domingo, 29 de enero de 2012

RESISTENCIA.

CUELGO LO QUE TENGO DE MOMENTO DE RESISTENCIA, NO ES MUCHO Y TERMINA ASÍ DE REPENTE (YA SABÉIS QUE NO VA POR CAPITULOS) PERO BUENO...ES PARA MENGUAR EL ANSIA. ESPERO QUE OS GUSTE, QUE COMENTEIS Y BESOS, AN.

Kaniksu National Forest, Idaho, antiguos Estados Unidos.

Año 2158. Diciembre.


Me encontraba en la habitación de Sly, estaba sentada delante de la chimenea mientras leía un libro sobre las civilizaciones clásicas. Estaba allí porqué era donde daba mis clases, era un lugar tranquilo ya que él no compartía habitación con nadie y además me encantaba tumbarme sobre su alfombra. Estaba realmente interesada en las guerras Púnicas cuando Sly entró arrastrándose, tras cerrar la puerta se dejó caer en el suelo, a mi lado.

  • Estoy congelado.- dijo.
  • ¿De dónde vienes?- le pregunté.
  • De revisar el tejado, va a empezar a nevar de un momento a otro y como haya alguna gotera estamos jodidos.
  • ¿Estaba todo bien?
  • Si.
  • Pues así no te quejes tanto, seguro que has terminado en un santiamén. ¡Eres un flojo!- le pinché.
  • ¿Un flojo? Siente esto.- Puso su mano bajo mi camiseta y estaba realmente helado, me lo quité de encima.
  • ¡Joder! Con que uno de los dos esté congelado basta, no hace falta que me tortures.
  • Así aprenderás a no llamare blando.- rodé los ojos.- ¿Qué estás leyendo?- le mostré el libro.
  • No se porqué te gusta tanto la historia.
  • Intento entender como hemos llegado a esto.- Él me miró sorprendido.
  • ¿Qué?- pregunté.
  • Nada, que a veces me sorprenden tus razonamientos. ¿Cuando te has hecho tan lista?
  • No soy lista.- dije.- Pero claro, si me comparo contigo....- bromeé.
  • ¡Eres un bicho malo!- y me apretujó contra él.
  • Ouch, mierda ¡Suéltame idiota!- Se abrió la puerta y entró Sharon.
  • ¿Qué coño hacéis?- preguntó con un tono extremadamente frío.
  • Nada, gilipolleces nuestras.- contestó Sly soltándome. Yo me froté las costillas.- ¿Querías algo?
  • Si, verte, hablar...no se ¡parece que nunca tienes tiempo para mi!- La cosa iba a ponerse fea decidí escapar.
  • Yo...mejor me marcho.
  • Es exactamente lo que deberías hacer, irte de aquí.- no se refería sólo a la habitación la muy bruja. Yo salí de la habitación ignorándola.
  • ¿Te has vuelto loca?- oí que decía Sly.
  • ¿Yo? Eres tu el que se acuesta con una mocosa.- contraatacó la otra.
  • ¡Yo no me acuesto con Joy! Joder estás como una cabra, Joy es como mi hermana.
  • ¡No pasas tanto tiempo con tu hermana!


Me fui antes de escuchar nada mas y de que me entraran ganas de reís. ¿Cómo diablos iba a estar acostándome yo con Sly? Como bien había dicho él, era como mi hermano. Pasé el rato que quedaba hasta la hora de la cena con Elle y Shana, les expliqué lo que había pasado con Sharon:

  • Bueno, por esta vez, y sólo por esta vez, estoy no deacuerdo, si no que entiendo un poco a Sharon.- dijo Elle. Yo me la quedé mirando extrañada.
  • No es tan raro, Joy.- empezó a decir Shana.- Tu y Sly no os despegáis el uno del otro. No es que Sharon sea la única que piense así, siento decirlo pero a todos nos ha pasado por la cabeza la idea de que tengáis algo.
  • ¿Qué? ¿Por qué no habéis dicho nada?- pregunté.
  • Porqué no es asunto nuestro. Lo que hagáis es sólo cosa vuestra.
  • No hacemos nada.- respondí indignada.
  • ¿Pero te gusta?- esa fue Elle.
  • ¿Sly?- me eché a reír.- Ni de coña, es...no se, viejo.- contesté.
  • Sly no es viejo, bueno, para ti si que es algo mayor, pero tanto como viejo.- esa fue Shana.
  • A ver, ya se que no es viejo, pero no se, sería raro. Pensad que mi madre sólo es un año mayor que él.
  • ¿Tu madre tiene 31?- preguntó Elle.
  • Si. Por eso, que sería muy raro. A parte, él no me gusta de esa manera.
  • Pues díselo a mi madre.- dijo Elle riendo.- Ella está preocupada, bueno, sus palabras fueron “Sly se ha vuelto loco ¿no ve que Joy sólo es una niña?”.
  • ¿Amy también cree que tenemos algo?
  • ¡Y Jackson, y mi madre, y Lena, hasta Sean!- me explicó Shana.
  • ¡Que vergüenza!- exclamé tapándome la cara.
  • No te preocupes, Joy. El año pasado todo el mundo pensaba que yo estaba liada con Henry.- Dijo Shana.- Esto es aburrido, nos gusta cotillear.


Durante la cena me sentí observada, Sly no había aparecido y Sharon tampoco. Creo que pensaban que me sentía traicionada o algo por el estilo, Amy me miraba con especial preocupación. Decidí ignorar las miradas, aunque creo que también era un poco imaginación mía, y cené jugando con Gisele y Grace. Cuando pude me escabullí por las escaleras y me encerré en la habitación, hacía frío así que metí un par de troncos mas en la estufa, me puse mi ropa para dormir y me metí en la cama. Retomé de nuevo mi lectura pero se vio interrumpida por la llegada de las dos pequeñas y de sus padres. Les metieron en la cama como siempre y como siempre segundos después de que sus padres se marcharan las pequeñas se vinieron a la mía. Jugué un rato con ellas, luego las tres leímos el mismo cuento que leíamos todas las noches y ellas al poco rato se durmieron. Yo tardé aún un rato, pero finalmente me dormí. Por la mañana me costó mucho levantarme, me dolía la garganta, los ojos me picaban y tenía congestión nasal. Después de ducharme empecé a toser y media hora después era una alma en pena:

  • ¿Te encuentras bien?- me preguntó Amy en cuánto me vio.
  • No mucho, estoy resfriada.
  • Pues deberías volver a la cama.
  • No, estoy bien. Es solo un poco de tos.


Me senté al lado de Shana que empezó a contarme que había tenido un sueño muy raro, aunque intenté prestarle atención me fue imposible. Un par de minutos mas tarde llegaron Sly y Sharon que se sentaron en la otra punta de la mesa, sirvieron el desayuno pero solo tomé un poco de leche porqué no tenía hambre, terminé la primera y fui a ocuparme de mis tareas. Ese día me tocaba ocuparme de cosas en el exterior de manera que fui a buscar mas ropa y salí de casa. Después de un par de horas estaba llevando leña a la casa, me encontré con Owen, no me gustaba Owen, siempre intentaba tener el mínimo contacto con él por dos motivos. El primero era Cristina y lo que había dicho ese día en la cocina, no quería buscarme líos con ella y con nadie; y el segundo era que no me sentía cómoda cerca de él. Puede que sólo fueran imaginaciones después de oír hablar de su carácter, pero me sentía demasiado observada.

  • ¡Eh, Joy! ¿Te ayudo con eso?- me preguntó.
  • No, gracias. Voy bien.
  • ¿Estás segura? Tiene pinta de pesar.- Era cierto que la carretilla pesaba pero podía con ella.
  • Segura, pero si no tienes que hacer creo que George necesita algo de ayuda en el cobertizo.
  • Ahora iré, pero antes deja que lleve yo esto a casa. No tienes pinta de encontrate muy bien.
  • De verdad, no hace falta.
  • Venga, dame. George puede esperar.- cogió la carretilla y no me quedó otra que seguirle. Empezó a hacerme preguntas.- Así ¿te gusta alguien de aquí?
  • No.- contesté.
  • Es una lastima.- dijo.- Eres una chica muy guapa, se que hay chicos interesados en ti.
  • Ser guapa sólo trae problemas y yo no estoy interesada en nadie.
  • ¿Ni siquiera en alguien mayor?- Yo resoplé.
  • Creo que voy a tener que hacer un comunicado durante la cena. Sly y yo no tenemos nada. ¡Estoy harta de que todo el mundo lo crea!
  • No estaba pensando en Sly.


Y me guiñó el ojo. A mi se me heló la sangre. Por suerte ya estábamos delante de casa y Owen se despidió de mi. Hice un par de viajes mas con la carretilla y cuando salía de casa para hacer otro me encontré a Sly que iba asqueroso y su olor no era mucho mejor:

  • ¿Qué te ha pasado?- le pregunté.
  • No vayas nunca a limpiar el corral de los cerdos con Henry. Voy a matarlo en cuánto lo pille.
  • Primero ve a ducharte o nos mataras a todos con el olor.- Me miró con ojos asesinos lo que me provocó un ataque de risa que derivó en un ataque de tos.
  • Ei ¿estás bien?- hizo ademán de tocarme.
  • No, quieto no toques.- continúo mi ataque de tos.- Es sólo un resfriado.
  • ¿Y se puede saber qué haces aquí fuera si estás resfriada?
  • Hoy me toca fuera.
  • Deja de hacer el idiota y entra dentro ¿tienes fiebre?- intentó poner su mano en mi frente.
  • Que te he dicho que no me toques. Ve a la ducha.
  • ¿Me acompañas? Quiero hablar contigo.
  • ¡No voy a acompañarte a la ducha!- Le dije escandalizada.
  • Pues es todo un espectáculo.- me contestó arqueando las cejas repetidamente.
  • Voy a vomitar.
  • Yo a llorar, pero no quiero que me acompañes a la ducha, a dentro quiero decir ¿me esperas en mi habitación?
  • Tengo que terminar esto.
  • Yo te ayudo después.
  • Vale.- entramos y subimos ambos las escaleras en dirección al cuarto de Sly.- Voy a darme una ducha también.


El asintió y yo fui a mi habitación a por ropa limpia y después a ducharme. Me encontraba cada vez peor pero cuando terminé de ducharme fui a la habitación de Sly, entré y él ya estaba allí tirado encima de la cama.

  • Bueno, ya estoy aquí.
  • Ven.- me dijo palmeando el colchón a su lado.
  • ¿Te has lavado bien?- bromeé.
  • Idiota.
  • ¿Sabes que todo el mundo cree que nos estamos acostando?
  • Algo me ha llegado, si. Ayer Sharon se pasó una hora gritándome sobre el tema.
  • ¿Habéis hecho las paces?
  • No exactamente.
  • ¿Entonces?
  • Solo hemos tenido mucho sexo pero no hemos solucionado nada.
  • Sly, hay cosas sobre ti que no quiero saber.
  • Pues te aguantas, mi vida sexual es un tema muy interesante, ve a por tu cuaderno que te daré una clase sobre ella.- Bromeó.
  • No necesito mas clases sobre sexo, gracias.- dije en tono sombrío.
  • ¿Qué quieres decir?
  • Nada, déjalo.
  • Joy...
  • En serio Sly, no estoy de humor.- Me acurruqué a su lado.
  • Creo que tienes fiebre.- me dijo tras poner su mano en mi frente.
  • No me encuentro muy bien.
  • ¿Tienes sueño?
  • Un poco.
  • Pues duerme, yo iré a terminar lo de la leña y vendré en un rato a ver como estás.
  • ¿Seguro?
  • Que si, descansa.


Sly me dejó en su habitación y yo me metí en la cama. Me encontraba francamente mal, supongo que me dormí muy rápido y me desperté un rato después empapada en sudor, me quité la ropa debido al calor y a los pocos minutos volví a meterme bajo las cobijas, la fiebre era un asco, después de estar un rato moqueando, tosiendo y “delirando” volví a quedarme dormida. Cuando volví a abrir los ojos Sly estaba en el cuarto poniendo un paño frío sobre mi frente:

  • ¿Cómo estás, saco de mocos?- me preguntó.
  • Tu acabas de decirlo, soy un saco de mocos. Me duele la cabeza y los ojos, tengo la boca seca porqué no puedo respirar por la nariz y ahora mismo me muero de calor.
  • Si, estás resfriada.
  • ¿Te ha costado mucho llegar a esa conclusión?- le pregunté irónicamente mientras intentaba apartar la ropa de cama.
  • No, he tenido suficiente con un simple vistazo.
  • Oye ¿quieres apartarte? Estoy intentando salir de la cama.- Sly estaba sentado por encima de las mantas.
  • ¿A dónde vas?
  • Tengo calor y necesito ir al baño.- Se levantó para que yo pudiera salir. Al ver que yo no me movía me preguntó que me pasaba.- Nada, es solo que antes en un ataque de calor me he quitado la ropa ¿puedes salir para que me vista?
  • ¿Estás desnuda en mi cama? ¡Luego la gente piensa mal!
  • ¡No estoy desnuda!- enrojecí.- No del todo.
  • Anda, vístete.


Sly salió y yo me puse los pantalones y la camiseta rápidamente, al salir de la habitación Sly estaba esperando en el pasillo. Fui al baño y al volver no había señales de Sly, volví a meterme en la cama y minutos después Sly volvió con una bandeja de comida.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me encanta tu blog,escribes super bien,esta historia es muuuy interesante
Escribe pronto un besazo