viernes, 3 de agosto de 2012

Sex, drugs & rock'n roll.


La mañana siguiente fue toda una odisea, Oli casi tiene que tirarme un cubo de agua fría para despertarme, yo le dije que me dejara dormir que no tenía que ir al instituto hasta mas tarde pero ella, tozuda como es, hizo que me levantara para desayunar y luego me obligó a llevarla a la universidad:
  • ¡Que sepas que me voy a vengar de esto!- le dije mientras íbamos rumbo a su facultad.
  • ¡No oigo nada!- chilló, y era verdad con el casco puesto y el ruido de ambiente (motos, coches, autobuses, etc) era difícil poder tener una conversación.
  • Da igual.- le chillé de vuelta, acompañé mi grito con un gesto con la mano que no necesitaba para conducir lo que hizo que ella empezara a darme golpes para que sujetara el manillar con las dos manos.- ¡No me pegues!
Fue un diálogo de besugos, por que ni yo escuchaba la mayoría de cosas que ella me decía ni ella me escuchaba a mi. Finalmente llegamos a su facultad y detuve la moto prácticamente en la puerta:
  • ¡No me voy a subir a ningún vehículo contigo jamás!- exclamó ella mientras se aseguraba que su pelo estaba bien.
  • Vamos, no ha sido tan malo. Lo que hacía tiempo que no ibas conmigo en la moto.- Cuando ambos íbamos a clase Olivia solía ir conmigo en la moto.
  • Antes no eras tan irresponsable.- Yo me eché a reír y mientras me reía mis ojos se fueron detrás de un grupo de chicas que se dirigían a clase. Oli se volvió para ver que era lo que yo estaba mirando. Me pegó en el brazo.
  • ¡Hay que ver lo agresiva que estás hoy!
  • ¿Qué pasa contigo? ¿No te gustaba esa chica?
  • ¿Qué tiene que ver? Primero que aún no he decidido si me gusta gusta y en el caso que fuera así tengo ojos ¡puedo mirar!
  • Eres como un viejo verde...
  • Anda cállate, ven aquí y dame un beso antes de irte a esas apasionantes clases que das.- Oli rodó los ojos pero me dio un abrazó y un beso en la mejilla antes de irse.
  • Te llamaré.- Me devolvió mi casco de repuesto y dándome un último adiós con la mano se fue hacia la puerta de entrada.
  • ¡Por cierto, roncas!- le grité para irritarla, algunos nos miraron y se rieron. Ella se puso roja y me hizo un corte de mangas. Yo me reí aún mas fuerte.
La vi desaparecer y yo después de mirar que hora era guardé el casco de Olivia, me puse el mío y me encaminé al instituto. Fue un día bastante tranquilo, todo lo tranquilo que podía ser un día rodeado de adolescentes hormonales que se creen la monda solo porqué sus papis tienen dinero, me irritó profundamente tener que dar la hora de tutoría, yo les estaba echando la bronca a dos de mis alumnos mas idiotas por hacer unas campanas tan descaradas (no es que me importara, yo tampoco iba mucho por el instituto, pero como me pagaban para educar a esos niñatos y me gustaba hacerme el carbón me dedicaba a meterles el miedo en el cuerpo) cuando me vi interrumpido por la capitana de las animadoras (no era la capitana de las animadoras pero lo hubiera sido de tener un equipo de animadoras):
  • Dick ¿no vamos a hablar del viaje de fin de curso?- ¡Mierda, el maldito viaje de fin de curso! Este año me iba tocar acompañarles si o si.
  • Aun no me han dicho nada de dirección.- contesté.- Pero podéis votar por el destino y se lo plantearé al director.
  • Lo cierto es que ya nos hemos puesto deacuerdo.
  • Dame un segundo, Paula.- Si, era el amor platónico de mi primo.- Acabo de discutir unas cosas con ellos y lo hablamos.- Efectivamente, terminé de amenazar a Chuck Bass y a su amigo (lo sé, lo sé...me había dado por Gossip girl) y me preparé para discutir con mis alumnos.- Está bien, antes que nada dejadme deciros que si estáis pensando en ir de fiesta a Malta, Sudáfrica, Mykonos o algo parecido ya os podéis ir olvidando.
  • ¡No nos des ideas!- exclamaron des del final del aula.
  • No es ahí donde queremos ir, ya sabemos que nos diréis que no.- dijo Lindsay Lohan de nuevo.
  • Entonces os escucho.- les dije sentándome encima de mi mesa.
  • Queremos ir a Amsterdam.- Yo me eché a reír.
  • Lo siento, en la lista de antes me he olvidado de incluir Amsterdam.
  • ¿Por qué no podemos ir a Amsterdam?
  • No es por mi, os lo aseguro.- dije.- Este año me va a tocar acompañaros y si por mi fuera iríamos a Amsterdam, conozco la ciudad, mis abuelos tienen allí dos modestos hoteles en los que seguro nos harían un buen precio.
  • ¿Tus abuelos tienen hoteles en Amsterdam?- preguntó otra de mis alumnas.
  • Si.- respondí.- Mi madre es holandesa y mis abuelos viven allí ¿no lo sabíais?- la mayoría negaron con la cabeza.- ¿Qué pasa no me habéis buscado en Facebook?- bromeé y algunos se rieron. 
  • ¿Entonces si todo es tan idílico porqué no podemos ir?
  • Por que no os van a dejar ir a Amsterdam a fumar hierba.- sonreí.- Estáis a punto de terminar el instituto, es mejor que vayáis solos ¡mierda incluso os daré una lista con los mejores Coffee Shops*!
  • Bueno, pero si intercedes por nosotros diciendo el gran interés cultural que tiene Amsterdam, ya sabes Van Gogh y todo eso, además de que contigo tendríamos un guía estupendo, seguro que convences a la junta.
  • Os podría hacer de guía igual de bien en Londres, en Roma, en París o en Berlín.- Si, debo decir que cuando vivía con mis padres había aprovechado muy bien los veranos.
  • ¡Por favor, Dick! ¡Inténtalo! Si dicen que no no pasa nada, pero las demás clases también se mueren de ganas de ir a Amsterdam.
  • Está bien, se lo diré a la junta, pero no os hagáis ilusiones.
Cuando se terminó la clase y pasé por la sala de profesores le comenté a uno de los tutores de las otras clases la propuesta de mis ingenuos alumnos y él se echó también a reír. Estuve esa hora en la sala de profesores corrigiendo ejercicios, tomando café y charlando con el otro profesor que estaba de guardia y luego fui a dar la ultima clase de la mañana. Después de eso volví a casa donde comí, me aseé un poco ya que había pasado la noche en casa de Olivia y volví al instituto por la tarde, era increíble lo mal que iba el sistema educativo, siendo licenciado en historia del arte me tocaba a mi también historia universal a los alumnos de la ESO, no era algo que no pudiera hacer, primera porqué en realidad todo el temario estaba en el libro y segundo porqué la historia siempre me había interesado y me consideraba bastante entendido en ella, pero aún así mi carrera universitaria no tenía mucho que ver. 
Después de pasar todo el día en el instituto sentía mi cabeza apunto de estallar, necesitaba como el oxigeno ir a la Guarida y tomarme una cerveza y fumarme un porro; y eso fue exactamente lo que hice. Me encontré allí con todos mis compañeros de piso y después de estar bebiendo y fumando durante un par de horas nos volvimos todos juntitos, como una familia feliz, a casa. Cuando llegamos estaba algo colocado y hambriento, pese a eso no tenía ganas de cocinar por lo que cogí una bolsa de patatas fritas, otra cerveza y devoré como un muerto de hambre. Una vez estuve mas o menos alimentado me fui directamente a mi habitación, tras despelotarme me metí en la cama y me quedé frito.
Casi me pongo a saltar de alegría cuando el viernes terminé mi ultima clase. Lo cierto es que fue un fin de semana bastante loco y tengo lagunas sobre lo que ocurrió la noche del viernes y también la noche del sábado, las respectivas mañanas desperté en casas ajenas y con chicas a las que no conocía de nada. Lo cierto es que hubiera preferido no acostarme con la chica del sábado, era bastante...bueno, lo voy a dejar en poco agraciada aunque tenía un buen par de tetas.
El domingo llegué a mi casa a eso de medio día, los capullos de mis compañeros de piso seguían durmiendo y yo, que había vuelto andando a mi casa, estaba de lo más despejado. Decidí darme una ducha y después, en un ataque de inspiración, me metí en la cocina para preparar risotto. El risotto era mi plato estrella y lo cociné en cantidades industriales ya que mis compañeros tenían un sentido del olfato superdesarrollado y en cuánto olieran el aroma aparecerían en la cocina como zombies. Como yo había previsto el primero en aparecer fue Piti:
  • ¿Te he dicho ya lo mucho que te quiero?- me preguntó viendo como yo removía el arroz.
  • Solo sacas a relucir tu amor por mi cuando estoy en la cocina.
  • Cuando te pones en plan ángel del hogar me pones cachondo.
  • No finjas, te pongo cachondo todo el tiempo.- bromeé.- ¿te crees que no he visto como me miras?
  • ¡Mierda! Pensé que no te darías cuenta.- Piti continuó con la broma.- ¿Dónde has pasado la noche?- me preguntó mientras rebuscaba comida en su armario.
  • Por ahí...- respondí.
  • ¿Con la de las bragas rosa?
  • ¡Qué pesado eres! No, no he pasado la noche con Mía.
  • Mía...cada vez que escucho su nombre no puedo evitar imaginármela vestida de gatita.- Puse los ojos en blanco ante ese comentario.
  • Piti creo que va a caerme un escupitajo en tu plato como no te calles.
  • Vale, lo capto. Me callaré.
  • Estupendo.
Piti y yo comimos viendo la tele y luego simplemente nos echamos en el sofá, estábamos mirando la peli del domingo por la tele cuando por fin se levantó Oscar, que tras un breve saludo, se fue a por comida, al ver que había risotto preparado también me recordó lo mucho que me quería. El último en dar señales de vida fue Héctor que no pudo comer ya que tras levantarse de su cama se trasladó al baño a vomitar durante toda la tarde. Yo iba a pasarme la tarde tirado en el sofá pero recibí un whatsapp de Alex así que tras un poco de insistencia por su parte me levanté y me fui a casa de Alex y Oriol, donde también me instalé en el sofá hasta que decidimos conectar la Wii, menuda máquina infernal, pueden decir lo que quieran pero juro que me mantengo en forma gracias a la jodida consola. Alex y Oriol des de que se habían ido a vivir solos se habían vuelto bastante tacaños de manera que cuando empezó a acercarse la hora de cenar me echaron son muy poca sutileza de su casa.
Volví a mi casa con el utópico pensamiento de que mis compañeros habrían preparado la cena después de que yo los alimentara en la comida, pero no, los muy hijos de puta no habían levantado el culo del sofá, indignado con el mundo volví a salir de casa para ir al bar que había en la esquina de mi calle, como un 80% de los bares en Barcelona estaba regentado por un chino, le pedí al Sr. Miyagi* un bocadillo de bacon con queso para llevar y mientras esperaba me tomé una caña, a los dos minutos empezó a sonar mi móvil, me extrañé de ver que era mi hermana la que llamaba:
  • Hola Helena.- le contesté alegre.
  • Dick.- dijo ella llorando, eso me alarmó.
  • Helena ¿qué te pasa?- le pregunté seriamente preocupado.
  • ¿Puedo ir a dormir a tu casa?
  • Claro que puedes ¿pero que ha pasado? ¿Papá y mamá están bien?
  • Si, están perfectamente. No ocurre nada con ellos.
  • ¿Entonces por qué lloras?
  • Te lo cuento ahora, estoy llegando.
Y Helena colgó dejándome jodidamente preocupado ¿qué coño le habría pasado? Le metí prisa al chino para que terminara mi bocadillo, le pagué y esperé a mi hermana en mi portal. Llegó a los pocos minutos, en taxi y con los ojos rojos de llorar. Pagó al taxista y caminó hasta mi mientras se limpiaba las lágrimas, se abrazó fuertemente a mi, cosa que no solía hacer nunca, y yo lo único que podía hacer en ese momento era devolverle el abrazo.
  • Helena ¿qué es lo que ha pasado?- le pregunté mientras la estrechaba contra mi. Ella dijo algo contra mi pecho pero no la entendí.- Así no te entiendo.
  • ¡Mario!- exclamó separándose un poco de mi.
  • ¿Quién es Mario?- pregunté.
  • Mi novio.- tuve un par de segundos para procesar la información ¿des de cuando mi hermana tenía novio?
  • ¿Te ha hecho algo?- pregunté furioso.- ¿Te ha pegado? ¿Te ha obligado a hacer algo?- por mi cabeza ya estaban pasando las peores situaciones posibles.
  • No- dijo ella.- ¡Me ha engañado!
Cuando reaccioné a lo que había salido de su boca no pude hacer otra cosa que reirme histéricamente, ella se cabreó al ver que me reía, pero en serio, no es que me hiciera gracia la situación, simplemente necesitaba liberar tensiones. Sólo mi hermana era capaz de montar semejante drama por unos estúpidos cuernos:
  • ¡No te rías!- ella me golpeó.
  • Lo siento.- me disculpé siendo consciente de que para ella si era un auténtico drama.- pero es que pensaba que te había pasado algo realmente grave.
  • ¡Esto es grave!
  • Pues algo catastrófico.- respondí.- Anda subamos que hace frío.- Mi hermana me siguió escaleras arriba mientras despotricaba sobre su novio, abrí la puerta y entramos en casa. Mis amigos seguían en el sofá.
  • ¡Joder Dick! ¿Otra?- exclamó el capullo de Piti mientras miraba apreciativamente a mi hermana.
  • No seas capullo. Es mi hermana.- le gruñí.
  • ¡Ah!- exclamaron todos.- Hola.- Saludaron después.
  • Hola.- contestó ella visiblemente asqueada ante la visión de tres tíos sin duchar sentados en el sofá que estaban a punto de ponerse a babear sobre ella. Tiré de ella hasta la cocina donde empecé a abrir mi bocata.
  • ¿Has cenado?- le pregunté.
  • No.- contestó ella.
  • ¿Tienes hambre? ¿Quieres medio bocadillo?
  • Estoy a dieta.- Me la quedé mirando con cara de incredulidad.
  • ¿A dieta? ¿Cómo coño estás a dieta si eres todo hueso? Come y no me toques los huevos.
En cuánto probó el bocadillo se le olvidó que estaba a dieta y se lo zampó todo en un abrir y cerrar de ojos, yo tuve que cenar un triste sandwich de queso, en cuánto terminamos de cenar fuimos a mi habitación:
  • Cuéntame.- le dije.- ¿por qué no sabía que tienes novio?
  • Tenía.- puntualizó.- y no lo sabías porqué no me lo habías preguntado.
  • Menuda excusa... y ¿qué ha pasado? ¿qué es eso que te ha puesto los cuernos? ¿quieres que le pegue?
  • No es una mala idea.- conseguí arrancarle una sonrisa.
  • Vale, pues dame su dirección.
  • No hablaba en serio, Dick.
  • Ya...
  • ¿Por qué los chicos nunca estáis contentos con lo qué tenéis?
  • Oye, a mi no me metas en el mismo saco, yo no engaño a nadie.
  • No engañas a nadie porqué eres incapaz de comprometerte.
  • No soy incapaz, simplemente no quiero.
  • ¿Por qué no quieres?
  • No lo sé, simplemente hay muchas chicas con las que follar, no quiero estar solo con una que no me aporte nada, con el tiempo me cansaría y la engañaría con otra. Si un día encuentro a una chica interesante y que me llene supongo que me comprometeré, como tu dices.
  • ¿Entonces yo no le aportaba nada a Mario?
  • Estaba hablando de mi, el tal Mario tiene que ser muy gilipollas para engañarte. Aunque a mi me resultas la mayor parte del tiempo exasperante eres lista y a veces incluso hasta divertida, eres guapa, tenías a mis compañeros de piso babeando sobre tus pies, el tipo definitivamente es idiota.
  • Eso lo dices solo para hacerme sentir bien.
  • En parte, pero es cierto Helena. Y si lo quieres mirar de otra manera seguramente él no era para ti. Si te ha engañado no es que tu seas poco para él, al revés. Él no es suficiente para ti, tu mereces a alguien que te quiera sólo a ti, un tipo para quien seas los mas importante.
  • ¡Ouch, Dick!- ella me abrazó.- No sabía que pensarás así.
  • ¿Así como?
  • En el fondo eres un romántico.
  • No soy un romántico.- gruñí.
  • Lo eres, pero puedes estar tranquilo, no se lo voy a decir a nadie.
  • Eres una pesadilla, de verdad.- le dije.
  • Pero me quieres.
  • Eres mi hermana ¿qué iba a hacer si no?
  • Imbécil.- ella me dio un codazo.
  • ¿Qué clase de nombre es Mario?- ella se echó a reír.
A la mañana siguiente casi tengo que sacar a mi hermana con guardaespaldas del piso, mientras me duchaba Piti había aprovechado para acosarla y cuando les encontré hablando en el salón mi hermana me miró con ojos suplicantes. Espanté a Piti y nos fuimos, desayunamos en la cafeteria elegante que había una calle más abajo y me despedí de mi hermana para irme a trabajar ¡lunes otra vez!

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