martes, 29 de abril de 2014

La otra



3.LILI
Emborracharme un jueves no era algo habitual en mi, pero estaba disfrutando mis últimos días de vacaciones y mis tres mejores amigas habían venido a cenar a casa. Profesaron un sincero interés cuando se la enseñé y afirmaron que les gustaba mucho, las pobres no opinaron lo mismo de la cena. Había preparado pollo al curry y por desgracia se me fue un poco la mano con las especias, y pobres de nosotras casi nos da un jamacuco. Al final solo había sido una excusa para beber más cerveza... Sí, Pierre podía darme toda la brasa que quisiera con el vino, pero yo era mucho más fan de la cerveza.
― ¿Y dices que tu vecino de enfrente está bueno?― me preguntó Eva. Estábamos desparramadas por el salón.
― Bueno es poco ¡está tremendo! Esta tarde he salido y estaba en pelotas en la puerta ¡madre mía! casi me da un soponcio.
― ¿Y qué hacía en pelotas?― Quiso saber Patricia.
― No lo se, estaba hablando con una chica. Supongo que sería su novia o algo.
― ¡Pues vaya chasco si tiene novia!
― Pues si, encima era como muy perfecta― me lamenté.
― Y lo dices tú...― protestó Lola.
― Que manía tenéis en que soy perfecta.
― Porque lo eres, vuelves locos a los tíos. Y sabes que es verdad.
― Tengo cierto éxito con los hombres, no os lo voy a negar. Pero soy bajita y tengo piel de naranja ¿y habéis visto mis muslos? Los odio.
― Bah... cállate― me ordenó Patricia― Y cuéntanos como era esa arpía.
― Pues para empezar llevaba unos shorts realmente cortos.
― ¿Era una guarrona de esas que va enseñando medio culo?― preguntó Lola.
― No, pero os aseguro que ninguna de nosotras podría llevarlos. La muy perra estaba limpia de celulits. Vamos, que era ideal, alta, delgada y rubia.
― Seguro que va teñida― quiso subir el ánimo Lola.
― Que va... no era rubia putón, tiene el pelo de un bonito rubio natural. No muy rubio, pero su color definitivamente se considera rubio. Y pues eso, que iba con unos shorts y una simple camiseta, con unas chanclas y la tipa de alguna manera parecía muy trendy y muy cool. Además casi ni iba maquillada ¡yo tengo que pasarme todos los días media hora delante del espejo para verme presentable!
― No la conozco y ya la odio― profesó Eva― ¿Era guapa de cara?
― No la he querido mirar mucho, pero creo que sí, bastante.
― ¡Qué asco de gente, de verdad!

Un rato después nosotras ya estábamos algo más borrachas y Eva había elaborado un plan magistral para eliminar a la novia de mi vecino cañón. El único problema que tenían mis amadas tres mejores amigas era que cuando bebían les gustaba sacar el tema de Pierre. Ellas eran las únicas que sabían que estaba con él y que estaba casado, sobra decir que no les gustaba nada. Por suerte esa vez vieron interrumpido su discurso por el timbre, volvía a ser Alex y mi gato el explorador:
― ¡No puede ser!― exclamé― Hace cinco minutos estaba en mi casa, te lo juro.
― No importa― me aseguró él con una sonrisa― Creo que va y viene, se cree el dueño del lugar.
― Lo siento mucho, buscaré algo para que no pueda escaparse.
― Déjalo pobre, en realidad creo que lo hace adrede, para que luego yo venga a devolverle y pueda verte un rato― me guiñó el ojo el plan dandy barato.
― Seguro... puede que mi gato tenga dotes de casamentero, le montaré una web en internet.
― Seguro que funcionaría muy bien― mis entrometidas amigas vinieron a espiar.
― Lili― exclamó Lola― ¿quién es?
― Soy el striper― respondió Alex apoyándose contra el marco de la puerta y adoptando una postura que en él conseguía parecer casual pero que a nosotras nos transmitía que en cualquier momento podía empotrarte contra la pared y arrancarte las bragas con los dientes ¡Joder! No se si mi vecino era consciente que era un auténtico bombón pero sin duda nosotras si que lo éramos.
― ¡Dios ha escuchado mis plegarias― bromeó Patri.
― No te quedes en la puerta, pasa― le invitó Eva. Una persona normal me hubiera mirado buscando aprobación pero él esbozó una sonrisa que hizo que Lola se atragantara con su cerveza y se deslizó dentro de mi casa como si fuera el dueño. El traidor de mi gato saltó de mis brazos y se fue tras él.
― ¿Noche de chicas?― preguntó cuando vio la que teníamos armada en el salón.
― Más o menos. Hemos cenado y estábamos tomando unas cervezas mientras cotilleábamos― él se sentó en mi carísimo sofá, el Dr. Sheldon Cooper se enroscó en su regazo y Eva le tendió una cerveza antes de sentarse a su lado.
― Así que eres el vecino de nuestra buen amada Liliana― le comentó― ¿cómo te llamas?― Já, como si no lo supieras. Lola y Patri también se acomodaron así que yo tuve que imitarlas.
― Me llamo Alex― respondió él que no parecía estar intimidado. Les preguntó a ellas su nombre y empezó un largo interrogatorio entre todas las partes. En cuestión de minutos nos enteramos que estaba ejerciendo en San Sebastián y que sólo iba a estar unos días en Barcelona. 
― ¿Y tienes novia?― le preguntó Patri que a esas alturas ya estaba prácticamente enamorada de él.
― No que yo sepa― le respondió él que en ningún momento había parecido incómodo― ¿Y tú?― contraatacó guiñándole un ojo.
― Por desgracia sí― admitió con gran pesar― pero creo que harías una pareja estupenda con Lili.
― Yo creía que tenía novio― dijo Alex.
― Y tengo― afirmé.
― Bah... eso ni cuenta como novio. Deberías mandarlo a paseo de una vez.
― A paseo no, a la mierda― metió baza Lola― gilipollas, asqueroso― refunfuñó más para ella que para los demás.
― ¿Dejamos el tema?― ofrecí antes de que me hicieran enfadar.
― En realidad, deberíamos irnos― anunció Eva― o mañana se va a levantar mi prima para ir a trabajar― A ella tampoco le parecía nada bien mi relación con Pierre, pero salvo en contadas ocasiones, como cuando se lo confesé o cuando yo me disgustaba porque Pierre pasaba de mi por su mujer, no solía manifestar su opinión.
― Tienes toda la razón ¿cuándo se ha hecho tan tarde?― estuvo de acuerdo Lola. Se pusieron las tres de pie y hicieron ademán de ponerse a recoger.
― Dejad eso ahora mismo, yo recojo― ordené.
― Pero si te hemos montado aquí un lío impresionante― señaló Patri.
― Que no, que en un momento lo limpio.
― Yo puedo ayudar― se ofreció Alex― mañana no tengo que madrugar y vivo cruzando el rellano, no me viene de media hora.
― Oh, pues entonces nos vamos― Las acompañé hasta la puerta y tras unos minutos de despedidas inútiles, porque no pasaban más de dos días sin que nos habláramos, y de que ellas me incitaran a darme un par de revolcones con mi sexy vecino, se fueron. 
― ¿Dónde pongo esto?― me preguntó él sosteniendo unos manteles individuales cuando fui hasta la cocina.
― En ese cajón de ahí― le señalé. Me ayudó a recoger en un extraño silencio― ¿Una última cerveza?― le ofrecí cuando todo estuvo en su sitio.
― Nunca digo que no a una cerveza― saqué las dos últimas latas de la nevera y le tendí una― ¿qué problema tienen tus amigas con tu novio?― fue directo al grano.
― ¿Cómo te has podido dar cuenta de que no les gusta?― ironicé.
― Soy realmente perspicaz― bromeó― ¿Por qué no les gusta? A mi me pareció guapete― Yo sonreí mientras sacudía la cabeza.
― Creo que si te lo cuento vas a pensar que además de una guarra soy muy mala persona.
― No creas― se encogió de hombros― no soy quien para juzgar a nadie. Creeme que tengo un historial con bastantes manchurrones.
― Eso no lo he dudado ni un momento― esbozó una sonrisa pícara ¿realmente no se daba cuenta de lo que provocaba o lo hacía a propósito?― ¿Quién era la chica de esta tarde?― le pregunté― has dicho que no tienes novia.
― Y no tengo. Era mi mejor amiga Siena, una de las cosas por las que vivo es para incordiarla. Y mejor amiga significa solo eso, tiene una feliz relación con mi otro mejor amigo. Nos conocemos desde hace años― me aclaró.
― Me pareció muy guapa.
― Lo es― estuvo de acuerdo― ahora dime ¿qué hay de malo con ese novio tuyo?
― Puede que esté casado― le confesé.
― Mal asunto― dijo― ¿cómo has acabado teniendo un lío tan escandaloso?― estaba claro que no me juzgaba.
― Por que soy idiota― expliqué― cuando le conocí no sabía que estaba casado, nos enrollamos y para cuando me lo confesó yo ya estaba enamorada hasta las trancas. Intenté dejarle...
― ¿Pero él no te dejó a ti en paz y no has sabido decirle que no?
― Más o menos.
― Bueno pues entonces, y perdona que te lo diga, pero él es un capullo. Ahora, no creo que te diga nada que tú no sepas, solo debes procesarlo. Para cuando lo hagas, ya sabes, vivo justo enfrente.
― ¿No pierdes oportunidad, no?
― Normalmente no― y se rió encantado de haberse conocido.
― Solo vivirás enfrente un par de semanas― le recordé.
― Bueno, existen los fines de semana.
― Lo tendré en cuenta.
― Bien, es hora de una retirada elegante― anunció levantándose― Que tengas un sueño placentero, mi querida destrozahogares― me dijo tras darme un beso en la mejilla.
― Eres un idiota― le respondí. Él solo se encogió de hombros y se despidió con la mano antes de irse solito hasta la puerta.

El sábado por la mañana, a eso de las 10.30, mi timbre sonó y me encontré de nuevo con mi vecino y con su, según él, mejor amiga preguntándome si me apetecía ir a la playa con ellos. Él estaba expectante como si tuviera claro que yo iba a decir que si y ella me miraba sonriente pero con un aire de preocupación. Creo que estaba preocupada de que Alex me resultara demasiado intenso y de que yo no supiera decirle que no. Parecía realmente maja y me dio la opción de negarme mientras que su amigo bufaba, pero como en realidad no tenía nada que hacer, puede que hubiera ido al gimnasio e intentado que Pierre me dedicara un rato pero el plan que me ofrecían me apetecía así que acepté y les pedí un momento para cambiarme. Ellos asintieron y me dijeron que me esperaban en la calle. Me puse mi bikini a toda velocidad, me vestí un poco con lo primero que encontré y preparé el kit de ir a la playa en un santiamén. Después de asegurarme que lo tenía todo y que le dejaba agua y alimento al Dr. Sheldon Cooper bajé y ellos estaban allí junto con un ejemplar de macho sexy, el tipo era un poco más alto que Alex, llevaba unas Ray-ban que le sentaban de muerte y sus brazos rodeaban cariñosamente a la amiga de Alex desde atrás, ella reclinaba la espalda en el pecho del chico y los tres se reían de algo:
― ¿Estás lista― preguntó un sonriente Alex.
― Sí, creo que lo tengo todo.
― Este es Pol― señaló a su amigo― y bueno, ella Siena.
―  Encantada.
―  Bien, como Siena me ha asegurado que Alex no te ha hecho venir en contra de su voluntad nos podemos ir― anunció Pol.
― ¿Has conocido alguna vez a una mujer que se haya venido conmigo en contra de su voluntad?― le preguntó mi vecino. Siena sacudió la cabeza y me animó a caminar junto a ella.
― Es idiota― me dijo como haciendo una confesión― pero se le coge cariño.
― Sí, eso parece. Tiene algo que impide que le tire un jarrón a la cabeza― ella se rió.
― Vive para incordiar a los demás, pero si te molesta mucho puedes darle un par de collejas.
― ¡Oye, el coche está aquí!― gritó el tal Pol. 

El día de playa fue, por decirlo de alguna manera, curioso... No es que no me lo pasará bien, porque me reí mucho ya que mi vecino estaba mucho peor de la cabeza de lo que había mostrado en un primer momento, y eso que en un primer momento ya me di cuenta de que estaba algo perturbado, pero es que los otros dos no se quedaban muy atrás. Era gracioso ver a Siena, a la que por cierto era imposible odiar porque era realmente maja, lidiar con su novio y con Alex. Era bastante probable que le dieran una medalla a la paciencia. Lo que me pareció un poco raro fue lo poco que le importaba a Pol que Alex manoseara a su novia, la pobre chica se vio abordada por su amigo cuando se quedó en bikini, su amigo le agarró los pechos con descaro mientras proclamaba “Siena, joder... que tetas se te han puesto”, a ella se le subieron los colores y le dio a Alex una serie de golpes que solo le hicieron reír, Pol solo rodó los ojos mientras plantaba la sombrilla. Y el día pasó entre risas, bromas y alguna que otra colleja.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me gusta! Tiene muy buena pinta. Estoy deseando ver el momento que alex se pille x una chica ;)

Anónimo dijo...

me gusto mucho el capi!!