jueves, 22 de septiembre de 2011

SEX, DRUGS & ROCK N' ROLL.

CAPITULO 2.


Tres días después quedé a comer con mi amiga Olivia, los miércoles yo no trabajaba por las tardes así que le podía dedicar el tiempo que ella se merecía. Quedamos en un restaurante en el centro, cuando yo llegué ella ya estaba esperando, porqué si Olivia tenía alguna cualidad o defecto según se mirase es que era puntual como un reloj suizo, seguramente un Swatch, de lo pija que llegaba a ser.

Estaba sentada en una de las mesas, mirando su iPhone, su largo cabello rubio estaba recogido en una coleta alta con mucho estilo, llevaba una ligera capa de maquillaje y vestía una falda azul alta de cintura y una camiseta de rallas marineras con el símbolo de Chanel, una chaqueta de punto también azul marino, medias y zapatos de tacón. Estaba tomando una Coca.cola light ¡Que pija era!

  • Hola, Oli.- la saludé y ella levantó la vista de su teléfono.
  • Hola, Dick.- me saludó con una sonrisa y yo me incliné para darle un beso en la mejilla antes de sentarme.- Dime.- dijo ella en tono reprobador.- ¿Qué tienes en contra del afeitado?
  • Nada, en realidad me afeité ayer.- ella me ignoró, estábamos en el momento en que ella me dejaba claro que no estaba nada de acuerdo con mi estilo de vida.
  • ¿Sabes? Hubieras podido ser muy guapo.
  • Soy muy guapo.- bromeé.- Tú eres la única que no quiere acostarse conmigo.
  • Es increíble que te quieras tanto.
  • ¿Sabes qué es mas increíble aún?
  • No ¿qué?
  • Que tu seas tan pija y que pasemos por esto cada vez que nos vemos.- le dije dedicándole mi sonrisa mas encantadora. Ella resopló.
  • Cuéntame ¿qué tal todo?
  • Pues como siempre, bien. Ya sabes liado con mis cosas.
  • Ayer me encontré con tu hermana, dice que hace días que no sabe nada de ti.
  • Es cierto, las últimas veces que he hablado con mis padres ella no estaba en casa.- Vino el camarero con las cartas y me preguntó que quería beber, pedí una cerveza.- Pero oye.- le dije a Olivia mientras ojeaba el menú.- ¿Qué es eso que tenías que decirme?- Por teléfono me había dicho que quería hablar conmigo.
  • Ah, bueno.- ella se hacía la tonta.- Nada muy importante, estoy saliendo con alguien.
  • ¿Tu? ¿Enserio?- Creo que esa la primera vez que Olivia me hablaba de “chicos”.
  • ¡Oye! ¡Quita esa expresión de sorpresa de tu cara!- me reí.
  • Perdona, no estoy sorprendido de que salgas con alguien, si no de que me lo cuentes.
  • Bueno...él me gusta en serio.
  • ¿Cómo se llama? ¿Le conozco?
  • Se llama Lucas y no creo que le conozcas.
  • Bueno, con esa poca información no puedo decirte mucho.
  • En realidad, quería pedirte consejo.
  • ¿Tú a mi?
  • Si.- el camarero volvió con mi cerveza y aprovechamos para pedir.
  • ¿Sobre que quieres mi consejo? ¿Sexo?
  • No, no necesito consejo sobre sexo, gracias.- dijo cínicamente.
  • Lo se, aún me acuerdo de lo que dijo Quim sobre ti en el instituto.- le dije para incordiarla.
  • ¡Oh cállate! No se como me dejé embaucar por ese imbécil.
  • No pasa nada, luego me enrollé con todas sus novias para vengar tu honor.- le dije.
  • Oh, muy amable por tu parte, debió de ser un gran sacrificio para ti.
  • Lo cierto es que si, pero tranquila, algún día vas a poder devolverme el favor. En fin, cuéntame ¿qué pasa con tu novio?
  • Bueno, él es algo mayor.
  • ¿Muy mayor?
  • No, no mucho en realidad.
  • ¿Cómo de 30?- ella negó con la cabeza.-¿35?- volvió a negar.- ¿40?- le pregunté ya preocupado.
  • 42 en realidad.
  • Joder Oli, eso no es un poco mayor.
  • Lo sé.
  • Se lleva menos años con tu padre que contigo.
  • ¿Crees que no lo se? ¡Por eso quería hablar contigo!
  • Bueno, relax.- le dije yo suspirando.- ¿Hace cuánto sales con él?
  • Pues...unos 7 meses.
  • ¿Le quieres?
  • Sí.
  • ¿Y él a ti? ¿Te quiere? ¿Te trata bien?
  • Creo que si, que me quiere. Y porsupuesto que me trata bien.
  • No está casado ¿verdad?
  • ¡Claro que no!- Y me dio un manotazo en el brazo.
  • ¡Oye! Que solo preguntaba.
  • No soy tan estúpida como para liarme con alguien casado.
  • Bueno, son cosas que pasan.
  • Esas cosas sólo te pasan a ti.
  • Correcto.- afirmé echando mi memoria unos años atrás.- Bueno ¿a qué se decida?
  • Es psicólogo.
  • ¿Es argentino?- le pregunté pensando en su nombre. Ella asintió y yo solté una carcajada.- ¿Sabes que todo tu eres un cliché?
  • ¿Perdona? ¿Quieres que hablemos de ti?- levanté las manos en señal de rendimiento.
  • Otro día.- dije.
  • Bien.
  • ¿Entonces vas a presentármelo?
  • Solo si aceptas.
  • ¡Oh vamos Oli, no me jodas!- ella puso cara de no saber de que estaba hablando.- Los dos sabemos que me estás contando esto para que te apoye cuando se lo presentes a tus padres.
  • ¿Cómo puedo ser tan obvia?- se rió ella.
  • No es eso, pero es que nos conocemos hace años.
  • Cierto ¿quedamos con él el viernes?- yo puse mala cara.- No será mucho rato, después puedes ir a zorrear.
  • ¡Yo no zorreo, el término zorrear sólo es aplicable a las mujeres!- dije indignado.
  • Pues después de la cena podrás ir a hacer lo que sea que tu haces.
  • Está bien.- resoplé.


La comida continuó y hablamos de su novio y también de otras cosas mas superfluas. Por la tarde fuimos a la nueva exposición que había en el MACBA. Tomamos un café y nos despedimos, ella prometió llamarme el viernes por la tarde para confirmar la cena.


Llegué a casa sobre las nueve y lo único que me apetecía hacer era tomarme una cerveza, fumarme un porro bien cargado y tumbarme en el sofá. Lo hice, sólo que acompañado de unos trabajos que tenía que corregir. Mis amigos me encontraron de esa guisa.

  • ¡Pero bueno!- exclamó Piti.- ¿Tú trabajando?
  • Lo hago de vez en cuando.
  • Pensábamos que habías muerto, no has aparecido por la Guarida en toda la tarde.- Dijo Oscar.
  • He ido a comer con Oli y he pasado la tarde con ella.
  • Pobre chica...¿cuándo nos la vas a presentar?
  • Nunca, panda de cerdos.
  • Perdona, pero no se si te has dado cuenta de que el cerdo siempre has sido tú.
  • Yo no soy un cerdo, las mujeres me quieren.- bromeé yo.
  • Que alguien le pegue.- dijo Héctor des de la cocina.
  • Ya lo he hecho.- dijo Piti que efectivamente ya me había dado un puñetazo en el hombro. A ese paso ese brazo iba a quedarme inservible.
  • ¿Qué vamos a cenar?- pregunté.
  • Hmm...¿Pizza?- dijo Piti.
  • Pues anda, coge el teléfono y llama.
  • Voy.


Llamamos al Telepizza y cuando llegaron las pizzas cenamos bebiendo cerveza, a ese paso nos iban a dar acciones. Vimos la tele y como no había nada decente sacamos la Wii.

Nos fuimos a la cama pasadas las tres de la madrugada así que por la mañana no había quien se levantara, yo tuve que hacerlo si o si, en cambio los cabrones que seguían en la universidad simplemente pasaron de ir a clase ¡Panda de capullos!


Mis clases fueron un muermo, no sólo para mis alumnos si no también para mi, menudo rollazo. Comí en casa unas empanadillas y algo de lechuga, me volví al instituto para dar la clase que tenía por la tarde y para atender a unos padres que habían pedido una reunión conmigo, ya que era el tutor del grupo al que pertenecía su hijo.

Acabé la clase y pasé por la sala de profesores para tomar un café que estaba asqueroso. Me encontré con el viejo profesor de filosofía y una de las profesoras de biología, que por el contrario era bastante simpática.

  • Hola Dick.- me saludó ella.- ¿Tienes otra clase?
  • No, en realidad tengo una reunión con unos padres.
  • Buff, ten paciencia entonces, algunos son auténticos cretinos.
  • Pues con lo poco que he dormido hoy, dudo que vaya a tener mucha paciencia.
  • Deberías dormir bien si tienes que dar clase sin dormirte, no sólo tú, también tus alumnos.- me criticó el carcamal.
  • Soy joven, puedo aguantar el ritmo.- respondí mordazmente.- En fin, iré a ver que quieren esos padres.


Los padres como acertadamente había pronosticado la de biología, Carmen, eran un par de imbéciles.

  • Hola ¿son los padres de Eric, verdad?- les pregunté al entrar en la sala dónde se hacían ese tipo de reuniones.
  • Si, yo soy Carlos y mi esposa Eva.
  • Encantado, yo soy Dick.- les estreché la mano y me senté delante de ellos.- Ustedes dirán.
  • Verá, estamos algo preocupados por las notas de Eric. Han bajado considerablemente des del año pasado. En especial Historia del arte.
  • Bueno, tengo las notas de sus exámenes aquí delante.- dije mirando mi agenda de profesor, cuando era alumno siempre me había preguntado que coño tendrían apuntado allí.- Creo que en general sus notas son bastante buenas, casi todas ellas, bien es cierto que si las comparamos con las del año pasado ha bajado un poco la media en griego y literatura, pero de momento sólo han hecho un examen. El cambio de nivel des de primero a segundo siempre se nota, yo creo que lo único que necesita Eric es un poco mas de tiempo para adaptarse. No creo que vaya a tener problemas con estas asignaturas.
  • ¿Y qué pasa con arte?- preguntó el padre.- Ha suspendido el examen.
  • Si, ahora les iba a hablar de eso. En realidad el 80% de la clase ha suspendido ese examen.
  • No había suspendido nunca con la antigua profesora.
  • Ya, pero la antigua profesora había impuesto un nivel muy bajo. Creo que Eric y los demás alumnos se han confiado, les avisé, pero el problema es que no se toman la historia del arte en serio. Para ellos era una asignatura regalo.
  • ¿Así que tú eres el que imparte la asignatura ahora?- Ese tono no me gustó nada.
  • Pues si, justo ayer terminé de corregir unos trabajos, dejen que busque el de Eric.- Rebusqué entre la roña que había en mi bolsa, saqué los trabajos y los pobres estaban un poco maltrechos.
  • ¿Eso son los trabajos?- preguntó la madre en tono reprochador. El mismo que seguramente habría utilizado mi madre.
  • ¿Eh? Si, lo siento, nunca he sido muy dado al orden.
  • Ya veo...
  • Bien, aquí está el de Eric, no está mal, ha sacado un 4’5. Yo creo que si se esfuerza un poco mas podrá aprobar el siguiente examen y trabajo sin muchos problemas.
  • ¿En serio cree que un 4’5 no está mal?
  • Bueno, no es de los peores. ¿Por qué no lo leen?
  • Porsupuesto.- El idiota del padre ya me había arrancado el trabajo de las manos. Ambos estuvieron leyendo el trabajo durante unos minutos.- Yo diría que este trabajo se merece mucho mas que un 4’5.
  • Puedo revisarlo, pero dudo que la nota varíe mucho.- Ya me estaba cabreando.
  • Nos gustaría que lo revisara un profesor un poco mas experto.
  • ¿Qué quiere decir con eso?
  • Pues que sinceramente dudo que un niño como tú esté capacitado para impartir Historia del arte. Eric ha visto la mayoría de estas obras y monumentos en directo cosa que dudo que alguien tan joven como tú y con un sueldo de profesor haya hecho. Con lo que seguramente no puede comprender del todo la obra de arte.
  • Bueno, para empezar y ya que veo que tienen tanto interés, les diré que tengo 25 años. No solo me gradué en Historia del arte si no que tengo también un master en Dirección de proyectos de conservación y restauración de colecciones y conjuntos patrimoniales por la Universidad de Barcelona. Además he estado bastantes veces en Grecia donde he podido visitar las runas, también he estado en Londres y he ido al British, donde ya sabrán se encuentran las verdaderas obras de arte, además también he estado en muchos otros sitios, entre ellos Creta. Así que yo, al igual que el instituto, me considero perfectamente capaz de comprender todo el significado de una obra de arte.
  • Sabe, no estamos nada contentos con el trato que nos está dando. Informaremos al director y a la junta.
  • Espero que lo hagan.
  • Le despedirán por esto.
  • Lo dudo, per en el caso que así sea demandaré al instituto por despido improcedente.


Los padres se marcharon indignados y yo mas. Pedazo de imbéciles...Me marché de mala leche por su culpa. Fui directamente a la Guarida, casi empotro la moto contra uno de los pilones de la acera debido a mi muy mal humor, pero al final no hubo incidente alguno. Bajé las escaleras de dos en dos y al entrar me fui directamente a la barra.

  • ¿Una cerveza, Dick?- me preguntó Joe.
  • No, ponme un whisky.
  • ¿Solo whisky?
  • Sí, con un sólo hielo.- me lo sirvió, pagué y fui a sentarme a la mesa junto a Héctor.
  • ¿Sabes que sólo son las cinco de la tarde?- me preguntó al ver mi bebida.
  • Lo sé, pero estoy de muy mala leche.
  • ¿Qué te ha pasado?- se interesó por mi. Yo le conté todo lo sucedido con esos padres gilipollas.- Menudo par de imbéciles, pero no te ralles tío, puedes seguir suspendiendo a su hijo solo por fastidiar.
  • En eso tienes razón.


Fue otra tarde en el bar, no pasó nada ni muy interesante ni destacable. Mi mal humor se fue apaciguando a la vez que llegaban mis amigos y las cervezas.

Lo cierto es que al llegar a casa estaba un poco pedo.


Me desperté con el despertador y lo maldije seriamente. Ducha, café, donut... Di las clases porqué no me quedaba otra pero en realidad era un día de esos que me venía de gusto mandarlo todo a la mierda e irme a vivir a un faro. Al terminar mi última clase a las 12.30 fui realmente feliz, casi me da por bailar una conga, en lugar de eso me fui a casa, al llegar vi que la nevera hacía eco así que fui a la compra. Antes pasé por el cajero y por una vez no me dio un infarto al ver el saldo de mi cuenta. Una vez en el súper compré diversas cosas mas o menos sanas y justo en el momento que estaba pagando sonó mi dichoso móvil, por suerte iba con los auriculares para escuchar música y estos tenían también micro así que pude hablar con el manos libres.

  • ¿Sí? - contesté.
  • Hola cariño.
  • Hola mamá.- respondí en holandés, porqué mi madre nos hablaba a mi hermana y a mi la mayor parte del tiempo en su lengua materna, de esa manera la aprendimos y ahora no se nos oxidaba.
  • ¿Qué haces?
  • Pues nada, me pillas pagando la compra ¿puedes esperar un segundo?
  • Claro.- recogí el cambio y lo metí en la cartera. Mientras ponía las cosas en bolsas seguí hablando con mi madre.
  • Dime mamá.
  • ¿Vas a venir el domingo, verdad?
  • ¿A dónde?
  • A la comida, es el cumpleaños de Isabel y vamos todos a comer a ese restaurante que le gusta tanto.- Isabel era la madre de Olivia. Ahora entendía porqué Olivia tenía tanta prisa para presentarme a su novio.
  • Sí, claro que voy a venir.
  • Estupendo, hijo. ¿Vas a arreglarte, verdad?- Eso quería decir que me pusiera traje.
  • Si no hay otro remedio.
  • Ven a eso de las 12.30 a casa, te he comprado un traje que creo que va a sentarte de maravilla.
  • ¡Mamá!- me quejé. Ahora que estaba en la calle la gente me miraba un poco raro ya que parecía que estuviera hablando solo y en un idioma raro.- Tengo un montón de trajes, no tenías que comprarme ninguno.
  • Tonterías, todos están muy pasados de moda.- Mi querida madre y mi hermana eran unas fanáticas de la ropa.
  • Bueno...vendré, pero no me agobies.
  • Bueno, pues nos vemos el domingo, pero el cumpleaños de Isabel es mañana, así que si te acuerdas llámale.
  • Lo haré, mamá. El único problema es que no le he comprado nada, y dudo que tenga dinero suficiente para comprarle algo que a ella le guste.
  • No te preocupes cariño, tu padre y yo ya le hemos hecho un regalo, ella sabe que ahora mismo no tienes mucho dinero, porqué tu quieres...claro.- me reprochó.
  • Mamá, tengo que colgar, nos vemos el domingo.


Colgué antes de que ella pudiera sacar el tema de mi estilo de vida, entre ella y Olivia me tenían hasta los mismísimos huevos.

Llegué a casa, dejé las compras en su sitio y como estaba inspirado cociné pasta. Después de comer me metí en la cama para echarme una merecida siesta. La siesta no fue tan larga como me hubiera gustado porqué el tono de mi móvil me despertó. Lo ignoré las dos primeras veces pero la persona que llamaba era jodidamente insistente.

  • ¿Qué?- respondí gruñón.
  • Dick, soy Oli.
  • Olivia, sabes que te quiero ¡pero estaba haciendo la siesta!
  • Pues deja de dormir y aprovecha mejor el tiempo. ¿Sigue en pie lo de esta noche?
  • Que sepas que estoy muy tentado a decirte que no.- le dije mientras me frotaba un ojo.- Antes he hablado con mi madre y ya se porqué tienes tanta prisa para que conozca a tu novio del incerso.
  • ¡Dick, no seas bestia!- me regañó ella.- Pero si, tienes razón.
  • Siempre la tengo. Y si, sigue en pie lo de esta noche.
  • Bien.


Ella me dijo el nombre del restaurante y la dirección, me recordó que me arreglara y luego colgó. Yo como ya estaba despierto, me levanté y me fui a hacerle una visita a mi camello.

Mi camello era un buen tipo si dejabas de lado que estaba algo colgado y tenía episodios violentos, le compré un poco de coca para el fin de semana y la maria reglamentaria de la semana, le pagué y después el me invitó a una cerveza, estuve un rato en su casa charlando hasta que le llegaron mas clientes y me fui.


Pasé por la Guarida en dónde me tome otra cerveza, allí estaba Piti porqué los otros dos estaban con sus queridas novias, vamos, follando. Cuando empezó a hacerse tarde me volví a casa para ducharme y “arreglarme” como me había pedido Olivia. Rebusqué en el armario la ropa de ir a ver a la familia, encontré unos vaqueros nuevos, de esos que mi madre insistía en regalarme. Eran oscuros y de marca, me los puse con una camisa azul también de marca y también regalo de mi madre. Esperaba que Olivia no tuviera ninguna queja...pasé mis dedos por mi pelo con la esperanza de peinarlo un poco, cogí mi abrigo bueno, que también era un regalo de mi madre, las provisiones de droga, las llaves, mi cartera y me fui.

Como no tenía ni puñetera idea de donde estaba el restaurante y no lo había mirado en google maps, tomé un taxi muy a mi pesar. El hombre del taxi me llevó hasta el restaurante que Olivia había escogido, estaba bastante cerca de la zona en que mis padres vivían, eso solo significaba que la cena saldría por un ojo de la cara.

Entré en el restaurante y como llevaba mi disfraz de pijo no me miraron mal, el hombre de recepción me atendió, yo le di el nombre de Olivia y él me dijo que ya me estaban esperando, agarró mi abrigo para dejarlo en el guardarropa e hizo que me acompañaran a la mesa.

Allí en una de las mesas estaba Olivia, mas deslumbrante de lo normal debo decir, y un tipo que se veía bastante bien...es decir, soy un tío y no admitimos esas cosas pero era atractivo y yo no le hubiera puesto tantos años.

  • ¡Dick!- me saludó ella en cuánto me vio, se levantó para darme dos besos y un pequeño abrazo.
  • Hola, Oli. Estás muy guapa hoy.
  • Gracias, tu también pareces una persona decente.- Yo hice una mueca.- Dick, este es Lucas.- me dijo presentándome a su novio. Ambos encajamos las manos.
  • Encantado de conocerte.- me dijo él.- Olivia habla muchísimo de ti.
  • Bueno.- dije sentándome.- A mi hasta el miércoles no me había hablado de ti, pero una vez empezó no pudo parar, y debo reconocer que me contó cosas escandalosas, como por ejemplo tu edad.- Él se rió.
  • Es cierto, soy un viejo.
  • ¡No eres un viejo!- exclamó Olivia.- Y tu no seas idiota.- me dijo a mi.
  • Oli, si que soy un viejo, un viejo verde.- Lucas y yo nos reímos a coro, disfrutando de la cara de sufrimiento de Olivia.
  • Sabía que no debía hacer esto...-dijo.- Apenas os acabáis de conocer y ya creo que os lleváis demasiado bien.
  • Bueno, así me será mas fácil defenderlo ante el tribunal.
  • Y dime, Dick, por lo que Olivia me ha contado de ti...has renegado del dinero de tu familia.- me dijo Lucas.
  • A ver...no es que haya renegado, pero prefiero trabajar y mantenerme yo mismo a que lo hagan mis padres, ellos ya han echo suficiente pagándome una educación. Aunque no tengo nada en contra de mi herencia.
  • Me parece bien. Aunque sin ofender, te veo bastante pijo.
  • Ya...Oli ha insistido en que me vista bien.- hice comillas con los dedos.- Mi madre siempre me está comprando ropa...contra eso no puedo hacer nada, la saco en las reuniones familiares. A propósito, yo no puedo pagarme la cena en este sitio.- Olivia puso los ojos en blanco y Lucas soltó una carcajada.
  • Tranquilo idiota, pago yo.- me dijo ella.
  • Dirás que paga tu querido padre.
  • Es lo mismo.- La conversación siguió hasta que vino el camarero a tomar nota, pedí carne con no se que pijada y ellos también.
  • ¿Van a querer vino para beber?- preguntó el sommelier.
  • Sí, claro.- contestó Olivia.- ¿Qué nos aconseja?- Y el hombre le recomendó otro vino pijo que seguramente costaba un dineral.- Ese nos parece bien.
  • Perdone, pero yo quiero una cerveza.- dije. Olivia y el hombre se me quedaron mirando mal.- Es que no me gusta mucho el vino.
  • Ah, pues yo también prefiero cerveza.- me apoyó Lucas.
  • No tendrán una Guiness por ahí ¿verdad?- pregunté.
  • No, lo siento.- me respondió el hombre muy indignado.
  • Pues vaya...en ese caso traiga la que sea.
  • ¿Desea el vino igualmente?- le preguntó a Olivia.
  • No, lo siento, déjelo. Tomaré agua.- El hombre se fue con un enorme disgusto.- ¿Cómo pides una cerveza aquí, idiota?- me regañó.
  • Oli, relájate, no me gusta el vino y lo sabes.
  • Amor, no pasa nada.- me apoyó Lucas.
  • ¡Menudo par!


Mientras transcurría la cena seguimos hablando y realmente Lucas me estaba cayendo muy bien, no era nada pijo, en realidad era todo lo contrario de Olivia. Hablamos de fútbol, grupos de música, arte y también de algunas barbaridades que hicieron que Olivia quisiera salir corriendo. Bebimos bastantes cervezas y cuando salimos del restaurante Lucas dijo que quería conocer la Guarida, porqué le había hablado del sitio, así que ambos se vinieron conmigo.


Tomamos un taxi que nos dejó justo en la puerta y fue realmente divertido ver la cara que puso Olivia, había mucha gente en la puerta, porqué los fines de semana se llenaba de un poco mas de gente. Algunos fumaban tabaco pero en su mayoría se estaban fumando unos canutos. Saludé a algunas personas y bajamos las escaleras. En mi vida me hubiera imaginado estar con Olivia en ese lugar ¡desentonaba tanto!

Mis amigos estaban en la barra, ya algo perjudicados, les presenté y hubo un poco de revuelo, porqué si me paraba a analizarlo des de un punto de vista sexual, Olivia estaba muy buena. Pedimos unas copas y empezamos con la fiesta. Media hora después Piti me preguntó si íbamos al baño, eso traducido era ¿vamos a meternos una ralla o qué? Yo asentí con la cabeza, les dije a Olivia y Lucas que volvía enseguida y me metí en el baño con Piti:

  • Joder que buena está tu amiga.- me dijo Piti mientras yo preparaba las rallas.
  • Si, es guapa. Pero no se, es Olivia.- contesté.
  • ¿Enserio no te la has tirada nunca?
  • Jamás, y tampoco se me ha pasado por la cabeza.
  • Eso en ti es raro.
  • Lo sé, pero es que la conozco des de siempre, es como mi hermana.
  • Que asco que tenga novio.- Las rallas estaban listas, esnifamos y salimos.
  • ¿Qué chicos, otra copa?- les pregunté a Oli y Lucas pasando mis brazos por sus hombros.
  • ¡Venga!- contestó Lucas animado.


Después de un rato de estar allí todos decidimos ir a otro pub que frecuentábamos bastante y que estaba un poco mas abajo. Ese era un sitio mas “respetable”, bueno, con gente un poco mas diversa. Entramos, nos hicimos un hueco en la barra y pedimos copas para todos.

  • Oli ¿lo estás pasando bien?- le pregunté en un momento que Lucas había ido al baño.
  • Sí.- Respondió sincera, tus amigos son muy divertidos.
  • Me alegro, oye Lucas es genial. Me ha caído muy bien.
  • Ya...lo he notado.- Yo me reí.- Te hace mas caso a tu que a mi.
  • No es verdad, lo que pasa que hoy estamos de fiesta. Mira por allí viene tu amor.


Lucas había vuelto y le dio un beso a Olivia cargado de pasión, ella se puso contenta de que su novio le hiciera caso. Media hora después volví a ir al baño con Piti, al salir, una chica que estaba en la barra se me echó encima.

- Tú, bésame.- me ordenó. Y yo como iba colocado lo hice.



¿A QUÉ NO LO ESPERABAIS TAN PRONTO?

1 comentario:

karol.bc dijo...

oh muero el final me dejo un tanto intrigada no se porque ahhh espero el proximoooo