martes, 15 de noviembre de 2011

SEX, DRUGS & ROCK N' ROLL.

CAPITULO 4.


Me dio bastante pereza levantarme para ir a la comida, aún así lo hice, me levanté y me metí en la ducha. Después me vestí con lo primero que encontré ya que mi madre iba a darme hasta calcetines nuevos. Me marché sin hacer mucho ruido ya que la gente estaba durmiendo. Me fui en la moto, quince minutos después estaba llamando al timbre, abrió la puerta mi madre que estaba muy sonriente.

  • Dick cariño ¡qué bien que ya estés aquí!- me abrazó cariñosamente y yo le di un beso en la mejilla.
  • Hola mamá, qué guapa estás.- No lo digo porqué sea mi madre pero es una mujer muy guapa.
  • Gracias ¿Te gusta el vestido? En nuevo.
  • Es muy bonito.- Apareció mi hermana, ella era la versión joven de mi madre, el mismo pelo rubio y los mismos ojos verdes.
  • ¡Dichosos los ojos!- dijo ella.
  • Lo mismo digo ¿es qué no quieres venir a ver a tu querido hermano nunca?
  • Eres tú el que tiene que venir a vernos, idiota.
  • No os peleéis.- pidió mi madre.
  • No nos peleamos.- abracé a mi hermana y la besuqueé.- ¿A qué no?
  • Si no dejas de chuparme la cara si que nos vamos a pelear.
  • ¡Qué áspera eres!
  • Alguno de los dos tenía que serlo.- me chinchó.
  • Anda vete a plancharte el pelo. Voy a ver a papá.- hice ademán de ir a buscar a mi padre.
  • ¡Alto ahí!- me dijo mi madre.- Tu padre ha ido a lavar el coche, vendrá enseguida. Mientras tanto he dejado tu traje nuevo en tu habitación, póntelo.- me dijo mientras miraba mi ropa horrorizada.


Fui a mi antigua habitación, estaba prácticamente igual, y digo prácticamente no porqué hubiera cambiado algo si no porqué estaba limpia y ordenada, sin todas mis cosas esparcidas por ahí. Encima de la cama estaba estaba el traje que mi madre me había comprado, mas una camisa, zapatos dentro de su caja, un par de calcetines y ¡vamos! ¿en serio? Está vez también me había comprado calzoncillos. No sabía si reirme o echarme a llorar. Opté por ponerme la ropa y no decir nada, era inútil. Me estaba abrochando la camisa cuando mi madre entró:

  • ¿Has acabado?- preguntó.
  • Casi.
  • ¿Es tu talla verdad?
  • Si. Pero mamá no hace falta que me compres ropa cada vez que tenemos que ir a algún sitio. Esto dije señalando el traje gris oscuro y la camisa blanca, es igual a lo que me compraste la ultima vez.
  • No es verdad, el último que te compré era mas clásico, este es mas sport.
  • Lo que tu digas.
  • No te quejes, este no tiene corbata.
  • ¡Menos mal!


Terminé de vestirme y mi madre y yo fuimos hasta la sala, mi hermana estaba allí mirando su Facebook, me dejé caer en el sofá de manera despreocupada y gané una mirada reprobatoria de mi madre, me senté un poco mas decentemente.

  • ¿Qué tal las clases?- le pregunté a mi hermana.
  • Bien, tengo bastantes trabajos...no nos dan tregua.- Mi hermana estudiaba biotecnología.- Encima tenemos también un montón de prácticas.
  • Para que luego digan que la vida del estudiante es fácil.- protesté.
  • La tuya des de luego lo fue, no hacías nada.
  • Perdona, pero yo saqué un montón de matriculas ¿cuantas has sacado tu?
  • Si estudiara historia del arte sacaría el doble que tu sacaste.- la miré arqueando una ceja.
  • Ya basta, que pesados sois...todo el día discutiendo. Venga, vamos saliendo vuestro padre no puede tardar.- nos reprochó nuestra madre.


Efectivamente, mi padre no tardó ni cinco minutos en llegar con un coche limpio y reluciente. Saludé a mi padre con un beso en la mejilla, le vi cara de sufrimiento. El pobre hombre iba metido dentro de un traje y con la barriga que había echado con los años se veía que estaba incómodo.

  • ¡A ver si nos apuntamos al gimnasio, eh papá!- le dije para incordiar.
  • Si, no tengo otra cosa que hacer que ir al gimnasio.
  • Pues no es una mala idea- comentó mi madre.
  • Esa barriga que tienes no es normal, papá- añadió mi hermana.
  • Déjale, el pobre está embarazado...des de hace ocho años.- bromeé.
  • ¡Já!- soltó él.- Ya me gustaría verte a ti a mi edad. Yo cuando tenía la tuya también tenía abdominales.- Fue el turno de reírse de mi madre.
  • Cariño no mientas, tu nunca has tenido abdominales. En verdad aún no se a quien se parece Dick, a mi des de luego que no- comentó ella.- y es mucho mas guapo y mas alto de lo que tu fuiste alguna vez.
  • Me estáis hundiendo entre todos.- dijo mi padre.
  • ¿No tuviste ninguna aventura, mamá?- le pregunté en broma.- ¿Qué me dices de ese novio que tenías en Amsterdam? Antes de la boda no estuviste unos días allí.
  • Si, pero no pasó nada. No porqué él no insistiera.- dijo ella nostálgica.- Des de luego a vuestra abuela le gustaba mas que papá.
  • Esa vieja bruja nunca me ha querido.- dijo mi padre indignado.
  • No llames vieja bruja a mi madre.- le pidió mi madre.
  • ¿Vieja arpía?
  • Tampoco.


Mi abuela nunca había escondido el desagrado que sentía por mi padre, no es que en verdad lo odiara pero como se había llevado a su hijita de su lado se sentía con la obligación de tratarlo un poco mal.

Mientras charlábamos de esos estúpidos temas familiares llegamos al restaurante que los padres de Olivia habían elegido para la celebración, porsupuesto era un sitio súperpijo. El coche de los padres de Oli ya estaba allí, nosotros entramos y un maitre nos atendió. Nos condujo hasta el reservado en el que ya estaban Isabel, Carlos y Camila, la hermana pequeña de Olivia e intima amiga de mi hermana, todos nos saludamos y yo fui abrazado por Isabel:

  • Isabel - le dije- estás especialmente radiante hoy ¿segura que has cumplido años?- Le dijo en tono bromista- seductor. La mujer podía ser mi madre y la quería casi como si lo fuera. En mi adolescencia ella me decía que seguro que era un rompe corazones y yo empecé a bromear con ella de esta manera. Toda la familia participaba en esa tontería.
  • Dick no me digas estas cosas, al final voy a dejar a Carlos por ti.
  • ¡Hace años que lo estoy esperando!- dramaticé.
  • Dick.- me dijo Carlos en el mismo tono bromista.- Al final voy a empezar a sospechar seriamente.
  • Yo de verdad...no se de dónde ha salido este chico.- decía mi madre. Después de un poco mas de comedia todos estábamos sentados y esperando a Olivia.
  • ¿Cómo es que no ha venido con vosotros?- le preguntó mi madre a Isabel.
  • Pues no lo se, la verdad. Ha salido de casa temprano esta mañana y solo ha dejado una nota que nos encontraríamos aquí.- A mi se me escapó una carcajada.
  • ¿Tu sabes algo?- preguntó mi madre.
  • ¿Yo? no, nada ¡qué voy a saber yo!- respondí intentando parecer inocente.
  • Dick, por si lo olvidas te he parido.
  • Lo se mamá, no dejas de recordármelo. Es sólo que creo que Olivia quiere presentaros a alguien.
  • ¿La niña tiene novio?- Ese fue su padre.
  • Yo no pienso decir nada mas.
  • Pues si es así deberías enfadarte.- me espetó mi madre.
  • ¿Por qué?
  • Pues porqué Olivia y tu serías una pareja perfecta. Ya me imagino la boda.
  • Nos haríais tan felices.- añadió Isabel.
  • Mamá, Isabel...ambas habéis visto muchas películas.- Iba a decirles que Olivia y yo éramos los dos seres con menos posibilidades de enamorarse en el mundo cuando la otra protagonista del culebrón llegó. Iba ideal como siempre y de su mano iba Lucas vestido muy formal.
  • Hola.- nos saludó visiblemente nerviosa.- Siento el retraso no encontrábamos el sitio.
  • Mas vale tarde que nunca.- dije yo divertido.- ¿Qué pasa Lucas? ¿Cómo estás?
  • Hola Dick, bien ¿y tu?
  • Ya me ves, aquí de parranda.- Olivia observaba atentamente a sus padres y también al resto de presentes. Fue su madre la que habló primero.
  • ¿Vas a presentarnos?- preguntó afablemente. Seguramente estaba tan extrañada como el resto, pero una madre es una madre.
  • Claro.- Olivia parecía un poco mas tranquila después de las palabras de su madre.- Este es Lucas, mi novio.
  • Mucho gusto.- dijo él.
  • Ellos son mis padres, Isabel y Carlos. Mi hermana Camila, Helena que es la hermana de Dick y sus padres Doutzen y Alfred.- Hubo un intercambio de saludos. Olivia se sentó a mi lado y Lucas la imitó quedando al lado de ella y de Helena.
  • Bueno...hija, esto ha sido una sorpresa.- Oli agarró mi mano por debajo de la mesa y la apretó, yo la acaricié con el pulgar para infundirle ánimos.
  • Lo sé, os lo quería decir ya hace algún tiempo, pero no sabía como.- le contestó a su madre.
  • ¿Cuanto tiempo lleváis juntos?
  • Unos siete meses.
  • ¿Y os habéis conocido en la universidad?- Yo allí no pude refrenar la risa, estaba claro que veían que Lucas era mayor que Oli y esa era una forma nada sutil de preguntar cuando.
  • Dick.- me regañó mi madre.
  • Oh vamos ¿estamos haciendo el tonto o qué? Si Lucas es mayor que Olivia ¿y qué? Se quieren y si Oli no estuviera segura de él no estaría aquí pasando este mal rato.- Dije del tirón.
  • Tienes razón.- dijo Isabel.- Te pareceremos unos idiotas, Lucas.
  • Para nada...creo que es una reacción perfectamente normal.- contestó él.
  • Es muy comprensivo- dije.- es psicólogo.
  • ¿En serio?- preguntó mi hermana para ayudar.
  • Seh...y argentino así que no le dejemos hablar mucho o no saldremos nunca de aquí. ¿En este restaurante no hay nadie trabajando o qué? Me muero de sed.- Dije, a Olivia se le escapó una risita histérica.- ¿Por qué no has bebido antes de venir?- le pregunté bajito. Ella me dio un codazo.


Nos salvó el camarero que por arte de magia parecía haberme escuchado. Después de pedir las bebidas la comida continúo un poco tensa. Al final del primer plato el padre de Oli estalló y le preguntó a directamente a Lucas cuántos años tenía, después de que este contestara y todos volvieran a quedarse estupefactos estalló Olivia diciendo que se querían mucho y que si que era mucho mayor que ella pero que el amor no tiene edad. Siguió con un discurso cutre de película romántica hortera.


Para cuando la comida terminó la situación se había relajado bastante, mientras mis padres y los de Olivia se enzarzaban en una estúpida conversación sobre quien iba a pagar la cuenta salí fuera a fumar. Helena y Camila salieron conmigo y segundos después se nos unieron Olivia y Lucas, ella se apoyó en el coche junto a mi y yo le pasé el brazo por encima de los hombros:

  • No ha estado tan mal ¿eh?- le comenté.
  • Ha sido horrible, pero gracias, hubiera ido peor sin ti.
  • De nada, sabes que es mi pasatiempo favorito convertirme en el bufón de esta clase de eventos.- Le dije sarcásticamente.
  • No seas así...lo digo en serio, de no ser por ti seguramente aún estaríamos allí plantados y sumidos en ese estúpido silencio.
  • Tampoco he dicho nada que no fuera cierto. A estas alturas tu padres no deberían dudar de tu criterio, has hecho lo correcto toda tu puñetera vida.
  • No creo que tu estés haciéndolo mal.- me contestó, yo la miré con incredulidad. - ¡No me mires así! Es cierto...puede que no esté deacuerdo en algunos de los aspectos de tu vida, ya sabes cuáles.- Cierto, Oli odiaba que me drogara.- Pero salvo esto me parece genial que quieras vivir por tu cuenta.
  • Como sigas así vas a conseguir hacerme llorar.
  • ¡Oh cállate!


La achuché un poco y le regalé una serie de sonoros besos en su frente. Ella escapó de mi y fue a refugiarse a los brazos de Lucas. Quince minutos después todos estábamos de vuelta a nuestras casas. De vuelta a casa de mis padres recogí mi ropa y mi madre me inundó con un montón de tupperwares de comida casera. Ya una vez en mi casa los idiotas de mis amigos estaban de ocupas en el sofá:

  • ¡Ya está aquí el hombre de la casa!- gritó Piti cuando me vio entrar.
  • ¿Habéis estado todo el día en el sofá, perracos?- les pregunté.
  • No, todo el día no, sólo llevamos aquí una hora, antes estábamos en la cama.-Ese fue Oscar.
  • Os odio.
  • ¿Cómo ha ido la comida?- preguntó Héctor que en el fondo siempre había sido el mas sensato.
  • Bien, ha sido entretenida. Oli les ha presentado a Lucas a sus padres.
  • ¿Y que han dicho?
  • Bueno...les ha sorprendido la edad de Lucas y bueno, supongo que aún tienen que encajarlo pero no ha ido mal.- Fui a la cocina a dejar toda la comida que mi madre me había dado, la coloqué como pude en la nevera.- Hazme un hueco.- le dije a Piti cuando volví al comedor. Me senté a su lado y me incliné para coger de encima de la mesa la caja de la marihuana.- Necesito un porro. Por cierto ¿qué tal con la tía de anoche?
  • Mal.- me dijo con expresión amarga.
  • ¿Y eso? Cuando me fui estabais a punto de iros a follar al baño.
  • Lo sé, nos marchamos poco después. La acompañé hasta su casa, seguimos enrollándonos en el portal y cuando pensé que me iba invitar a subir me dice que gracias por acompañarla y que se lo ha pasado muy bien. ¡La muy puta!- Se me escapó una carcajada.
  • Pobrecillo, ya te imagino, con cara de desconcierto y un terrible dolor de huevos.
  • ¡Pues si!
  • Igual vivía con sus padres.- comentó Oscar.
  • Pues que me lo hubiera dicho y habríamos venido aquí...o yo que se, que me la hubiera chupado en el portal o algo. ¡Lo que hizo es inhumano!.- Todos nos reímos ante su exclamación.
  • Y luego decís que el guarro soy yo...


Terminamos de pasar la tarde del domingo en el sofá con Piti despotricando sobre las mujeres, para cenar abrimos un par de tuppers de los que me había dado mi madre y cenamos viendo el fútbol.


¡Bueno, creo que esta semana no os podéis quejar! Tres capitulos de tres historias distintas...hacía tiempo que no estaba tan productiva! Bueno espero que os haya gustado el capitulo y porfavor comentad!

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