jueves, 4 de agosto de 2011

EL CASTIGO DE ERIS.

CAPITULO 9.


Seguí a Denny hasta la planta inferior, me condujo hasta la cocina y me preguntó si tenía hambre, yo le dije que si y él empezó a preparar algo para comer:

  • ¿Y de dónde ha salido esta ropa?- le pregunté.
  • Era de mi esposa, se dejó aquí algunas cosas.
  • ¿Divorcio?- él asintió.- ¿Qué pasó?- le pregunté curiosa.
  • Nada que te importe.- me dijo de manera muy borde.
  • Pues vale.
  • Hablemos de ti ¿quién coño eres?
  • ¿Cómo qué quién soy?
  • ¿Eres poli?
  • No, no soy poli.
  • ¿Pretendes que me lo crea?- no se de dónde salió pero el cañón de su pistola estaba contra mi frente.- Habla o te vuelo la cabeza.
  • Me gustaría verlo.
  • Puede que mi hermano sea un idiota y crea las mentiras que le hayas contado, pero yo no. Se que no eres agua limpia.
  • En realidad a tu hermano no le he contado nada. Y a tu te voy a decir lo mismo que él. Soy griega y estoy aquí porqué mi padre me ha desheredado. Punto.
  • ¿Por qué entiendes tanto de armas? ¿Por qué tienes tanta sangre fría a la hora de matar?
  • Es un hobbie.
  • Eso no explica la sangre fría y la pericia al matar, no explica que estés tan tranquila cuando te estoy apuntando con un arma.
  • Estuve en el ejercito.- mentí.
  • Mientes.
  • Si te digo la verdad no me creerías.
  • Prueba.
  • Se te está quemando la carne.
  • Eris.- me había cansado de ese interrogatorio. Con un rápido movimiento le noqueé y le quité el arma.


El muy idiota se quedó tendido en el suelo inconsciente, yo me acerqué a los fogones para voltear la carne, no me gustaba demasiado hecha. Abrí su nevera y vi que había lechuga, lavé un poco para servirla junto a la carne, después de unos minutos volví a sentarme en la barra para comer. Justo cuando estaba acabando Denny recuperó el conocimiento:

  • ¿Qué coño?- preguntó fortándose la nuca.
  • Tu comida está fría, lo siento.- puse mi plato y mis cubiertos en el lavaplatos. Él ya estaba de pie y me miraba sorprendido. Saqué su arma de mi bota y se la tendí, él la agarró.- Lo único que tienes que saber de mi, es que me llamo Eris y que mientras que no me molestes yo no te mataré. Tom me da la oportunidad de hacer lo que mas me gusta, pero como sigan los interrogatorios te aseguró que os puedo hacer la vida imposible a todos. ¿Hay algún sitio en que pueda dormir?- Denny tardó unos segundos en contestar.
  • Arriba, la habitación continua a la de Tom.
  • Gracias. Y buenas...que tengas un buen día.- rectifiqué al ver que el Sol ya estaba saliendo.


Subí a la habitación que me había indicado, era bastante aceptable, aunque los colores eran muy claros. Me desnudé y me metí en la cama, al cabo de muy poco rato me dormí.


Desperté después de varias horas cuando sentí que había alguien en mi habitación, no pensé que Denny fuera tan estúpido, ya le había dejado las cosas claras. Abrí los ojos y en efecto, allí estaba él:

  • ¿Qué quieres?
  • Jason está aquí, va a volver a la ciudad. ¿Quieres ir con él?
  • Claro.- me levanté inmediatamente, Denny emitió un jadeo.-¿Qué?
  • ¿Podrías no pasearte desnuda tan alegremente?
  • ¿Por qué? ¿Te pone nervioso?- me acerqué a él.
  • Pues la verdad, sí.
  • Que tierno...
  • No es por ser tierno, es porqué eres la novia de mi hermano y no creo que le haga mucha gracia que te haya visto desnuda.
  • No soy la novia de tu hermano.- volví a recostarme en la cama de manera insinuante.- Así que no tienes que preocuparte por verme desnuda. Ni por otras cosas.- le dije acariciando la parte externa de mi muslo. Pude ver claramente su excitación.
  • Vístete, Jason se va dentro de 15 minutos.


Y salió de mi habitación. No podía creer que ese, ese...ese idiota me hubiera rechazado, realmente mi intención sólo había estado provocarlo un poco y luego mandarlo a paseo, pero lo que ese humano insignificante terminaba de hacerme no tenía nombre:

  • ¿Qué pasa Eris? ¿Estás perdiendo tu toque?- por si fuera poco mi hermano hizo su aparición.
  • ¿Ahora te dedicas a espiarme?
  • Me aburría y decidí ver que hacías, no pensé que me resultara tan gratificante.
  • ¡Vete a la mierda bastardo hijo de perra!
  • Ah... tú, toda dulzura.- y le di un puñetazo. Que no le hizo nada.- ¿Olvidas que ya no tienes tu fuerza divina?
  • ¡Te odio!
  • Anda, no te enfades, sigues siendo preciosa. El humano debe ser un mariposón.
  • Ares, vete ya. Y convence al desgraciado de tu padre que me devuelva mis poderes pronto, o si no, cuando él decida hacerlo voy a acabar con toda la humanidad.
  • No puedes hacer eso.
  • ¿Ah no?
  • Papá te mataría. Literalmente.
  • Bien. Espero que lo haga, porqué no tengo ningún motivo para vivir eternamente. Ese desgraciado ya me ha quitado todo lo que me importaba así que adelante, que acabe de una vez conmigo.
  • Eris...
  • ¡Vete!
  • Hermana...
  • ¡Que te vayas de una maldita vez!


Ares se marchó y a mi me costó unos minutos recuperarme de mi momento de desesperación. Cuando estuve serena me vestí y bajé a la cocina-comedor. Mi humor era terrible, Jason y Denny lo notaron y no se atrevieron a hacerme ningún comentario, Denny solamente puso un plato de tortitas delante de mi, me las comí pero cada vez que pinchaba una con el tenedor parecía que la estuviera acuchillando.

  • Eris.- me llamó Denny.
  • ¿Qué?- mas que una respuesta fue una mordida venenosa.
  • Tom está despierto ¿vas a subir a verlo antes de irte?
  • No.


Jason, que no había abierto boca en ningún momento, se terminó su café y me dijo que me esperaba fuera, terminé de comer en un par de minutos y salí a su encuentro, estaba fumando y al verme aparecer tiró el pitillo y se subió al coche, un Audi de color negro. Me subí en el asiento de copiloto y el arrancó sin decir ni mu, simplemente puso música, bastante aceptable.


Al volver a entrar en Manhattan Jason me preguntó si me llevaba a casa de Tom, le dije que si porqué era ahí donde estaban la mayoría de mis cosas ¿y qué diablos? Había servicio.

Aparcó delante del edificio en el que Tom residía y me informó de que él volvería a los Hamptons a la mañana siguiente:

  • Si quieres venir, pasaré a buscarte por aquí.
  • Aún no sé lo que voy a hacer.
  • En ese caso ten mi numero de móvil y me llamas cuando lo sepas.
  • Está bien.


Bajé del coche e Ivan el portero se apresuró a abrirme la puerta, subí hasta el apartamento, allí no había nadie a parte del servicio, después de meditarlo por un rato, hice una maleta con mis cosas y decidí volver al decrépito apartamento en Chinatown, hice que el chófer me llevara. Hacía días que no sabía nada de mis “compañeros”, pero lo cierto es que ambos me habían dejado de parecer mínimamente aceptables cuando había conocido a Tom y me había adentrado en su mundo.

Arthur, el chófer me dejó en frente del apartamento, como siempre,el lujoso coche llamó la atención sobremanera entre los comerciantes asiáticos de la calle. Yo salí del auto como si nada mientras que Arthur sacaba mi equipaje del maletero, dejó la maleta en mi puerta y se ofreció a subirla pero le dije que podía marcharse. Él se fue no sin antes recordarme que le llamara si necesitaba desplazarme.


Abrí la vieja puerta de un empujón, pues el cerrojo continuaba roto, arrastré la maleta por el desgastado suelo de madera y empecé a subir por las irregulares escaleras cuya moqueta estaba sencillamente llena de roña. Al llegar a la puerta del apartamento saqué las llaves y abrí, allí delante de mis ojos estaba Will, retozando en el sofá con una chica:

  • ¡William!- chillé teatralmente- ¿Me voy de viaje por unos pocos días y decides engañarme?
  • ¿Es tu novia?- preguntó la chica con una mezcla de enfado y vergüenza.
  • ¿Qué? ¡No!- se apresuró a responder él.- Sólo es mi compañera de piso, Eris, te he hablado de ella. Eris, esto no tiene gracia.- Yo me eché a reír.
  • Te dice la verdad.- le dije a la chica entre risas.- Pero es que no he podido evitarlo, siempre había querido hacer esto.
  • No tiene ni puta gracia, Eris.
  • Oh, si la tiene, lo que pasa es que tienes que estar en mi situación para verla.


Dicho eso les dejé otra vez solos y me fui a mi habitación, volvía a estar entre esas cuatro paredes, que aburrimiento. Acostumbrada ya a no tener nada que hacer, cuando estaba en el Olimpo era algo habitual me tumbé en la cama y encendí la tele que tenía en el cuarto. No echaban nada bueno así que después de un rato de hacer zapping llamé a Jason para informarle de que por la mañana iba a volver con él a los Hamptons.

La mañana siguiente Jason pasó a por mi, tan puntual que tuvo que esperarse. El viaje de vuelta fue como el del día anterior, silencioso, únicamente la radio rompía ese silencio. Puedo decir que Jason era un humano que no me disgustaba, seguramente de nacer siglos atrás hubiera sido un buen soldado y de ser así lo hubiera acogido bajo mi protección, era callado, serio aunque sospecho que tenía también sentido del humor, estaba atento a todo y era de uno de esos hombres del que de tenerlo de tu lado podías estar segura de que era totalmente leal.


Cuando llegamos de nuevo a la casa de Denny este salió a saludarnos, bueno a Jason porqué su cara al verme de nuevo allí fue un poema:

  • ¿Qué coño hace ella aquí?- Denny no dudó en hacerme saber lo poco que le agradaba mi presencia.
  • Yo también me alegro de verte, gilipollas.- le respondí. Ambos idiotas me ignoraron.
  • Ayer le dije que hoy estaría de vuelta y que si quería podía venir. Me llamó anoche, cosa que no esperaba que hiciera.
  • ¿Entonces por qué coño se lo dijiste?
  • Por educación.- contestó tranquilamente Jason.
  • Pues tiene que irse.
  • ¿Qué? Y una mierda, no voy a ir a ningún lado. Acabo de llegar.- sentencié.
  • Nicky llega hoy.- Le dijo Denny a Jason.
  • ¿Quién coño es Nicky?- pregunté yo ya muy cabreada.
  • La mujer de Tom- Me informó Denny.

Bueno, se que no tengo excusa por tardar, tanto, tanto, tanto tanto...aún así espero que comentéis.

1 comentario:

Vallery dijo...

muy bueno el cap, espero ya el siguiente