Cap 5. Sin titulo

Llegó noviembre y con él el frío, también la entrega de los primeros trabajos de la universidad y el estrés, pasé mucho tiempo en la biblioteca ya que estaba realmente retrasada con todo lo que tenía que entregar, lo único que hacía sentirme mejor conmigo misma era que mis compañeras de clase tampoco parecían estar muy avanzadas. Era viernes 18 de noviembre y llevaba dos horas en la biblioteca. Dos horas que aunque había intentado concentrarme y terminar un trabajo el móvil no había dejado de vibrar. Alex se había ido a pasar el fin de semana a casa de sus padres y Pol tenía la tarde libre en el trabajo, se aburría y me estaba bombardeando a whatsapp, todos decían básicamente lo mismo, que dejara el trabajo para más adelante y que me reuniera con él para hacer algo.

Terminé de escribir un párrafo y mi iPhone volvió a vibrar, mis compañeras de clase ya me habían preguntado varias veces quien era tan “pesado”, para variar era Pol.

“¿Cómo va tu trabajo? ¿Has terminado ya? ¿En serio vas a hacerme pasar mi primera tarde libre en mucho tiempo solo en casa? ¡No tienes corazón!”

Tecleé mi respuesta rápidamente.

“Pol estoy intentando concentrarme, sé que te aburres pero no te estoy obligando a pasar tu tarde solo en casa ¿no tienes más amigos? ¡Queda con ellos!

Suspiré aliviada cuando después de cinco minutos no obtuve respuesta, supuse que había cedido y que iba a dejarme trabajar tranquila. Continué con el trabajo pero después de poco me volví a desconcentrar, esperaba que Pol no se hubiera enfadado con mi respuesta ¡Jodido Pol! No me iba a dejar avanzar hiciera lo que hiciera. Intenté quitarme a Pol de la cabeza y casi lo había conseguido cuando dos de mis compañeras de clase empezaron a armar bastante jaleo:

• ¿Qué os pasa?- pregunté en voz baja.
• Hay un súper tío bueno desconocido paseándose.- Entendí el revuelo, en mi facultad no abundaban los tíos buenos y menos en la biblioteca.
• ¿Dónde?- Me giré para cotillear y ya puestos deleitar un poco mi vista.
• Ahí, el que se está acercando, el de la chaqueta de cuero.

Entendí perfectamente porqué mis amigas estaban tan...excitadas, el chico que se acercaba con gesto despreocupado era muy guapo; ojos azules, rostro anguloso, barba de dos días y pelo moreno. Era alto, atlético y la ropa que llevaba le quedaba demasiado bien para su propia seguridad, me hubiera puesto a babear inmediatamente si ese chico no hubiera sido Pol. ¿Qué demonios estaba haciendo en mi biblioteca? Él finalmente dio conmigo, me saludó con la mano y yo volví a  girarme maldiciendo internamente:

• ¿Le conoces?- me preguntaron mis compañeras.
• Sí, le conozco.
• Hola Siena.- Pol ya había llegado.
• ¿Qué estás haciendo aquí?- le pregunté enfadada y para demostrarle lo enfadada que estaba le pegué en el brazo.
• ¡Ouch! ¡No me pegues!
• ¿Por qué no me dejas terminar mi trabajo tranquila?- Lloriqueé, a él lo único que le hizo fue gracia.
• Me estaba aburriendo mucho en casa y llevas aquí toda la tarde, vayamos a algún sitio.- rogó al mismo tiempo que se dio cuenta de lo interesadas que estaban mis amigas en la conversación.- Hola.- añadió saludándolas.
• Hola.- respondieron las tres al unísono.
• ¿Entonces nos vamos?- insistió Pol.
• Joder Pol, te he dicho que tengo que hacer esto.
• Pues entonces me sentaré aquí y te esperaré.
• Eres insufrible, de verdad.- le gruñí mientras empezaba a recoger mis cosas.

Me despedí de mis compañeras y seguí a Pol hasta llegar a la calle, yo empecé a andar sin un rumbo concreto y él solamente me seguía, puede que fuera mi síndrome premenstrual pero estaba enfadada ¿qué era lo que no había entendido de estoy ocupada haciendo un trabajo? Sabiamente Pol al ver mi enfado estuvo un buen rato; cuando mi cabreo había menguado me di cuenta de que no sabía dónde coño estábamos, me paré en seco y le encaré:

• No se dónde estamos.- confesé. Pol soltó una pequeña risa.
• Tranquila, yo si.- bufé, jodido Pol y su perfecto sentido de la orientación.- Siento  lo que ha pasado, no debí venir a buscarte se que estás ocupada pero Alex no está y yo...¡joder!- Vale, en ese momento me di cuenta de que algo iba mal, el “pesado desconsiderado” era Alex no Pol.
• Pol ¿qué es lo que va mal?- le pregunté con preocupación mientras cogía su mano. Se pasó su mano libre por el pelo de la nuca con nerviosismo antes de soltar la bomba.
• Meri y yo hemos roto.
• ¡No!- exclamé yo.- ¿Por qué? ¿Qué ha pasado?
• Lo que tenía que pasar, supongo. Hemos estado hablando y ella en principio tenía que estar en Londres hasta finales de año pero le han ofrecido aumentar el contrato y ha dicho que si, así que no va a volver.
• Mierda Pol, lo siento mucho.- él se encogió de hombros.- ¿Tu qué les has dicho?- Era una pregunta un poco estúpida pero nunca había sido buena consolando a la gente después de una ruptura.
• Le he preguntado que si pretendía que le siguiera esperando y ella me ha dicho que no lo esperaba pero que le gustaría, luego ha añadido que no era bueno para ninguno de los dos seguir con esta relación.
• En parte es sensato, Pol.- le dije.
• ¡Me importa una mierda que sea sensato!- exclamó furioso.
• Lo se, mira, soy una mierda como soporte tras un ruptura así que dime que es lo que necesitas y lo haré.- confesé.
• Siento meterte en esto.
• No lo sientas, no me importa, es solo que no se que hacer ni que decir.
• No importa Siena, de verdad...¡Joder! Alex tenía que irse a su casa precisamente este fin de semana.- Se lamentó. 
• Puedo hacer de Alex.- las palabras salieron solas de mi boca.- Así que supongo que lo que toca es ir a beber, vamos.

Pol me miró agradecido y tiró de mi, caminamos por la calle aún agarrados de la mano y entramos en el primer bar abierto que encontramos. Era un bar muy cutre lleno de señores mayores, nos sentamos en la mesa de más al fondo y el camarero vino a preguntar que queríamos muy de mala gana:

• Un Gin tonic.- pidió Pol.
• Yo quiero una cerveza.- pedí, pero cambie de opinión cuando vi la expresión de Pol, supongo que Alex se emborrachaba con él.- No, mejor un vodka con limón. Creo que jamás me había tomado un cubata a las 7 de la tarde.
• ¿Crees qué está con otro?- me preguntó Pol después de haberse bebido su copa de solo 2 tragos.
• No lo creo- le dije sinceramente.- Para ella seria más sencillo decirte que ha conocido a alguien ¿para que iba a torturarte diciendo que le gustaría que la esperes?
• ¡Yo que se! Las mujeres sois retorcidas, puede que crea que esto me joderá menos que el hecho de que se esté tirando a otro.
• No creo que se esté tirando a otro.
• Pues yo creo que si, estaba rara cuando estuvo aquí.- di un trago a mi vodka por que no sabía que contestar, eso dio pie a que Pol continuara hablando.- Vale, no creo que tenga un novio fijo allí pero seguro que se ha estado tirando a otros ¡mierda yo he querido tirarme a otras todo el tiempo! Si no lo he hecho es porqué el tarado de Alex es más sensato de lo que parece ¿pero quién le ha dicho a ella que no lo haga? Nadie.- Entendía el punto de Pol y si, seguramente Meri no se había portado igual de bien que él.- Otra.- le gritó Pol al camarero.- Soy un cornudo de mierda, debería aceptarlo. Bebe.- me dijo a mi cuando le trajeron su copa nueva.- Otra para ella.- pidió también.

Pol siguió divagando y yo, cuando iba por la mitad del segundo vodka, estaba ya algo borracha, Pol estaba terminando el tercero y también estaba ya afectado:

• ¡Debería estar agradecida! ¿Tu conoces a algún tío que le sea fiel a su novia durante todo un año viéndola solo dos veces?
• Pues no, lo cierto es que no.- bebí.- Pero Pol, no le des más vueltas. Sólo hay dos opciones o sigues como ahora esperándola sin saber con exactitud lo que está haciendo o lo dejáis. Puede que simplemente no sea la mujer de tu vida y que esto sea la prueba, y si lo es, pues estoy bastante segura de que aunque lo dejéis y hagáis cada uno vuestra vida un tiempo, os volveréis a encontrar.
• ¿Y mientras tanto qué? ¿Tengo que esperar a que se tire a medio Londres para que se de cuenta de que quiere estar conmigo?
• ¡Yo no he dicho eso! Pero no estarías esperando a que decidiera después de tirarse medio Londres se diera cuenta de que esos tropecientos mil tíos no son ni la mitad de geniales que tu, estarías esperando a que hiciera su vida y mientras tú harías la tuya. Igual tu te tiras a media Barcelona y te das cuenta de que no quieres volver a ella, puede que encuentres a otra persona, o puede que no. Eso no se puede saber.
• Pues me cago en el destino.- De un sorbo me terminé mi cubata. Estaba ya saturada de tanto lamento.
• Mira Pol, solo piensa que no es el fin del mundo. Hay más chicas ahí fuera y muchas serían afortunadas de estar contigo y tu con ellas.- Me levanté.- Voy al baño.

Fui hasta el baño tambaleándome, la bebida me había afectado más de lo que pensaba. Hice pis y al salir me miré en el espejo mientras me lavaba las manos, definitivamente no estaba en mi mejor momento, mi lápiz de ojos había empezado a esfumarse, afortunadamente en mi bolso llevaba siempre el eye-liner por lo que me lo arreglé y tras atusarme el pelo volví a la mesa. Pol seguía allí y había pedido dos copas más. Para cuando nos las terminamos él ya había descargado la mayor parte de su furia y a mi me daba todo bastante igual, era el efecto que tenía el alcohol en mi, aún así estaba lo bastante sobria para ver que Pol no lo estaba, decidí que era hora de llevarlo a casa:

• Venga Pol, es hora de irnos.- Me puse la chaqueta, me volví a colgar el bolso y tiré de él para levantarlo.
• ¿Ya? ¿Nos vamos?
• Yo no puedo beber más y tu no deberías, venga iremos a tu casa y cenaremos algo.
• Está bien.- Le arrastré hasta la barra para así poder pagar.
• 32 euros.- nos dijo el camarero. Pol estaba rebuscando en sus bolsillos, yo fui más rápida y saqué mi cartera del bolso pero en ella sólo había 10 míseros euros.
• ¿Se puede pagar con tarjeta?- pregunté, el hombre negó con la cabeza.- Pol ¿dónde tienes la cartera?
• No la llevo.- contestó.- Pero tengo dinero, aunque no se en que bolsillo.- Yo rodé los ojos antes de buscar en los bolsillos de la chaqueta de Pol, busqué en los interiores y exteriores y no encontré nada. Me di cuenta de que el no estaba muy colaborador y que tendría que buscar en los bolsillos de sus pantalones y eso era mucho contacto. Ante la hostil mirada del camarero no pude hacer otra cosa que meter la mano en el bolsillo delantero de sus vaqueros ¿por qué tenían que ser tan ajustados? Con la mala suerte que estaba teniendo no encontré nada en el primer bolsillo así que probé con el segundo, allí encontré dinero pero también toqué más de lo debido.- Uoa Siena, si querían meterme mano solo tenías que decirlo.- Me puse roja, roja por el comentario, roja por lo que había tocado sin querer y roja al recordad mi anterior encuentro con el paquete de Pol.
• ¡No seas imbécil!- le di mis 10 euros junto con 20 de Pol y otros 2 que había en mi monedero al inútil del camarero y arrastré a Pol a la calle.
• Vamos Siena no te pongas así.- me dijo él juguetón. Me abrazó des de atrás y por poco nos vamos los dos al suelo. Ambos nos reímos tontamente.
• Conseguirás que nos hagamos daño.- Me ignoró y de pronto me vi arrinconada entre él y una pared.
• Dame un beso.- me dijo de repente.
• No te voy a dar un beso.- le respondí.
• ¿Por qué no?- Mierda, en ese momento estaba esbozando una sonrisa realmente encantadora.
• Porqué ahora mismo estamos borrachos y eres mi amigo, sería raro.
• No lo sería.- insistió.- Me muero de ganas de besarte, des de que ti vi por primera vez.
• Has bebido mucho.- fue mi única respuesta.
• Eres preciosa.

Esa era la confirmación de que realmente Pol había bebido demasiado, yo podía ser muchas cosas pero preciosa no era una de ellas. Iba a replicar pero no pude porqué Pol decidió que no quería esperar a que yo le diera un beso, me besó él a mi. No se si fue el alcohol, que hacía meses que nadie me besaba o que Pol besaba realmente bien, lo que si se es que le devolví el beso a lo que él reaccionó de manera mucho más entusiasta. Me empotró contra la pared y agarró una de mis piernas para pasarla por su cintura y ¡Jesús! eso era erótico y muy excitante, el beso continúo y noté a Pol muy entusiasmado contra mi vientre.

Me costó mucho frenar a Pol, pero lo que estaba pasando era algo que yo no quería. A pesar de que me encantó que me besara y todo lo demás no era correcto, él estaba borracho y dolido por lo que había pasado con Meri. Me estaba utilizando y era algo que me dolía aunque podía entenderlo, no se lo iba a reprochar porqué él había bebido y no lo hubiera hecho de no ser así; además tampoco podía permitirle ir más allá porqué él mismo se hubiera lamentado al día siguiente, no sólo por enrollarse conmigo sin aclarar lo de Meri si no también por utilizarme a mi de chivo expiatorio. De manera que rompí el beso y lo empujé para que se separara de mi, al principio no quiso e intento retomar el beso pero cuando le dije que no quería hacer eso se separó y me miró algo avergonzado:

• ¿Por qué?- me preguntó.
• Lo entenderás cuando vuelvas a estar sobrio, Pol. Vamos, te acompañaré a casa.

Acompañé a Pol hasta su casa, él seguía bastante borracho pero mi estado de embriaguez había desaparecido casi por completo, tuve que volver a buscar en sus bolsillos para encontrar las llaves y abrir la puerta lo que él aprovechó para volver a intentarlo. Me abrazó de nuevo y esta vez empezó a besar mi cuello, me deshice de sus insinuaciones y al mismo tiempo me sentí culpable por desear no ponerle freno ¿por qué de repente tenía esas enromes ganas de enrollarme con Pol? Quité esas estúpidas ideas de mi cabeza y le preparé un sandwich, él  no dejaba de mirarme y en esa mirada había deseo aunque supongo que el hecho de que lo hubiera amenazado con romperle las bolas como volviera a tocarme lo refrenaba de intentar lanzarse sobre mi otra vez:

• Come.- le ordené tendiéndole el sandwich.
• Me gustaría más comer otra cosa.- me dijo insinuante, eso provocó que me sonrojara al mismo tiempo que un cosquilleo recorría mi cuerpo.
• Comete el maldito sandwich, Pol.- Se comió el sandwich y después de eso tuve que conseguir que se metiera en la cama.
• Sólo si tu te metes conmigo.- El muy idiota seguía insistiendo, era un borracho muy estúpido. Opté por lo fácil, sabía que con su nivel de borrachera se dormiría en cuánto su cabeza tocara la almohada pero primero tenía que ir hasta la cama.
• Deacuerdo.- le dije para convencerlo.- Adelántate, ve arriba y desnúdate, métete en la cama. Yo necesito ir primero al baño.
• No, no vas a subir.- protestó.
• Voy a subir.
• Entonces ven aquí y bésame.

Me quedé parada por un segundo pero bueno, un beso más un beso menos no iba a cambiar nada y realmente necesitaba que Pol se durmiera cuánto antes. Me acerqué a él, estaba sentado en uno de los taburetes y tuve que meterme entre sus piernas para juntar nuestros labios. Prometo que mi intención era darle un beso lo más casto posible pero él no me dejó. Me agarró por la cintura mientras me besaba de manera insistente, me encontré a mi misa devolviéndole nuevamente el beso y en un movimiento muy hábil para un borracho me subió a la encimera y fue él quien se metió entre mis piernas ¡Jesús que capacidad de erección tenía! Lo volví a notar contra mi mientras sus manos estaban por todas partes, volví a detener el beso y le saqué la camiseta intentando no mirar demasiado su esculpido pecho porqué eso podía ser perjudicial para mi plan:

• Necesito de verdad ir al baño.
• Está bien.- contestó resignado.- Pero no tardes.
• Estoy ahí en un minuto.

Él se encaminó escaleras arriba mientras yo corría a encerrarme en el baño, me lavé la cara y el cuello con agua fría para calmar mis hormonas. No entendía todo lo que ese Pol borracho y libidinoso estaba despertando en mi, en ese momento quise atribuirlo todo al alcohol. Me senté sobre la tapa del retrete para esperar antes de salir e ir a comprobar el estado de Pol, creo que pasaron más de cinco minutos cuando finalmente salí. Subí las escaleras en silencio y ¡Dios santo! Cuando le dije a Pol que se desnudara no pensé que me hiciera tanto caso, se había quedado dormido como yo predije pero antes se había quitado toda la ropa y cuando digo toda es toda. Por suerte se había quedado dormido en posición fetal y estaba de espaldas a mi por lo que solamente vi su culo, le cubrí con una manta sin mirar más de la cuenta y salí de allí a toda prisa, no fuera que se despertara e intentara persuadirme para tener sexo salvaje porqué no estaba segura de que me hubiera podido seguir negando mucho más.

Cuando llegué a casa aún seguía dándole vueltas a todo el asunto, cené junto a mis padres sin mi hermana ya que ella había salido y después de darme una larga ducha de agua caliente me fui a dormir. Me desperté en medio de la noche con una incomoda sensación, no fue hasta que pasaron unos segundos que me di cuenta de que había estado soñando con Pol y el sueño había sido bastante subido de tono. Después de eso me costó bastante volver a dormirme por eso a la mañana siguiente, cuando Pol se presentó en mi casa yo seguía como un tronco. Mi madre que era mala persona y creía que tenía un lío con Pol o con Alex le dejó entrar, es más abrió la puerta de mi habitación sin ningún tipo de miramiento acompañaba ya por él:

• Siena.- gritó, a lo que yo desperté sobresaltada.
• ¿Mamá? ¿Qué?- no entendía nada.
• Está aquí tu amigo Pol.
• Deacuerdo.- el nombre de Pol hizo que me despertara un poco más.- Dile que suba y ahora saldré.
• Hija cuando digo que está aquí es que está aquí.
• Hola- esa era la voz de Pol.
• Mierda mamá ¿tan mala hija soy?- ella me ignoró.
• Vamos, te has quedado un montón de veces a dormir en su casa, seguro que ya ha visto todo lo que hay por ver.
• ¡Mamá él no es mi novio! Así que no hay nada que ver.
• Claro, lo que tu digas.- Y se fue dejando a Pol en la puerta de mi habitación.
• ¿Puedo pasar?- preguntó.
• Ya que estás aquí pasa.- contesté dejándome caer mi torso de nuevo en la cama, enterré mi cara en la almohada. Oí como se cerraba la puerta y se sentaba en la cama.
• Siena lo cierto es que no se como disculparme por lo de ayer, fui un auténtico capullo.- Despegué mi cara de la almohada para poder contestar.
• Está bien Pol, lo entiendo. Se porqué lo hiciste y bueno, aunque te confieso que me jodió un poco que me usaras a mi, no pasa nada. 
• Si pasa. Como tu acabas de decir te usé y la cosa hubiera sido peor si tu no tuvieras más sentido común que yo. Me siento horrible por haberte hecho esto.
• Tienes sentido común, sólo que yo bebí menos.- contesté.- Da gracias por ello si no hoy te estarías arrepintiendo el doble- esbocé una sonrisa irónica.
• Gracias por detenerme ayer.- me dijo.- Aunque quiero que sepas que si, que lo de ayer fue un rebote pero que me gustas, es decir somos amigos y no se muy bien como estoy ahora mismo con Meri, pero que no fue solo porqué estuvieras ayer conmigo...eres preciosa Siena y si te hubiera conocido de otra manera, bueno supongo que habría intentado ligar contigo.
• Pol no hace falta que intentes subir mi autoestima, tengo asumido que era lo que tenías más a mano. 
• Eres muy guapa ¿por qué no quieres darte cuenta?
• Aprecio tu esfuerzo.- respondí.- Ahora no quiero que te mortifiques más ¿vale? El alcohol nos perjudica a todos, yo también te devolví el beso, dejémoslo así.
• Me pasé siete pueblos, Siena.- Quería dejar el tema cuánto antes y Pol no estaba ayudando.
• Fue un calentón provocado por una enorme ingesta de alcohol. Haremos lo siguiente, lo olvidaremos y nunca, nunca jamás hablaremos del tema.- el asintió.
• Y no se lo contaremos a Alex.
• No se lo diremos, jamás.

Como siempre espero que os haya gustado! Comentad y besos, An.