domingo, 6 de mayo de 2012

RESISTENCIA


  • Eso ha sido...guau.- dijo Sly.
  • Si, creo que s...- No me dejó terminar la frase ya que volvió a besarme.
Nos devoramos el uno al otro durante un buen rato, y digo devorar porqué a eso no le podía llamar besar. De repente, en uno de esos momentos en que ambos necesitábamos el aire, me di cuenta que eso duro que notaba contra mi espalda era el árbol junto el que habíamos estado parados y también me di cuenta que mis muslos estaban rodeando la cintura de Sly. Le besé una vez mas de manera mas suave y le hice ver que quería ir mas despacio, él me sujetó por la cintura mientras yo volvía a poner los pies en el suelo.
  • Lo siento - se disculpó.- Me he dejado llevar un poco.
  • Si bueno, hemos sido los dos.
  • ¿Te das cuenta de lo complicado que es esto, no?
  • No le veo la complicación por ningún sitio.- contesté rebotada.
  • ¿Crees que ellos- señaló la casa con un gesto de cabeza - van a aceptar esto?
  • Hace semanas que creen que estamos liados.
  • Bueno, una cosa es que lo sospechen y otra es que lo sepan del cierto.
  • ¿Por qué lo dices?
  • Sean no estará contento, bueno ni Sean ni muchos.
  • Pues que les jodan.- Sly rodó los ojos ante mi respuesta.
  • ¿Qué me dices de tu madre?
  • ¿Qué pasa con ella?
  • Puede que a ella tampoco le parezca bien.
  • No le pareció mal que me enviarán a follar con ese cerdo ¿por qué le iba a importar que esté contigo?- Yo misma me sorprendí de mis palabras y del tono tan frío con el que las pronuncié. Me tapé la boca con las manos, como si ese gesto pudiera borrar las palabras.
  • Joy...
  • No se porqué he dicho eso.
  • Porqué están enfadada con tu madre.
  • No, no lo estoy.
  • Claro que lo estás, y creeme tienes motivos.
  • Yo la quiero.
  • No tiene nada que ver. Puedes querer muchísimo a una persona y querer matarla al mismo tiempo.
  • Es absurdo que esté enfadada, todo el mundo hacía lo mismo, ella pasó por eso...
  • Ya, pero es tu madre y sientes que falló cuando debía protegerte.
  • No podía hacerlo ¿cómo hubiera podido?
  • Supongo que no podía evitar que te reclutaran...¿pero era necesario que te enviará a esas clases - hizo comillas con sus dedos ante la mención de la palabra clases.
  • No hables de cosas que no sabes.- le acusé.
  • No te cabrees conmigo, no me estoy poniendo en contra de tu madre. Sólo estoy diciendo que igual es por eso por lo que estás cabreada con ella. Porqué mandándote a practicar con otros hombres no estaba haciendo nada para protegerte.- Pensé durante unos segundos en sus palabras. Estaba enfadada, cierto, pero el motivo no era exactamente el que estaba sugiriendo Sly.
  • Tienes razón.- admití.- Estoy cabreada con ella.
  • Tienes que hablar con ella de esto, solucionar el problema.
  • No quiero hablar, quiero olvidar.
  • Esa no es la solución.
  • Déjalo. No quiero darle mas vueltas hoy.
  • Pero...
  • Sht.- le callé con un beso.- He dicho que ahora no quiero hablar de ello.
  • Está bien, como quieras.
  • Así ¿qué quieres hacer?
  • ¿Con qué?- obviamente había olvidado cuál había sido el motivo que había empezado esa discusión sobre mi madre.
  • Con la gente de la casa.
  • ¡Ah! Creo...creo que será mejor que de momento no se enteren. Al menos por un tiempo.
  • Que ellos lo sepan o no me importa muy poco. Por mi vale que lo sepamos tu y yo.
  • Bien.- Sly tiró de mi y me abrazó.- Será mejor volver antes de morir de hipotermia.
Volvimos a la casa y en realidad era bastante pronto, cuando entramos subimos directamente al piso superior, sin pasar por el comedor. Sly me acompañó hasta la puerta de mi habitación:
  • Esto es raro.- le dije.
  • ¿El qué?
  • La situación, no es muy tarde, normalmente a esta hora suelo estar contigo en tu habitación.
  • No des de que está aquí tu madre.
  • Sabes a que me refiero.- Él esbozó una sonrisa.
  • Puedes venir a mi cuarto, pero seguramente no voy a ser capaz de apartar mis manos de ti.- Yo rodé los ojos.
  • Buenas noches, Sly.- Mi mano ya estaba en el pomo de la puerta.
  • Eh, espera.
  • ¿Qué?
  • Ven aquí.
Sly me tomó de la cintura y me dio un rápido beso, después de eso se fue dejándome medio aturdida. Cuando lo vi desaparecer por el final del pasillo entré en mi habitación y me encontré con mi madre que ya estaba metida en la cama, ojeaba un libro que yo estaba leyendo, ella a penas había conseguido memorizar el abecedario y estaba empezando a leer muy despacio.
  • Hola.- la saludé.
  • Hola.- contestó.- Me parece increíble que puedas leer todo esto.
  • Seguro que dentro de poco tu también puedes.- Ella hizo una mueca.
  • No lo se, tu eres mucho mas lista que yo, siempre lo has sido.- No contesté a eso.- ¿Qué pasa con Sly? - ella cambió de tema.
  • Nada, somos amigos.- respondí.
  • Él te gusta.- ignoró totalmente mi respuesta.
  • ¿Y qué si es así?
  • Bueno, es mayor que tu. - se dio cuenta de que no la estaba mirando de forma muy amistosa.- Joy, no quiero decirte lo que puedes o no puedes hacer, al fin y al cabo la edad solo es un numero y creo que ya has tenido suficientes números en tu vida.
  • Mamá...
  • Solo quiero que te asegures de que es lo que realmente quieres. Sly es el primer hombre al que has conocido fuera del campo. Puedo entenderte, te sacó del campo y lo ves como una especie de héroe. Además, es guapo y él también te hace caso a ti. Es normal que estés impresionada por el.
  • ¿Lo estás tu?- en ese momento parecía que era a mi madre a quien le gustaba Sly. Ella se rió y yo me mosqueé más.
  • No hija, Sly no me tiene nada impresionada.
  • ¿Entonces?
  • Solo quiero que te asegures ¿vale? Ya sabes como funcionan estas cosas.
  • Si, lo se.- respondí secamente.
  • ¿Estás enfadada conmigo?
  • No.- mentí.
  • Joy ¿qué te pasa?
  • Nada mamá, estoy cansada y quiero dormir.
  • Está bien...buenas noches.
  • Buenas noches.
Me cambié de ropa y me metí en la cama ya con el pijama, me coloqué de manera que le daba la espalda a la cama de mi madre, ella después de un momento apagó la luz. Tardé en dormirme, no tenía nada de sueño y no quería moverme mucho para no tener que hablar con mi madre. Creo que en algún momento entre las 2 y las 3 de la madrugada me dormí y me desperté cuando el reloj apenas marcaba las 5. Al otro lado de la puerta se escuchaba bastante ruido. Mi madre también se había despertado, yo me levanté y abrí la puerta para ver lo que estaba pasando, a la primera persona que vi en el pasillo fue a Sean vestido aún con su pijama:
  • Sean ¿qué pasa?- le pregunté preocupada.
  • Nada, una de las vacas se ha puesto de parto. 
  • ¡Oh!
  • Si, no hay nada por lo que preocuparse, vuelve a dormir.
  • De acuerdo.- Sean se fue y yo volví a cerrar la puerta.
  • ¿Qué pasa?- preguntó mi madre con voz de estar mas dormida que despierta.
  • Nada, una vaca está de parto.
  • Ajá..
Su respiración volvió a acompasarse después de unos segundos, yo en cambió no pude volver a dormirme, di un par de vueltas en la cama y finalmente decidí levantarme e ir a ducharme para empezar el día. Cuando estaba en la puerta del baño cambié de opinión y mis pies me llevaron hasta la habitación de Sly.
Abrí la puerta procurando no hacer ruido y gracias a la luz que se filtró cuando entré pude verle, parecía estar dormido y ocupaba casi toda la cama. Cerré la puerta y en silencio caminé hasta el lecho, aparté las cobijas y me metí dentro:
  • Tenía la esperanza de que vinieras antes.- Me sorprendió que estuviera despierto.
  • Antes estaba dormida.- bromeé. Sly me rodeó con sus brazos y me puso prácticamente encima de él, yo apoyé las manos y la barbilla en su pecho.
  • Eso no es una excusa.
  • Hubiera venido si me lo hubieras pedido.- Sly se las arregló para besarme la punta de la nariz.
  • ¿Has hablado con tu madre?
  • No. Bueno no hemos hablado de que esté cabreada con ella, pero me ha preguntado por ti.
  • ¿Por mi?
  • Bueno, por nosotros.
  • Ya...¿y?
  • Le he dicho que solo somos amigos, pero no me ha creído. Entonces me ha sugerido que no me precipite, que acepta que nos gustemos, pero bueno...ella cree que pueda estar eclipsada por ti, por que me salvases y eso...
  • ¿Lo estás?
  • ¿El qué?
  • Eclipsada.- Yo me reí.
  • No, no lo estoy.- me incorporé un poco para poder mirarlo a los ojos.- No me impresionaste tanto, cuando me sacaste de allí pensaba que eras un capullo arrogante. Sabes que nuestros inicios no eran muy buenos, si no estaba eclipsada entonces no lo estoy ahora, he tenido que conocerte para que me gustes. Además.- bromeé- No eres tan guapo ¡Joder pensé que me ibais a matar cuando entrasteis ¿Qué es eso de disparar antes de preguntar?
  • Hmm...- él estaba acariciado mi espalda por debajo de mi camiseta.- El pistolero es Henry, si te acuerdas en realidad yo impedí que te disparase.
  • Cierto, aunque después viniste a quitarme el dispositivo y pensé que iba a explotar.
  • No había tiempo de explicarte las cosas. Además tu si que me eclipsaste.
  • ¿Por qué?
  • No se...solo estabas allí vestida con esa ropa interior que dejaba tan poco a la imaginación, increíblemente sexy y hermosa.
  • Ya bueno...- me aparté un poco de él.
  • Joy, se que no te gusta ser como eres, que solo te ha traído problemas; pero ya no estás en el campo y no creo que haya nada de malo en que te encuentre sexy ¿o si?
  • No, supongo que no.
  • Bien, porqué eres sexy y preciosa y yo soy sexy e increíblemente guapo ¿te molesta eso?- yo me eché a reír.
  • ¿Increíblemente guapo?- pregunté.
  • Si.
En un solo movimiento nos hizo rodar y fue él el que quedó encima de mi. Empezamos a besarnos y no eran precisamente besos muy castos. Levanté la camiseta de Sly con intención de quitársela, al notar mi intención él mismo se la quitó, nos besamos mas y mas apasionadamente si cabe, el ambiente estaba realmente caldeado. Volvimos a cambiar de posición y de nuevo estaba yo encima, Sly se incorporó y paseó sus manos libremente por mi cuerpo, por mis piernas, por mi culo, por mi cintura...al llegar a mi cintura coló de nuevo sus manos por debajo de mi ropa, las subió peligrosamente hasta mis pechos, acarició el contorno y las bajó de nuevo por mi espalda. Esas caricias hicieron que de mi boca escapara un vergonzoso jadeo, Sly que en ese momento estaba devorando mi cuello sonrió ante mi bochornoso sonido y decidió que yo iba demasiado vestida. De un tirón me sacó la camiseta del pijama y me dejó completamente desnuda de cintura para arriba, él me miró y yo me ruboricé. Me besó de nuevo en los labios y acto seguido lamió uno de mis pezones, él iba a seguir con el otro pero llamaron a la puerta y si abrió sin esperar respuesta. Henry entró sin darnos tiempo a reaccionar.

¡LO SIENTOOOO! SIMPLEMENTE NO ESTABA INSPIRADA...

1 comentario:

Anónimo dijo...

ola podrias subir mas capitulos de el castigo de eris, sobre ruedas y guia para la mujer del siglo XXI es que estan mas entretenidas GRACIAS