de cabreada, menuda zorra!
― Un día de estos voy a cometer un asesinato, te lo juro. Espero que me defiendas― Justin era abogado y trabajaba en el bufete de su familia.
―Tranquila, cualquier juez va a entenderlo. Te dejarán libre.

La reunión con la Sra. Bridgewater no fue muy bien que digamos, insistió en que fue Evan el que había empezado la pelea y que si no fuera por las “circunstancias especiales” habría sido expulsado:
― Entendemos el por qué de la pelea, es cierto que los otros niños le estaban insultando― dijo la vieja arpía.
― Oh ¡menos mal que lo entienden!― exclamé yo furiosa.
― Mire, el tema no es quien empezara o terminara la pelea, lo importante aquí es que Evan está siendo víctima de bulling― dijo Justin más calmado que yo― No voy a culpar a los niños porqué a ésta edad no son realmente conscientes del daño que pueden causar; pero se supone que usted es su profesora y debería evitar este tipo de situaciones.
― Creo que está exagerando.
― ¿Exagerando? ¡Por Dios! Mi hijo ayer terminó en el hospital con el brazo roto ¿eso es exagerar?― dije. Me estaba poniendo realmente nerviosa.
― Los niños se pelean, Katy― me dijo mi vieja profesora.
―¿Y se rompen brazos? No está siendo razonable, sabe tan bien como yo que el problema no es Evan, si no un grupo de madres intolerantes y sin ningún otro tipo de ambición a la vida que ser floreros. Y como sus vidas están vacías se dedican a criticar todo lo que según ellas no es moralmente aceptable.
― Eso no es cierto.
― ¿No? ¿Acaso es Evan el único niño que es víctima de comentarios mal intencionados? Creo recordar que la pequeña Lauren lo pasó fatal el curso pasado y todo porqué sus padres están divorciados.
― Ya basta, deberíais estar agradecidos de que Evan no sea expulsado.
― Vamos a cambiar a Evan de colegio― sentenció Justin― Esto es intolerable, quiero que se hagan todos los trámites pertinentes para el cambio y que Evan sea tratado como todos los demás el tiempo que siga aquí. Además se nos devolverá el dinero íntegro de la matrícula― Era un colegio privado.
― ¡Eso no se puede hacer!
― Se puede, es usted la directora del centro, arréglelo. Si no se hace así denunciaremos al colegio. Tiene suerte de que no lo denunciemos de entrada, porque des de luego los motivos nos sobran.
― El dinero no se puede devolver, ya se ha invertido en la educación de Evan.
― Entonces iremos a juicio.
― Tenemos un excelente abogado― Amenazó.
― ¿Sí? Nosotros tenemos un bufete entero― Justin le extendió una tarjeta del bufete Paine&Paine.― ¿Le suena el nombre?― Era imposible que no le sonara, era uno de los bufetes más importantes de la ciudad.
― Lo conozco, sí.
― Pues hágase a la idea de que Evan tendrá peleando por él a su padre, a su abuelo y a su tío.

Dicho eso, hubo un seco adiós y nos fuimos. Mientras salíamos podía ver lo furioso que estaba Justin, yo lo estaba también, pero por una vez me sentí más tranquila al ver que había alguien peleando a mi lado, interiormente me pregunté porqué no había pedido ayuda antes a Justin. Una vez fuera del recinto escolar Justin se encendió un pitillo:
― No se de que te preocupabas, no ha ido tan mal― me dijo irónicamente.
― Ya sabes que soy una histérica.― le contesté de igual modo. Ambos nos miramos y después empezamos sin saber muy bien porqué a reír.
― ¿Crees que me he excedido?― me preguntó cuando remitieron las risas.
― No, creo que has hecho lo correcto. Gracias por estar aquí esta vez.
― No tienes que darme las gracias, sabes que haría cualquier cosa por Evan.
― Entonces... ¿ahora qué?
― Ahora tu y yo buscaremos un colegio mejor para Evan. Y deja que me encargue yo de los temas legales.
― No podría ayudarte aunque quisiera.
― Lo se― sonrió― Pero lo que quería decir es que no te preocupes, he sido yo el que ha empezado a amenazar a la gente con denuncias así que me voy a encargar yo. Si te necesito para algo en este tema te lo haré saber.
― Está bien― Hubo silencio hasta que me decidí a preguntarle― ¿Quieres venir a casa a ver a Evan?
― Claro, siempre quiero ver a Evan.
― Bien.
― Pero antes ¿me acompañas a tomar una copa? Creo que nos va a venir bien.
― Creo que es una gran idea― le respondí tras sopesarlo un instante.
― Vamos entonces ¿hay algún sitio por aquí donde podamos beber?
― Hay un pub a un par de calles de aquí, podemos ir andando.

Justin y yo caminamos hasta el pub que le había dicho, yo no había estado nunca allí pero pasaba por delante siempre que llevaba a Evan a la escuela. Era un sitio pequeño pero al entrar nos encontramos que estaba bastante concurrido, tuvimos que sentarnos en la barra donde había dos taburetes libres. El barman, un tipo calvo y grande como un armario se acercó para apuntar nuestros pedidos:
― ¿Qué vas a tomar, Kat?― me preguntó Justin ante la presencia del camarero.
― Una pinta― respondí.
― Lo mismo para mi― añadió Justin. El camarero asintió con la cabeza para hacernos saber que había entendido y se retiró, volvió después de nada con nuestras pinta―Vamos a brindar― propuso Justin.
― ¿Por qué brindamos?― pregunté.
― Por nuestro hijo― Levantó el enorme vaso.
―Por Evan― le imité.

Justin y yo bebimos, charlamos y nos achispamos un poco. Empezamos a hablar de temas un poco más delicados, delicados para mi, él me preguntó como iba mi vida sentimental, yo me reí ante eso:
― No tengo― le respondí sinceramente― No tengo tiempo ni ganas de salir con nadie.
― ¡Vamos Kat! Eso no puede ser, entiendo que Evan te quite tiempo pero eso no puede impedirte salir, lo tengo conmigo los fines de semana ¿acaso llevas todos estos años sin sexo?― parecía estar altamente preocupado.
― Claro que no, he salido unas cuantas veces, ya sabes. Y no es por Evan que no salgo con nadie aunque no voy a negar que la mayoría de hombres se asustan cuando digo que tengo un hijo. 
― Lo entiendo, a muchas mujeres tampoco les hace especial ilusión. 
― Este sábado tengo una cita― le confesé― Es un chico del trabajo, fue bastante insistente y es condenadamente guapo lo que me pone nerviosa, le dije lo de Evan para alejarlo pero me ha dicho que no le importa.
― Entonces sal con él, dale una oportunidad.
― Es que...creo que puede llegar a gustarme y no quiero, realmente no quiero salir con nadie.
― No lo entiendo.
― Mi vida es complicada ¿vale? Sabes que lo primero para mi es Evan, pero no es solo él, también está Chace.
― Entiendo ¿cómo está?
― Tiene sus días, pero en general es una espiral de negatividad.
― Si quieres puedo sacarlo a dar una vuelta por ahí un día.
― Puedes intentarlo y si lo consigues te estaría muy agradecida― Justin y Chace habían sido muy buenos amigos, de hecho yo había conocido a Justin por mi hermano. Su relación se había deteriorado un poco cuando su amigo me dejó embarazada y al sufrir el accidente, Chace, prácticamente no había vuelto a salir con ninguno de sus amigos. Lo del embarazo ya no debía ser un problema para él así que podrían salir algún día.
― También me jode ver a tu hermano así. Es obvio que después de todo lo que ha pasado no puede seguir siendo el mismo, pero no creí nunca verlo tan hundido. Antes era incapaz de estarse quieto y prácticamente se moría si se quedaba todo el día encerrado en casa.
― Dímelo a mi.
― ¿Qué crees que diría si le digo de ir al fútbol? Con Evan y conmigo.
― El fútbol puede funcionar, si hay algo que sigue sin perderse nunca es un partido.
― Entonces conseguiré entradas para el próximo partido del Chelsea.
― Eres estupendo, muchas gracias.
― Tampoco me disgusta el fútbol― Justin simplemente era otro fanático, vi muchos partidos cuando salía con él.
― ¿En serio?― bromeé.


1 Las personas parapléjicas suelen padecer de impotencia y varios niveles de incontinencia urinaria y fecal.

2 comentarios:

Gely dijo...

gracias An, la verdad ke estoy encantada con cualkier capi ke cuelgues ;)

aylu dijo...

gracias!! quiero muchos muchos capis :D