viernes, 6 de mayo de 2011

GUÍA PARA LA MUJER DEL SIGLO XXI

CAPITULO 7.


¿Quién diablos me estaba sacudiendo? Justo había empezado a dormir y me estaban despertando ¡iba a matar al dueño de la mano que sacudía mi hombro!

  • Dani despierta.- Iba a matar a Hugo puesto que era él quien me estaba despertando.
  • Déjame.
  • Son las ocho, llegarás tarde a trabajar.
  • Cinco minutos más.
  • No puede ser.
  • Tres.
  • Oye, soy yo el que tendría que estar hecho polvo, nunca mejor dicho.
  • Eres un idiota.
  • ¡Vamos, arriba!- como Hugo era un cansino y tenía razón terminé levantándome.
  • Te odio.- le dije mientras me ponía las bragas.
  • Buenos días también para ti.- le robé una camiseta que tenía encima de la silla y me dispuse a salir de su cuarto.
  • Luego te la devuelvo.- Salí y me encontré a Edu sentado en la barra de la cocina desayunando.- Buenos días.
  • Buenos días.- me dijo él con sorna en la voz. Hugo salió también de su habitación, en calzoncillos, bostezando y estirándose.
  • Hola.- le dijo a Edu, luego se fue a ducharse. Yo vi la hora que era y me alarmé, eran las 8.10.
  • Mierda que tarde.
  • No me extraña que se os peguen las sábanas.- me dijo Edu que me siguió al baño. Yo lo ignoré, me desvestí y me metí en la ducha.- Lo peor de todo- continuó.- es que no sois los únicos que no habéis pegado ojo.- le estaba oyendo pese a tener la cabeza debajo del agua, lo que significaba que Edu estaba gritando como una verdulera.- La próxima vez lo hacéis en tu cuarto que queda mas lejos del mío.- Me enjaboné el cuerpo y me aclaré el pelo, cuando salí de la ducha Edu aún estaba ahí, mirándome de manera acusatoria.
  • Lo siento, Edu.- le dije.
  • ¡No es que a ver, encima de que hace dos meses que estoy a dos velas tengo que sufrir que tu te tires a Mr. culito sexy!
  • Ah ¡Así que es eso!- le pregunté mientras me cepillaba los dientes.
  • ¿El qué?- tiré la pasta de dientes.
  • Que no estas enfadado por que hiciéramos ruido ¡Te estas vengando por tu falta de sexo!
  • ¡Claro que es eso!- chilló.
  • Edu, cielo, eres tonto. Hay por ahí un montón de tíos a quien puedes tirarte. Sal y hazlo.
  • Pero no me gustan.
  • Si, también es un problema que solo te gusten los heteros.
  • Son mas guapos.- Ya se le había pasado el berrinche porqué estaba desenredando mi pelo mientras yo me maquillaba.
  • ¿Has ido a ver al chico de la peluquería? Es realmente guapo.
  • No...
  • ¡Pues ya estás tardando!
  • ¿Y qué hago? Me planto ahí y le digo: Oye guapetón ¿qué haces esta noche?
  • No, vas y le pides que te corte el pelo. Edu cielo, voy a llegar tarde. Hablamos de esto después.


Y vaya que que lo hablamos, Edu no me dejó de taladrar la cabeza durante tres días, que si se sentía solo, que si los hombres huían de él, etc.


El viernes fue el último día que el bar estuvo abierto. Realmente me sentí bastante apenada, Juan no era un mal hombre, un poco seco, sí, pero no habría cerrado a no ser por esa necesidad.

Hugo me hizo pensar en que él también se quedaba sin nada y que con sus años le resultaría muy difícil encontrar trabajo.


Ese día volvimos a casa en silencio, no por nada, si no que ninguno de los dos tenía muchas ganas de hablar, yo estaba triste y a saber que pasaba por la mente de Hugo. Al llegar a casa él me preguntó si me encontraba bien.

  • Sí, solo estoy un poco cansada.
  • ¿Segura? No tienes muy buena cara.
  • Bueno, me siento bastante apenada por lo del bar.
  • Has trabajado mucho tiempo allí, es normal.
  • Lo sé, y al principio solo estaba cabreada pero ahora estoy preocupada por Juan. Mira que nunca me ha dicho mas de dos frases seguidas, pero...- Sentí que mis ojos se llenaban de lágrimas.
  • Anda, no llores.- me dijo Hugo.
  • ¡No estoy llorando!
  • Dani...¡No seas tontita!- Me abrazó. Mis lagrimas caían libremente por mi cara.
  • Es que estoy sensible ¿vale?- le dije con mi cara enterrada en su pecho.
  • Vale, pero que sepas que no te estoy diciendo nada.
  • Por si acaso.
  • ¿Tan malo crees que soy?
  • Sí, porqué has conseguido que Edu se confabule contigo en contra mía.
  • Eso es porqué nos gusta hacerte enfadar. En cambio, no creía que fueras capaz de llorar.- se burló.
  • ¡Idiota!
  • ¡AH! ya has vuelto.- Estuve abrazada a él durante unos segundos.
  • ¿Hugo?
  • ¿Hmm?
  • ¿Duermes conmigo hoy?
  • Claro.


No se que me impulsó a pedirle que durmiera conmigo esa noche, lo único que se es que fue agradable quedarme dormida abrazada a él. No hicimos nada mas, ni siquiera tuvimos un triste beso, simplemente dormimos.


Amanecí de un extraño buen humor, no es que esté amargada, pero no soy una persona muy alegre. Hugo quién seguía a mi lado aún estaba dormido ¿por qué tenía que ser tan guapo? Empezó a despertarse y cuando al fin abrió los ojos me dedicó una sonrisa moja-bragas, por si eso fuera poco, de un rápido movimiento, se inclinó sobre mi y me dio un maravilloso beso de buenos días:

  • ¡Qué día mas fantástico!- dijo antes de levantarse. Yo me había quedado aturdida.- ¿Te has dado cuenta que es la primera noche de sábado que no trabajas en...no se, mucho tiempo?
  • No, no lo había pensado.- contesté ya recuperada.
  • ¿Qué vas a hacer?
  • Esa es una buena pregunta.- Yo también me había levantado y estaba buscando mis zapatillas que estarían en algún lugar debajo de la cama.- Me debato entre salir y darme una juerga de esas que hacen historia o quedarme en casa con el pijama viendo una peli. La segunda opción es muy tentadora.
  • ¿Puedo proponerte algo?
  • ¿El qué?
  • Sal conmigo.
  • ¿Salir dónde?- encontré las zapatillas.
  • A cenar, luego podemos ir a tomar algo en un sitio tranquilo, al cine si lo prefieres o simplemente pasear.
  • ¿Me estás proponiendo una cita?
  • Sí.
  • Hugo...no es una buena idea.
  • ¿Por qué?
  • Pues porqué no es buena idea y punto.


Salí de mi habitación y me metí en el baño. ¿Por qué los hombres tenían esa estúpida obsesión por complicar las cosas? Citas, citas ¿Una cita para qué? Me duché mientras seguía enfadándome con Hugo por querer llevar las cosas a otro nivel.

Me desenredé el pelo de una manera tan violenta que por poco me quedo calva, casi me arranco la piel secándome con una toalla que había quedado demasiado áspera, no había manera que el delineado de mis ojos quedara simétrico, tuve que hacer el del ojo derecho 4 veces. Me frustré delante del armario porqué no sabía que ponerme, al final me fui en vaqueros (http://www.stradivarius.com/es/coleccion/tejanos/detalle/1581_tejano-capri-con-panuelo-), bailarinas negras (http://www.stradivarius.com/es/accesorios/zapatos/1532_bailarina-troquelada), la camiseta de la tienda y mi blazer negro.


Salí de casa sin ni siquiera tomarme un café, de manera que a media a eso de las 10.30 mi estómago rugió como un león mientras atendía a una señora, ella me dijo que estaba muy flaca y que nuestros jefes deberían darnos tiempo para tomar un café. Cuando estuve libre les dije a las chicas que iba a por unos cafés, fui rápidamente al Starbucks, pedí mocas para todas y yo me pedí también un muffin. La mañana pasó tranquila y estuve feliz de irme a casa a medio día.


En casa estaba Edu, por su cara llevaba poco tiempo despierto, era un suertudo que no tenía que trabajar los sábados. De Hugo no había rastro, dejé las cosas en mi cuarto y junto a Edu decidimos que comer. Hicimos nuestra especialidad ¡Ensalada! a la ensalada le tiramos un poco de todo, lechuga, endivia, tomate, atún, aceitunas, cebolleta y un poco de embutido, jamón, fuet y queso de cabra. La aliñamos con sal y aceite de oliva, a ninguno de los dos nos gustaba el vinagre. Mientras yo limpiaba lo poco que habíamos ensuciado, Edu dispuso la mesa. Yo iba a tomar agua para beber, pero Edu decidió que debíamos tomar vino.


Ya casi terminábamos de comer cuando llegó Hugo, nos saludó, fue supongo que a su habitación y volvió para preparar su comida. Él al contrario que nosotros se hizo un plato mas elaborado:

  • ¿Qué vas a comer, xurri?- ese fue Edu, genial, yo era cari y Hugo xurri.
  • Huevos revueltos con jamón y queso.- contestó él.
  • Yo si que tengo los huevos revueltos.- le dijo Edu en tono pícaro. Lo siento, me hizo gracia y me reí. Hugo me miró mal.
  • ¿Qué?- dije.- Ha sido gracioso.
  • Puede, pero cuando tu revuelves los huevos no hace tanta gracia.- me dijo. Yo me quedé de piedra.
  • ¿Recoges tú?- le pregunté a Edu.


Edu asintió y yo me fui a mi habitación. Hugo era imbécil, estuve un rato dando vueltas por mi cuarto furiosa, al final recordé mis clases de yoga, no sirvió para nada porqué solo asistí a una clase que era de prueba y gratis. Opté por respirar profundamente durante unos segundos, luego al ver que hacía sol y que no tenía ganas de que nadie me jodiera el día, me puse el bikini, encima una camiseta y unos shorts, cogí una toalla, gafas de sol y el iPod y me subí a la azotea a tomar el sol. Estuve allí varias horas, escuche música, me di la vuelta un par de veces,...


Volví a bajar a casa cuando el Sol empezó a descender, no había señales de que hubiera nadie en casa, así que me metí en la ducha, solo me enjaboné el cuerpo y al salir me puse el albornoz, me quité el maquillaje que me quedaba en los ojos y me solté el pelo, en mi habitación me vestí con mi pijama y fui a ver la tele. Cené un yogur y algo de fruta por pereza a prepararme algo, no me moví del sofá, comencé a ver una película pero como la estaba viendo a oscuras, tumbada en el sofá me quedé dormida antes de que terminara.


Desperté de un sobresalto, la luz del salón se había abierto y alguien estaba haciendo mucho ruido, me incorporé y me encontré con una imagen bastante desagradable. Hugo enrollándose con una tía, él la tenía contra la pared, las manos de ella estaban en el maravilloso culo de Hugo y parecía que estaban a punto de arrancarse la ropa el uno al otro:


Y me fui toda digna a mi habitación. Estaba bastante indignada y lo cierto es que no debería estarlo, lo que Hugo hacía o dejaba de hacer era su problema, a mi no me hubiera tenido que afectar. Bueno, lo cierto es que tampoco le di muchas vueltas, eso, o que estaba demasiado cansada para nada, volví a dormirme y no desperté hasta las 10 del día siguiente.

Cuando por la mañana salí de mi habitación y fui a la cocina a prepararme un café me encontré con la novia de Hugo:

  • Buenos días.- le dije. Ella no tenía la culpa de que Hugo a veces fuera idiota. Además cuando la miraba me sentía inmediatamente culpable.
  • Hola.- respondió ella escuetamente.
  • Voy a hacer café ¿quieres uno?
  • No, gracias.- Yo me puse una cápsula en la Nespresso.- Creo que es el momento de dejar las cosas claras.- me dijo.
  • ¿Sobre qué?- me hice la tonta.
  • Oye guapa, no te hagas la tonta conmigo. Sabes perfectamente de lo que te estoy hablando.- me dijo en tono amenazador.
  • Mira bonita.- le respondí de la misma forma.- Supongo que estás hablando de Hugo.
  • Pues sí, y por si aún no lo sabes, es mi novio.
  • ¡Me alegro!- exclamé sarcástica.- A mi me da igual, todo para ti, pero por tu bien, quizás deberías asegurarte de que él opine lo mismo que tu.
  • ¿Qué quieres decir?
  • Pues que según él habéis cortado.- Ella no parecía ya tan brava. Respiré profundamente e intenté apaciguarme.- Mira Sofia.- Le dije.- Si habéis vuelto, tranquila, yo no quiero nada con él, aunque estuviera solo tampoco me interesa.- Que mentira mas grande había soltado, si que me interesaba, me pegaba unos polvos fantásticos.
  • ¿Pero habéis tenido algo?
  • ¿Qué? ¡No! nosotros nada.- En ese momento hizo acto de presencia el rey de Roma.
  • ¡Hugo!- le chilló su “novia”.- ¿Te has acostado con esta perra?- Hugo se quedó de piedra. Y yo me cabreé. ¡Intentaba ser civilizada y ella me llamaba perra!
  • ¡Pues sí!- grité yo.- ¡Me lo he tirado! Y no veas chica, que maravilla. No se porqué estás tan amargada si te has pasado la noche follando con él.
  • Dani...- dijo Hugo.
  • Oh vamos, no seas modesto.- me acerqué a él y me pegué a su cuerpo.- ¡Me encanta que me folles! Me encantó el otro día en el baño, y en tu cuarto, y en el mío.
  • ¡Eres una zorra!- me dijo ella.
  • Y tu llevas unos cuernos que no pasas por la puerta, imbécil.- le contesté. En ese momento de la habitación de Edu salió Edu acompañado de un maromo que estaba bastante, bastante bueno.
  • ¿Por qué estás gritando así, Dani?- preguntó Edu. Entonces vio el panorama.- ¿Tu no tendrás novio, no? Porqué ya ves como acaban los triángulos amorosos?- le dijo a su acompañante.
  • ¡Iros todos a la mierda!- Sofía se dirigió al cuarto de Hugo (supongo que a buscar sus cosas) Este la siguió.
  • ¡Edu!- le dije contenta por verlo en tan buena compañía.- ¿Y este quién es?- Él se quedó pensando.
  • Perdona ¿cómo te llamabas?
  • Andrés.
  • Pues eso, es Andrés.- yo me eché a reír.
  • ¿Café?- los dos sintieron. Mientras les servía sus tazas la novia despechada pasó hecha una furia y después de dos segundos escuchamos un portazo.
  • ¿Es todos los días así?- preguntó Andrés.
  • No, esta es la función de los fines de semana.- contesté. Al cabo de unos minutos volvió Hugo.
  • ¿Estarás contenta?- me preguntó.
  • ¿Yo? ¡Mucho! ¿No lo notas? desprendo felicidad por cada uno de mis poros.
  • Dani...
  • Oye, ha empezado ella. He intentado comportarme como una persona, pero no me gusta mucho que me llamen perra por la mañana.- Él suspiró.
  • En fin, da igual, está loca. ¿Hay café?


Y si, después del número de circo que había provocado la loca de la novia de Hugo, hicimos como si nada.



¡Si queréis hacerme un poquito feliz, comentad!

4 comentarios:

Irina dijo...

*__* me encanta sta historiaaa! jiji

Clara dijo...

Un capitulo genial, as always :)
Parece que Dani ya empieza a sentir algo más por Hugo...
Espero el siguiente cuanto antes! Bss!

Anónimo dijo...

Qué emoción... Estoy deseando ver lo que pasa..
Saludos =D

Natu dijo...

Tu capitulo me encanto !! Yo quisiera vivir en un apartamento asi ! con funciones de circo en la mañana xD Sigue asiii ! y disculp aque no comente tan seguido como antes, pero estoy con un monton de cosas en el colegio xD
Sabes que me gustaria mas ??
Que publiques mas seguido !! jajajaja ojala mi deseo se haga realidad xD
Muchisima suerte !!
(Me encanta tu blog ;)
Besotes chocolatosooos !