martes, 23 de agosto de 2011

EL CASTIGO DE ERIS.

CAPITULO 10.


Estaba tan cabreada cuando asimilé la información, que subí a buscar a ese imbécil para sacarle los ojos con mis propias manos y luego cortarle su ridícula polla a rodajas. Abrí furiosa la puerta de su habitación y ésta golpeó la pared con fuerza:

  • Elige bien tus palabras saco de mierda, porqué van a ser las ultimas.
  • Eso va a ser bueno.- le dijo Jason a Denny, ambos me habían seguido escaleras arriba.
  • Eris ¿qué te pasa?- me preguntó extrañado Tom des de la cama.
  • ¡Pasa que estás casado maldito hijo de perra!
  • Se lo has di...ahhhhh- Tom iba a reprender a su hermano pero mi mano encontró fácilmente su herida y empecé a ejercer presión sobre ella haciendo así que gritara como una niña. En ese momento Jason y Denny intentaron apartarme de él, les fue difícil pero aún así lo consiguieron, porqué eran dos, porqué ya no tenía poderes y porqué estaba muy cabreada para hacerles caso de verdad.
  • ¡Eres una perra!- me chilló Tom recuperándose del dolor.
  • Y tu un mierda, no soy el segundo plato de nadie.- y lo maldije en griego antiguo, así que nadie entendió nada.
  • Eso no ha sonado muy amable.- dijo Jason.
  • ¡Basta! ¿podéis comportaos como personas civilizadas?- gritó Denny.
  • ¡No!- respondí, me liberé del agarre de Jason con intención de golpear a Tom, pero por desgracia Denny aún me tenía sujeta.
  • Deduzco que Eris no sabia que estabas casado ¿no, hermanito?
  • Cállate, esto es culpa tuya.- le dijo Tom a su hermano.- Eris, lo siento yo no pensaba que esto fuera a llegar tan lejos.
  • Eso me importa una mierda, me da igual que estés casado o que seas marica, por mi como si eres las dos cosas ¡Pero no debiste jugar conmigo, vas a arrepentirte porqué te voy a matar de una forma lenta y especialmente dolorosa, y luego voy a echar tus restos putrefactos a los perros. ¡Tus gritos de nena se van a escuchar des de Canadá!


En ese momento escuché la voz de Apolo en mi cabeza, cosa que me irritó aún mas:

  • No es que no me esté gustando tu discurso de mujer despechada, en realidad me ha puesto bastante caliente.
  • Vete a la mierda.- le respondí de vuelta.
  • Creeme, en este momento no quieres mandarme a la mierda.
  • Siempre quiero hacerlo.
  • El Gran Jefe ha decidido centrar tu atención en ti, ahora mismo Ares lo está entreteniendo pero no va a durar.
  • No pienso darte las malditas gracias.
  • ¿Echamos un polvo luego?
  • Ve a tirarte a alguna ninfa que te odie. Ah no, prefieren convertirse en árbol a que les metas tu decrépita polla.*N/A: hago referencia al mito de Apolo y Dafne. Dejaré la explicación del mito al final para quien no lo sepa.


Con eso la voz de Apolo desapareció. En ese momento tenía dos opciones, la primera era mi reacción natural, cargarme a Tom, pero si hacía eso no volvería a pisar el Olimpo en mucho, mucho tiempo. La segunda opción era fingir que me estaba reformando, para hacer eso debía tragarme el orgullo, un hecho nada fácil para mi.


Conseguí tragarme el orgullo y convencer a Denny y Jason de que estaba calmada, me soltaron y salí del cuarto con la mayor dignidad que pude. Denny me acompañó hasta la puerta, y al abrirla nos encontramos cara a cara con una mujer bastante guapa, debía rondar los 35 años, delante de nosotros:

  • Nicole.- por un momento pareció que Denny se había quedado sin habla.
  • Denny ¿dónde está Tom?
  • Mi hermano está en el piso de arriba.
  • ¿Cómo está?
  • Sólo es una herida en la pierna, se pondrá bien.
  • Por desgracia.- murmuré.
  • Disculpa ¿quién eres tu?- me preguntó la tal Nicky/Nicole con desdén.
  • Te recuerdo que esta sigue siendo mi casa, y no tienes ningún derecho de preguntar a mis invitados nada. Menos con ese tono.- le respondió Denny con frialdad. ¡Y yo pensaba que le caía mal!
  • Puedo preguntar si estás poniendo en peligro a mi marido. No confiamos en desconocidos.
  • Tu marido se mete en peligro él solo y ahora mismo podría estar muerto de no ser por esta desconocida.
  • Pensaba que era tu trabajo evitar que a Tom le pasara algo.
  • Mira zorra despiadada...- empezó a decirle Denny al mismo tiempo que Ares me informaba que tenía toda la atención de Zeus.
  • Mira, no hace falta que discutáis por mi. Nicole está preocupada por su marido, que suba a verlo. Yo voy a salir y dar una vuelta. ¿Vienes Denny?


Oh si, esa había sido una gran actuación, grandiosa, estaba orgullosa de mi misma, le había hablado a esa puta con tanta amabilidad que a mi lado el imbécil de Gandhi parecía malo.


Denny llamó a Jason que se nos unió y salimos de casa. Afuera, estaba Arthur, el chófer de Tom, junto con el coche. El hombre me saludó con la cabeza. Estaba siguiendo a Denny y Jason sin tener la mas mínima idea de dónde nos dirigíamos, poco me importaba. Caminamos durante unos diez minutos aproximadamente, en los que esos dos hablaban de sabe Zeus qué. No me interesaba para nada, estaba intentando controlar mi ira y si hablaba era consciente de que de mi boca solamente saldrían barbaridades, tacos, amenazas y maldiciones.

Finalmente llegamos a un bar y esos dos entraron así que les seguí. El sitio no era ninguna maravilla para estar en los Hamptons que se suponía que era un Manhattan en miniatura:

  • Un whisky doble sin hielo.- dijo Denny mientras se sentaba en el taburete.
  • Una cerveza.- Pidió Jason que se sentó en otro taburete. Yo les imité.
  • Una cerveza también para mi.-Pedí.
  • Claro ¿me enseñas tu permiso de conducir?
  • ¿Cómo?- ¿En serio ese tipo me estaba pidiendo mi carné de conducir? A Jason se le escapó una carcajada.
  • Si no tienes 21 años no te puedo servir la cerveza, guapa.
  • Esto tiene que ser una jodida broma.- rebusqué en mi bolso la maldita identificación y la dejé con rabia encima de la barra. El tipo la miró durante unos segundos y me la devolvió. Solo entonces empezó a servir las copas.
  • Mejor deja la botella.- le indicó Jason al hombre al ver la rapidez con que Denny se había bebido su trago.
  • ¡Le odio!- exclamó Denny después de cuatro vasos.- ¡Y a él! ¡Los odio a los dos!- Jason puso los ojos en blanco.- Esa maldita hija de perra aún se cree con derecho a venir a mi casa y darme órdenes.¡Es una mala pécora! Y él es un imbécil que después de todo el daño que hizo para estar con ella va y se dedica a follarse a crías que ni siquiera tienen la edad legal para beber.
  • Si estas hablando de mi.- dije tranquilamente y divertida por el show.- Hace bastante tiempo que tengo edad para beber.
  • Pues claro que me refiero a ti, mocosa.
  • ¿Sabes? Estoy intentando controlar mi ira y tu no ayudas.
  • Me importa una mierda que tu estés intentando controlar tu ira. Yo estoy intentando controlar la mía.
  • Pues yo estoy intentando tomar una cerveza.-Añadió Jason.
  • ¡La odio!- exclamó Denny.
  • Si ahora no he dicho nada.- me quejé.
  • No se refiere a ti.- me aclaró Jason.
  • Esa maldita arpía, ojalá no la hubiera conocido nunca.
  • ¿Por qué tengo la impresión de no estar entendiendo nada?- Le pregunté a Jason.
  • Es una historia complicada, Nicky era antes la mujer de Denny.- Eso me dejó un poco pasmada.
  • Ahora entiendo porqué está así.
  • Y no has visto nada, va a ir a peor. Sus borracheras son siempre muy malas. Mas cuando se emborracha por culpa de Nicky.


Los humanos eran patéticos, aunque debo reconocer que en cuánto historias amorosas la Tierra no se diferenciaba tanto del Olimpo.

Seguimos bebiendo los tres, en especial Denny, al que finalmente tuvimos que sacar del bar a rastras. Volvimos a casa y después de que intentara ir a bañarse y muchas otras gilipolleces decidí noquearlo, de esa manera conseguimos meterlo en la cama.


Cené con Arthur y Jason ,que tuvo la amabilidad de preparar la cena para todo el que tuviera hambre, eso incluía a Tom y Nicole, pero estos dos últimos decidieron cenar en la habitación. Después de la cena yo también subí a acostarme en “mi habitación”, era la misma en la que había dormido la última vez, estaba vacía y Arthur había dejado allí mi equipaje. Estaba desnudándome cuando mi hermano se materializó en el cuarto, iba vestido con una túnica signo de que había pasado el día en el templo del gran jefe:

  • Hola hola, hermanita.- dijo.
  • ¿Es que no podré librarme jamás de ti?
  • Pues no, vengo a traerte noticias.
  • ¿Puedo volver al Olimpo?
  • No todavía.
  • Así vete.
  • Pero papá está muy sorprendido.- Hubo otro destello e hicieron aparición Dionisio y el cansino de Apolo.
  • Y vosotros dos, idiotas ¿qué hacéis aquí?- les gruñí.
  • Yo venir a verte.- Dijo con una sonrisa Dionisio.
  • Yo vengo a ver cuán agradecida estás por mi ayuda prestada.- Ese fue el dios de los idiotas.
  • No estoy agradecida.- contesté a Apolo.- No tengo ganas de verte.- Contesté a Dionisio.- ¿Por qué Zeus está sorprendido?- pregunté a mi hermano.
  • Ha dicho que no esperaba que fueras capaz de controlar tu ira. Pero no se ha tragado tu actuación con la humana.
  • ¿Cómo que no? ¡Ha sido de Oscar!
  • Si, para quien no te conozca, pero te recuerdo que es tu padre y te conoce.
  • Muy a mi pesar...- refunfuñé.- ¿Ha dicho cuando puedo volver?
  • No.
  • ¡Genial!- ironicé.- Ahora vosotros dos.- dije apuntando a Ares y Apolo con el dedo.- Fuera de aquí.
  • ¿Por qué Dionisio puede quedarse?- protestó Apolo.
  • Porqué me lo voy a tirar.- Dionisio se puso contento de escuchar eso e hizo una especie de baile de la victoria. Para ser un Dios tenía muy poca coordinación a la hora de bailar.
  • ¡No es justo!- se quejó de nuevo Apolo.
  • Oye ¿cuándo te vas a dar cuenta de que me caes mal?- Apolo me miró con rabia y se marchó con el habitual destello dorado.
  • ¡Sigue así, Eris!- me animó fingidamente Ares.- Se te da genial hacer amigos.- Y también se fue.
  • ¿Así vamos a follar?- me preguntó Dionisio. Le miré y ya estaba desnudo y dispuesto.
  • Si idiota, vamos a follar.


Mito de Apolo y Dafne:Cuenta el mito que Apolo quiso competir con Eros en el arte de lanzar flechas. Eros, molesto por la arrogancia de Apolo, ideó vengarse de él y para ello le arrojó una flecha de oro, que causaba un amor inmediato a quien hiriere. También hirió a la ninfa Dafne con una flecha de plomo, que causaba el rechazo amoroso. Así que cuando Apolo vio un día a Dafne se sintió herido de amor y se lanzó en su persecución. Pero Dafne, que sufría el efecto contrario, huyó de él. Y la ninfa corrió y corrió hasta que agotada pidió ayuda a su padre, el río Peneo, el cual determinó convertir a Dafne en laurel. Cuando Apolo alcanzó a Dafne, ésta iniciaba la transformación: su cuerpo se cubrió de dura corteza, sus pies fueron raíces que se hincaban en el suelo y su cabello se llenó de hojas. Apolo se abrazó al árbol y se echó a llorar. Y dijo: «Puesto que no puedes ser mi mujer, serás mi árbol predilecto y tus hojas, siempre verdes, coronarán las cabezas de las gentes en señal de victoria».

La transformación la relata Ovidio en el poema Las metamorfosis. Este mito ilustra el origen de uno de los símbolos típicos del dios, lacorona de laurel.


"En mi historia Eris pasa de las flechas y de Eros para "joder" a Apolo". Como siempre siento que tarde tanto en actualizar pero es que prefiero tomarme mi tiempo y hacer un "buen capitulo" a escribir algo que luego no vaya a ningún sitio. Se que este no parece un capitulo muy importante pero se "desvelan" cosas que si lo son.

Bueno espero que os haya gustado, besos y COMENTAD. AN.

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